NotMid 09/12/2025
IberoAmérica
Cinco meses después de un masivo despliegue militar estadounidense en el Caribe, el presidente venezolano Nicolás Maduro siente la presión, pero se niega al exilio, optando en cambio por atrincherarse y esperar a que pasen las amenazas de un ataque inminente por parte del presidente Donald Trump.
El líder socialista autoritario, cada vez más temeroso de un ataque estadounidense contra infraestructuras críticas o un atentado contra su vida, ha reforzado la seguridad y limitado sus apariciones públicas. Sin embargo, su círculo íntimo no muestra señales de colapso inminente, según fuentes cercanas al gobierno que hablaron bajo condición de anonimato.
Conversaciones y Mediación
A medida que crece el potencial tanto de una escalada militar como de un estancamiento prolongado, intermediarios cercanos a ambas partes se apresuran a identificar una vía de salida.
- Llamada Trump-Maduro: Una conversación telefónica entre ambos líderes el mes pasado fue cordial, aunque Trump indicó su deseo de que Maduro renunciara. No hubo ultimátums, y ambos se comprometieron a hablar de nuevo, una señal de que “ambas partes al menos están abiertas a la comunicación, pero ninguna puso cartas reales sobre la mesa”, según una fuente.
- Mediación Internacional: El multimillonario brasileño Joesley Batista, propietario del gigante cárnico JBS, se reunió con Maduro en Caracas para sondear las perspectivas de diálogo con Estados Unidos.
Postura y Temores del Régimen
A pesar de que Estados Unidos ha intensificado la presión —con vuelos de barcos presuntamente traficantes de drogas y aviones de guerra cerca del espacio aéreo venezolano—, Maduro se ha mantenido “de buen ánimo” en público y en privado.
- Sin Fisuras: El círculo íntimo del presidente se mantiene firme, sin señales de “fisura interna”. Si bien están “nerviosos”, creen que el riesgo no es existencial.
- Medidas de Seguridad: La presión ha pasado factura, obligando a Maduro a viajar con un equipo de seguridad más numeroso y a cancelar compromisos por temor a trampas. Sus apariciones públicas son ahora eventos sin previo aviso, rodeado de simpatizantes, donde ha denunciado 22 semanas de “terrorismo psicológico”.
- Riesgo del Exilio: Personas cercanas a Maduro sugieren que podría estar dispuesto a irse, pero solo bajo sus propios términos. Creen que el exilio es una alternativa más arriesgada que quedarse, citando los asesinatos de otros líderes latinoamericanos exiliados como Juan José Torres González (Bolivia) y Anastasio Somoza Debayle (Nicaragua). Turquía ha sido señalado como un posible destino.
El “Día Después” y la Oposición
La administración Trump está examinando escenarios para el “día después” del derrocamiento de Maduro. Documentos internos de EE. UU. obtenidos por The Washington Post revelan preocupaciones sobre la respuesta del ejército venezolano y los planes de la oposición.
- Planes de Machado: Los documentos incluyen planes detallados de la líder opositora María Corina Machado (ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025) para estabilizar el país en las primeras 100 horas y 100 días, con elecciones en el primer año.
- Purga Militar “Limitada”: El equipo de Machado analizó a oficiales venezolanos, concluyendo que solo el 20 por ciento es “irredimible”. Esto sugiere que la próxima administración solo necesitaría procesar a “unas pocas docenas de funcionarios”, aunque no permitiría la cohabitación con los altos cargos actuales del régimen.
- Escepticismo: Otros opositores son escépticos sobre el alcance real de los contactos de Machado con las fuerzas armadas.
Aliados y Crisis Económica
Los lazos de Maduro con sus aliados Rusia y Cuba complican aún más cualquier conversación.
- El Factor Cubano: Cuba, que depende del petróleo venezolano, podría actuar como un factor desestabilizador. Analistas advierten que la presencia de oficiales de inteligencia y guardaespaldas cubanos adicionales alrededor de Maduro será un obstáculo, ya que “esos agentes cubanos no estarán dispuestos a permitir que Maduro haga un trato para rendirse”.
- Parálisis Económica: Tanto la guerra como un estancamiento prolongado tienen el potencial de paralizar aún más la economía venezolana, ya golpeada por años de sanciones estadounidenses y mala gestión gubernamental. La cancelación de vuelos por varias aerolíneas tras advertencias de Trump ha añadido nueva incertidumbre.
La incertidumbre domina el panorama: “El poco dinero que la gente tiene, lo está guardando para comida y por si acaso hay guerra”, afirmó una comerciante de Caracas.
Agencias
