NotMid 28/12/2025
IberoAmérica
La reciente reunión en la Moncloa entre el presidente Pedro Sánchez y los familiares de los presos españoles Andrés Martínez Adasme, José María Basoa y Miguel Moreno Dapena ha abierto una dolorosa caja de Pandora. Mientras el Gobierno celebra un posible acercamiento, el resto de los 16 presos hispanovenezolanos denuncia una discriminación que mezcla la esperanza de unos pocos con la indignación de la mayoría.
La cita madrileña se produjo apenas horas después de que el embajador español, Álvaro Albacete, visitara el Rodeo 1, la temida cárcel de la inteligencia militar (Dgcim) en Caracas. Sin embargo, lo que debió ser un gesto de protección consular se convirtió en un agravio: el diplomático se centró exclusivamente en los dos turistas vascos y el marinero canario, ignorando al resto de compatriotas encarcelados en las mismas celdas.
“Naciones Unidas”: Un infierno de doble rasero
En el Rodeo 1, apodado sarcásticamente “Naciones Unidas” por la cantidad de extranjeros que alberga, el malestar es palpable. “Cuando vuelva a Madrid voy a romper mi pasaporte español”, confesaba uno de los prisioneros a sus familiares durante la visita del sábado. La queja es unánime: mientras el Gobierno utiliza los canales de Rodríguez Zapatero para negociar la salida de los españoles de origen, los hispanovenezolanos se sienten ciudadanos de segunda. “El nuevo cónsul apenas nos ha enviado un correo en meses”, lamentan.
Las acusaciones contra los elegidos por Madrid rozan lo absurdo:
- Martínez y Basoa: Turistas vascos acusados de ser agentes enviados para asesinar a Maduro desde el Amazonas, a 800 km de la capital.
- Miguel Moreno: Marinero y periodista capturado en un buque cazatesoros que buscaba naufragios de la Segunda Guerra Mundial, hoy señalado por espionaje.
Amenazas de ejecución y propaganda
Más allá de la diplomacia de pasillo, la situación en las cárceles es crítica. Orlando Moreno, de Vente Venezuela, denuncia amenazas directas de ejecución extrajudicial contra los presos políticos bajo custodia. Esta alerta, respaldada por la Nobel de la Paz María Corina Machado, coincide con un “acto propagandístico” del régimen: la excarcelación con medidas cautelares de un pequeño grupo de detenidos postelectorales para intentar limpiar su imagen internacional.
Mientras tanto, figuras emblemáticas como Rocío San Miguel cumplen casi dos años en el Helicoide bajo pruebas prefabricadas. La comunidad internacional y organizaciones como Amnistía Internacional insisten: no puede haber normalización de la dictadura mientras el destino de decenas de inocentes dependa de un cálculo político sobre el origen de sus pasaportes.
Agencias
