NotMid 17/04/2022

Deportes

El Real Madrid ganó por 2-3 en el campo del Sevilla y ve más cerca el título de LaLiga tras experimentar una notable metamorfosis en una segunda mitad en la que dominó de principio a fin.

Selló una meritoria remontada con goles del brasileño Rodrygo Goes, Nacho Fernández y Karim Benzema, tras irse al descanso con un 2-0 adverso.

Tras un gran primer tiempo del Sevilla, que ahogó con su presión al líder y se puso con 2-0 con goles del croata Ivan Rakitic y del argentino Erik Lamela (minutos 21 y 25), el Madrid cambió el decorado en el segundo, salió a remontar y lo logró con suficiencia con tantos de Rodrygo (m.50), Nacho (m.82) tras anularse antes otro a Vinicius al considerar el árbitro, previa consulta con el VAR, que tocó el balón con el antebrazo y el decisivo de Benzema ya en el 92.

Parece que el equipo de Carlo Ancelotti le ha cogido el gusto a vivir en el alambre. En la Champions ha sobrevivido a momentos críticos ante PSG y Chelsea, ante los londinenses esta semana. En el Ramón Sánchez Pizjuán, único estadio en el que nadie había ganado de la competición, resurgió de nuevo de sus cenizas en un partido plagado de polémicas y reclamaciones por ambas partes.

Con seis jornadas por delante, el Real Madrid aventaja en quince puntos al Sevilla, al Barcelona, que tiene pendiente el encuentro de este lunes ante el Cádiz y el del Rayo Vallecano del próximo domingo, y al Atlético de Madrid, que superó de forma agónica al Espanyol con un penalti en el último instante.

El Sevilla aprovechó su mejor puesta en escena para hacerse dueño del juego y del marcador. Tras reclamar un penalti de Diego Carlos el cuadro de Julen Lopetegui marcó dos goles en cuatro minutos, obra de Iván Rakitic (m.21), de falta directa, y del argentino Erik Lamela (m.25), en sendas acciones que dejaron retratado al zaguero brasileño Eder Militao.

El conjunto andaluz, no obstante, también reclamó una segunda amarilla al francés Eduardo Camavinga en la acción en la que su compatriota tuvo que irse lesionado. Ancelotti no quiso riesgo y sustituyó al joven galo en el intermedio. Su reemplazo, el brasileño Rodrygo, clave ante el Chelsea, lo fue también ante el Sevilla.

Acortó distancias. Con el gol mejoró notablemente el Real Madrid y el Sevilla quedó fundido. En otra acción polémica, el colegiado anuló por mano un gol a Vinicius. Esta decisión molestó aún más al líder. Nacho, nada más saltar al campo, firmó las tablas (m.82) y en la prolongación Rodrygo llegó hasta la línea de fondo y encontró a Benzema para que firmara el definitivo 2-3.

Aún más tuvo que esperar el Atlético de Madrid ante el Espanyol. A los 100 minutos, en el tanto más tardío de LaLiga, el belga Yannick Carrasco transformó un penalti decretado por el árbitro tras acudir al video arbitraje por mano de Raúl de Tomás para establecer el 2-1.

El equipo de Diego Pablo Simeone, tras la decepción de la eliminación de la Champions ante el Manchester City, tuvo el mérito de asegurar los puntos con un hombre menos por expulsión del francés Geoffrey Kondogbia por doble amonestación a falta de veinte minutos y con 1-0 en el marcador tras haber inaugurado la cuenta el propio Carrasco, que fue una de las sustituciones que introdujo el técnico argentino en el intermedio.

El Espanyol, que ya en la primera vuelta cayó ante el Atlético en una larga prolongación, igualó con un tanto de Raúl de Tomás a un cuarto de hora del final, pero no supo aprovechar después las aproximaciones ante un Jan Oblak salvador en al menos tres ocasiones, y pagó la mano del delantero en el último instante.

