Esos truhanes barrigones son menos peligrosos para la democracia que Pumpido, Bolaños y García Ortiz
NotMid 16/0672025
OPINIÓN
MAITE RICO
A principios de 2021, la web Persuasion, de Yascha Mounk, me pidió un artículo sobre Pedro Sánchez. Al recibirlo quedaron desconcertados. La imagen de socialdemócrata rumboso que ellos tenían del presidente español no encajaba con la descripción de un aventurero político que faltaba a su palabra, pagaba peajes calamitosos a socios indeseables, colonizaba instituciones, abusaba de los decretazos y chocaba con la prensa. Lo titulé Cuando España perdió el rumbo. En inglés salió como Spanish worrying turn (el preocupante giro español).
A la luz de lo que sabemos ahora, gracias a la UCO, me había quedado cortísima. Ya para entonces brotaban las tramas de corrupción en el Gobierno: mascarillas, hidrocarburos, mordidas por rescates y obra pública… Aquello era un sinvivir entre despachos y burdeles; entre Teruel y San Petersburgo. Iba Aldama y venía Ábalos, salía Javier Hidalgo y entraba uno de Acciona, subía Begoña Gómez y bajaba Cerdán, aterrizaba Delcy y despegaba el Falcon a la Dominicana. Mientras, David Sánchez componía componendas, Zapatero sobrevolaba en círculos bolivarianos y Koldo grababa. Y cuando empezaron los desfiles por los juzgados, Leire la Fontanera y sus hampones activaron la guerra sucia.
Apenas es el comienzo. Faltan muchos nombres. Pero ya está claro que lo que entró en La Moncloa en 2018 fue una banda tan ávida como inmoral que, para colmo, iba a medrar gracias a la pandemia. También se confirma la naturaleza tramposa de su jefe. La tesis fake, el pucherazo fallido de 2016 y, según nos enteramos, el amaño de las primarias socialistas de 2014 retratan a Sánchez como una estafa con patas. Lo demostró de nuevo en su comparecencia esperpéntica del jueves, caracterizado de víctima, a medio camino entre el contouring de Kim Kardashian y la tanatopraxia.
Ahora los ministros desfilan con el argumentario, decepcionaditos y compungidos; los sincronizados fingen estupor. Un par de columnistas piden las sales porque hay que ver qué asco, Ábalos y Koldo hablando de putas. Pues a mí me parecen bastante más sutiles que la ponencia sobre la Ley de Amnistía que ha redactado Inmaculada Montalbán en el Constitucional. Esos truhanes barrigones son menos peligrosos que Conde Pumpido, Bolaños, García Ortiz u Óscar López, los operadores de Sánchez para asaltar el Poder Judicial y el sistema de contrapesos. Los de la bomba lapa en los bajos de la democracia.