NotMid 12/11/2025
USA en español
OPINIÓN
En el Partido Demócrata, la euforia y la desesperación rara vez se alternan con más de una semana de diferencia. El 4 de noviembre, los demócratas celebraban resultados electorales extraordinarios, incluso mejores de lo esperado, en Virginia, Nueva Jersey y Nueva York. Asestar un golpe al presidente tras un año de profunda reflexión parecía darles el impulso que tanto necesitaban de cara a las elecciones de mitad de mandato del año siguiente.
Sin embargo, pocos días después, el optimismo recién adquirido se desvaneció. Siete senadores demócratas, y un independiente que forma parte de su grupo parlamentario, rompieron filas para unirse a los republicanos en un proyecto de ley de financiación a corto plazo, poniendo fin al cierre gubernamental más largo de la historia, de 40 días.
Un Acuerdo Sin Concesiones Clave
En resumen, los demócratas tienen poco que mostrar tras su prolongado estancamiento. El proyecto de ley provisional, ya aprobado por el Senado, mantiene el gobierno en funcionamiento hasta el 30 de enero y exige la recontratación y el pago retroactivo a los trabajadores afectados. Sin embargo, el proyecto de ley no aborda la que los demócratas reiteraron como su demanda más importante: una prórroga de los créditos fiscales para la atención médica que expiran a fin de año.
En una mínima concesión, John Thune, líder de la mayoría republicana en el Senado, prometió una votación sobre la prórroga de los créditos fiscales el próximo mes. Pero la intensa oposición en la Cámara de Representantes significa que esta votación probablemente fracasará, si es que llega a celebrarse.
Batalla Pendiente en la Cámara
El proyecto de ley de gastos pasará ahora a la Cámara de Representantes, donde se espera una votación reñida. La escasa mayoría republicana y la intensa oposición demócrata al acuerdo en la Cámara complican su aprobación. Hakeem Jeffries, el principal demócrata en la Cámara, afirmó que se negaría a respaldar el proyecto de ley.
No obstante, el apoyo del presidente Donald Trump podría ser suficiente para convencer a los republicanos de la Cámara. “Vamos a reabrir nuestro país… muy pronto”, declaró el presidente. “El acuerdo es muy bueno”. Mike Johnson, el presidente republicano de la Cámara, afirmó que esperaba su pronta aprobación.
El Coste del Estancamiento y la Estrategia Republicana
La estrategia del grupo disidente de ocho demócratas cambió cuando el cierre del gobierno comenzó a causar estragos y trastornos económicos. El gobierno ordenó la reducción de vuelos en los aeropuertos por motivos de seguridad y Trump intentó repetidamente recortar la financiación del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (cupones de alimentos). Además, la administración recurrió a una supuesta manipulación presupuestaria al pagar a las fuerzas armadas mientras se recortaban miles de millones de dólares en fondos para ciudades, distritos y estados demócratas.
“Enfrentarse a Donald Trump no funcionó”, afirmó Angus King, senador independiente de Maine que lideró las negociaciones para poner fin al cierre. “De hecho, le dio más poder”. A pesar de que las encuestas culpaban mayoritariamente a los republicanos, lo que el propio Trump pareció admitir al vincular la derrota electoral republicana al cierre, el partido se mantuvo firme en su estrategia de captar senadores demócratas moderados. Los senadores disidentes tenían poco que perder, ya que ninguno se presenta a la reelección el próximo año y dos se jubilarán.
Ira y Peticiones de Dimisión en la Base Demócrata
La retirada demócrata ha provocado una ira generalizada en su base, recordando los ataques del Tea Party contra los líderes republicanos hace más de una década. Algunos activistas y representantes progresistas han pedido la dimisión de Chuck Schumer, líder del partido en el Senado.
“El senador Schumer ya no es eficaz y debería ser reemplazado”, publicó Ro Khanna, congresista demócrata de California. Los moderados también han manifestado su repulsión ante lo que consideran una “capitulación” y una pérdida de disciplina. “Patético” fue como lo describió Gavin Newsom, gobernador de California y posible candidato presidencial.
Por ahora, Schumer parece contar con el respaldo de la mayor parte de su partido. Pero, una vez más, parece que antes de poder enfrentarse al presidente, los demócratas están condenados a pelearse entre sí.