La lucha por la salvación está cada día más cerrada. A falta de que juegue este lunes el Cádiz, antepenúltimo, en el Camp Nou, ganaron los dos últimos, Alavés y Levante, y, ante la ‘huida’ del Elche, perdieron los cuatro equipos que están por encima de la zona roja, Mallorca, Granada, Getafe y Rayo Vallecano.

En el único encuentro del domingo con conjuntos implicados, José Luis Morales fue otra vez el auténtico ‘comandante’, director de orquesta y ejecutor de un Levante que no se rinde y está ya tan solo a cuatro puntos de la permanencia.

El equipo valenciano, con dos asistencias y un gol de penalti de Morales, se llevó un triunfo del Nuevo Los Cármenes ante el Granada (1-4), que queda, junto al Mallorca, a tan solo un punto del Cádiz.

El ‘comandante’ fabricó el primer tanto de Dani Gómez con un precioso cambio de ritmo sobre la línea de gol y un pase milimétrico, forzó el penalti que transformó él mismo y ofreció al francés Mickael Malsa el 0-3.

Al Granada no le salió nada. Fue débil atrás, no aprovechó sus opciones y para colmo se quedó en inferioridad por doble amarilla a Germán Sánchez cuando el colegiado, tras acudir al video arbitraje, decretó el penalti del segundo tanto levantinista. Álex Collado pareció maquillar la derrota en la prolongación y salvar la diferencia particular (el cuadro andaluz había ganado en la primera vuelta en Valencia 0-3), pero aún hubo tiempo para que Roberto Soldado, exdelantero del bloque nazarí, sellara a puerta vacía el 1-4.

Aunque las matemáticas aún no lo certifiquen, el Celta dejó la permanencia atada con su victoria en San Mamés ante el Athletic (0-2), al que se le complica aún más su sueño europeo.

Un toque sutil de Iago Aspas, a centro de Brais Méndez, y un tremendo disparo lejano de Fran Beltrán, certificaron la victoria del equipo del argentino Eduardo ‘Chacho’ Coudet para cerrar la racha de cuatro partidos sin ganar, tres de ellos perdidos.

Triunfo del Atlético, por el VAR, de penal y en la última jugada

En la última jugada, con 1-1 en el marcador, con el tiempo ya cumplido durante la larguísima revisión del VAR que llevó al árbitro Figueroa Vázquez hasta la revisión en el monitor a pie de campo de una mano anterior de Raúl de Tomás dentro del área y en inferioridad numérica por la discutida expulsión anterior de Kondogbia, el Atlético de Madrid ganó los tres puntos entre la agonía, la épica y un penal, allá por el minuto 100, frente al competitivo Espanyol.

Ya había recogido el balón el colegiado para el final del duelo, mientras aguardaba la confirmación del vídeo, escuchaba a sus asistentes del VAR, rodeado de los futbolistas de ambos equipos, hasta que le instaron a acudir a la televisión para ver la acción: señaló penal de Raúl de Tomás, entre la apoteosis del Wanda Metropolitano. Yannick Carrasco tomó la responsabilidad, engañó en su lanzamiento a Diego López y ganó el Atlético. En el minuto 100. Como ya ganó en la primera vuelta al Espanyol en Cornellá.

El equipo de Simeone mantiene la iniciativa por la UEFA Champions League. La tarde de presión que hubiera aventurado cualquier ganador en el Real Sociedad-Betis del viernes no fue para tanto, porque no venció ninguno de los dos, pero sí exigió otra tarde de sufrimiento y heroicidad del Atlético, que venció cuando menos lo intuía, cuando su ataque era desesperado, con un hombre menos, cuando el final del partido lo dirigía hacia un empate insuficiente para él, cuando está tan apretada la pelea por la cuarta plaza.

El Atlético golpeó primero. Después de un primer tiempo insufrible, el inicio la segunda parte lo despertó, en una jugada que tanto pudo ser el 0-1 como después fue el 1-0.

