El compromiso de la OTAN refuerza la relevancia de una guerra en la que Occidente se juega su modelo democrático
NotMid 29/11/2023
OPINIÓN
La crisis en Gaza no puede desviar el foco de Occidente sobre Ucrania, una guerra existencial en la que Europa se juega su propia seguridad y la defensa de su modelo democrático, basado en los valores del humanismo liberal y el respeto al Estado de Derecho. La OTAN subrayó ayer la importancia de ese compromiso cerrando filas con Kiev pese al profundo desgaste que acusan los aliados debido al enquistamiento de un conflicto que dura ya 21 meses, y debido también a la crisis en Oriente Próximo, que está drenando cada vez más esfuerzos diplomáticos. Con todo, la Alianza Atlántica ha lanzado un mensaje de firmeza para disipar el temor a que el cansancio de sus miembros, en especial de EEUU, acabe forzando una paz con Rusia a cualquier precio.
La Administración de Joe Biden -sumida en una compleja ofensiva política para desescalar la tensión en Oriente Próximo- apuntaló su compromiso ucraniano enviando a Bruselas al jefe de la diplomacia, Antony Blinken, que viajó a la capital belga para reunirse con los cancilleres de la OTAN. EEUU muestra de esta forma la solidez de su alianza con el Gobierno de Volodimir Zelenski de cara a unos meses de invierno en los que relanzará su ofensiva y en los que Vladimir Putin apostará por eternizar el conflicto a la espera de un giro en Washington si Donald Trump gana las elecciones.
El viaje de Blinken, que hoy visita Macedonia para asistir a la cumbre de la Osce, posee un gran simbolismo en medio de la campaña para las presidenciales y cuando Biden batalla por lograr que sus rivales republicanos aprueben en el Congreso otro paquete de 61.000 millones de ayuda militar a Ucrania. La iniciativa del Gobierno estadounidense se ha visto lastrada por la crisis de Gaza, que ha abierto una brecha no sólo con la oposición, sino en el propio Partido Demócrata, fracturado entre quienes defienden un apoyo sin matices al aliado israelí tras el ataque de Hamas y un ala izquierdista que pide contención para proteger a los civiles palestinos. La dimensión de la crisis en la Franja había suscitado inquietud sobre la capacidad estadounidense para sostener el nivel de ayuda a la seguridad que ha brindado a Ucrania desde la invasión de febrero de 2022, que asciende a unos 40.000 millones de dólares.
Europa acusa también ese cansancio, que está siendo rentabilizado por un preocupante eje eurófobo y próximo a Putin al que acaban de incorporarse los Países Bajos. La victoria del ultraderechista Geert Wilders es otra prueba de la creciente integración de estas fuerzas antes marginales a los Gobiernos europeos, en una tendencia que está poniendo a prueba la resistencia de las costuras institucionales de la UE y de los consensos en política exterior. El compromiso con Ucrania es uno de los más importantes. Nuestro futuro en libertad es lo que está en juego.
Agencias