La crisis de las embajadas, que el viernes vivió el momento más grave con el asalto a la Legación de México en Quito, ha enconado aún más el fuego cruzado entre presidentes de las últimas semanas

NotMid 09/04/2024

IberoAmérica

Si Simón Bolívar o José Martí regresaran al presente para comprobar cómo van sus sueños de integración latinoamericana seguirían de largo en busca de un destino mejor. La crisis de las embajadas, que el pasado viernes vivió el momento más grave con el asalto a la embajada de México en Quito, ha enconado aún más el fuego cruzado entre presidentes de las últimas semanas, que de tanto disparo ya parece una guerra.

México, tras recibir por la puerta grande a su personal diplomático llegado desde Ecuador, anunció que trasladará su denuncia a la ONU y a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), encabezada por su aliada, la presidenta hondureña Xiomara Castro.

En Ecuador, mientras tanto, no evitan la refriega. “Hubo constantes incumplimientos a los artículos de la propia Convención de Viena que México invoca”, ha defendido la ministra de Exteriores ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, pese a la condena internacional unánime.

Ecuador ha convocado para este martes al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para exponer la “provocación” de Andrés Manuel López Obrador, quien acusó al primer mandatario ecuatoriano, Daniel Noboa, de beneficiarse del magnicidio de Fernando Villavicencio para ganar las presidenciales del año pasado.

El presidente mexicano recibió con las manos abiertas a Jorge Glas en su embajada a finales de diciembre, pese a estar condenado por corrupción y ser perseguido por fiscales y jueces por sus vínculos con un poderoso narco. También llamó “facho” a Noboa horas antes del ataque a la embajada.

“Se teme que esta acción contribuya a seguir despojando de legitimidad a la figura legal del asilo político. Independientemente de la validez de las acusaciones en contra del ex vicepresidente, una arbitrariedad como esta, desconociendo la base legal del asilo, es una invitación para que otros regímenes autoritarios procedan de igual forma. Es inaceptable”, ha resumido para EL MUNDO María Puerta, profesora de gobierno americano en Florida, quien también critica las violaciones llevadas a cabo por el gobierno mexicano. Hace dos años, las autoridades del país norteamericano detuvieron a dos jugadores cubanos de béisbol que habían desertado para entregarlos a la delegación de su país.

LA EMBAJADA ARGENTINA EN CARACAS

Los ojos del continente observan ahora todo lo que sucede alrededor de la embajada de argentina en Caracas, que ha dado refugio a seis colaboradores del círculo más cercano a la líder opositora María Corina Machado. La legación diplomática ha sufrido el asedio de los agentes revolucionarios, que incluso llegaron a cortar la luz y el agua, algo que también contraviene la Convención de Viena.

El enviado del gobierno noruego, presente en Caracas la semana pasada, portaba en su maletín la petición de salvoconducto para que los seis dirigentes de Vente Venezuela puedan volar a Buenos Aires. Las posturas se habían aproximado hasta que llegó el asalto a la embajada mexicana.

Dentro de la embajada argentina se vive con expectación el minuto a minuto de lo que creen es un “delay” (retraso) intencionado. Algunos son pesimistas, pero también los hay que apuestan por una resolución favorable. “Creo que lo ocurrido en Quito, con la reacción de condena unánime, incluso de los dirigentes más cercanos ideológicamente a Noboa, pueda servir como variable disuasiva para que ningún otro país lo repita. Al final del día, prevalece la idea de que hay que respetar las normas internacionales y la territorialidad inviolable de una embajada, en cualquier parte y en cualquier contexto”, ha apuntado para este periódico el internacionalista Miguel Velarde.

Durante los 18 meses que Leopoldo López se mantuvo como huésped en la residencia del embajador español en Caracas se vivieron momentos de mucha tensión. Los más radicales dentro de la revolución exigían la captura de López. El contingente de los GEO españoles que protegía la residencia disuadió cualquier aventura disparatada.

“Con el paso de las horas y la firme condena, incluida la del régimen chavista, Maduro tiene la oportunidad de mostrarse diferente y lavar su imagen, tan dañada tras las últimas acciones electorales, y diferenciarse así de Ecuador para mostrarse respetuoso de las normas”, ha destacado Velarde.

El ex presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, en la embajada de Nicaragua en Panamá.

En Ciudad de Panamá, a 1.400 kilómetros de Caracas, es otro dirigente acusado de corrupción quien se beneficia de la protección otorgada por Daniel Ortega. “Cogiendo mi dosis de vitamina D en mi hamaca preferida. Cada vez falta menos para que el cambio y el nuevo amanecer lleguen nuevamente a Panamá”, se ufanó el ex presidente Ricardo Martinelli desde su refugio en la embajada de Nicaragua, cuando falta un mes para las presidenciales del país centroamericano.

Martinelli encabezaba todas las encuestas, pero de nuevo la corrupción, por la que ya estuvo preso en su país y en EEUU, pulverizó la cantada reelección. Se trata de un caso parecido al de Glas, con condenas de por medio, y diametralmente distinto al de los seis de Caracas, perseguidos por su lucha democrática.

El sandinismo no ha dudado en otorgar asilo político a otros ex presidentes, los salvadoreños Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, todos ellos perseguidos por corrupción. Ortega enarboló la bandera del chavismo durante la controversia de los últimos días y repartió insultos a diestro y siniestro, incluidos a miembros de la Patria Grande.

La región está muy dividida, hay una grieta muy profunda. No sólo por el bloque izquierdista más los revolucionarios, frente a otros países más liberales. Y se ha profundizado con cada hecho en los últimos meses, como lo que ocurre en materia electoral en Venezuela. Pero el asalto a la embajada de Quito ha movido un poco el eje, con la condena unánime. Eso sí, tampoco creo que la grieta cambie. Quien quedará debilitado en sus posiciones será el gobierno joven y nuevo de Ecuador“, ha remachado Velarde.

En el fuego cruzado de las últimas semanas se han multiplicado los insultos en ausencia de las ideas. “Facho”“Hitler”“pinochetito”“basura”“traidor”“grosero”“injerencista” y “excremento”, entre otros vituperios, resonaron por encima del tablero de las estrategias.

“La diplomacia de redes sociales está dejando al descubierto que las posiciones de estos mandatarios no son necesariamente coherentes. Sí, hay distancias ideológicas sustantivas. Pero es más bien el estilo de gobierno. Con franqueza, las posturas de Milei, por muy exageradas que sean, a veces no son muy diferentes de las de Petro, en su afán por chocar con el sistema de contrapesos que tiene”

Agencias

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