La secuencia comienza a los 50 minutos y 57 segundos de juego, cuando Darder conectó un remate con la derecha desde dentro del área al que se interpuso Oblak y del que surgió el contragolpe inmediato que, 26 segundos después, en el 51:23, terminó con el 1-0 del equipo rojiblanco, que no había tirado hasta entonces entre los tres palos a Diego López.

Pero eso tiene el actual Atlético. A sus individualidades, la cantidad de ellas que acumuló el pasado verano, que no le habían dado tanto resultado como esperaba en los meses precedentes, le sobran recursos para definir un encuentro cuando sea. El gol fue de Carrasco, con el recorte hacia dentro con la izquierda y el remate con la derecha, pero el pase que lo propuso para él fue de Cunha.

Ambos entraron al campo tras el descanso. En la caseta se habían quedado en el intermedio tanto Joao Félix como Lemar. Los dos, por lesión. Por ese infortunio (o algo más) que ha sufrido el Atlético durante toda esta temporada, que ha padecido alguna baja por ese motivo en los últimos 35 partidos.

Cuando ya casi enfilaba el descanso, entre el insoportable 0-0 del primer tiempo, Joao Félix se lastimó la parte posterior del muslo izquierdo cuando acudió a toda velocidad a un pase largo, quizá imposible.

Instantes después, en la siguiente acción, Lemar quedó también fuera de combate, con peor pinta por los gestos de dolor, frustración y desesperación con los que cayó al suelo, fue atendido sobre el césped y se marchó al vestuario, entre el consuelo de todos sus compañeros. Ni Joao ni él saltaron al campo en la reanudación.

Sin ellos -también Vrsaljko fue cambiado por Griezmann-, el Atlético tomó ventaja con el citado 1-0 de Carrasco en el comienzo del segundo tiempo y fue salvado de nuevo por Oblak, cuando sacó otra milagrosa mano al remate de Raúl de Tomás, pero, después, recibió el empate entre la polémica de la interpretación de la infracción: una mano de Kondogbia que supuso su doble amarilla, una falta al borde del área y el 1-1 del equipo blanquiazul.

Las imágenes ponen todo en entredicho, porque Kondogbia acudió a impedir el remate de Sergi Darder y se lanzó para despejar el golpeo de su adversario, que pegó primero en la pierna de Felipe y después en su mano. No lo dudó el árbitro, Figueroa Vázquez, que la señaló y mostró la segunda tarjeta amarilla a Kondogbia. El gol, en el lanzamiento de esa falta, lo transformó Raúl de Tomás en el 1-1 en el minuto 74, entre el fallo de Oblak, que no acertó a atrapar un tiro centrado. El rebote en el poste hizo el resto.

No sería justo culpar entonces al portero esloveno, que había salvado tres goles antes del Espanyol. Uno en el primer tiempo (un cabezazo de Cabrera en el minuto 7 que palmeó por encima del larguero) y dos en el segundo (las citadas a Sergi Darder, aún con 0-0, y a Raúl de Tomás, con 1-0), pero su error fue indudable, con las manos demasiado blandas.

En inferioridad numérica, con empate en el marcador, al Atlético le aguardaba otra gesta. Y al Espanyol una oportunidad. No se intuía ganador cuando todo lo cambió una acción de Carrasco, al que Diego López frustró el 2-1, pero provocó un saque de esquina que supuso el penal final de Raúl de Tomás, revisado cuando el partido ya iba a terminar, cuando el VAR acudió al rescate del equipo rojiblanco, que repone tres puntos de renta sobre sus perseguidores rumbo a la UEFA Champions League.

Lucas Pérez condenó al Barcelona con un tanto en el primer tiempo. Getty Images

El Cádiz derrumba a un Barcelona que se despide de LaLiga

El Barcelona dijo adiós a sus mínimas opciones de pelearle la Liga al Real Madrid… Y se metió en un problema, ya se verá de qué dimensiones, perdiendo en el Camp Nou frente a un Cádiz que, logrando su primer triunfo en feudo azulgrana, consiguió salir de la zona de descenso. Un gol de Lucas Pérez, apenas comenzar la segunda mitad, le bastó al equipo andaluz para consumar una sorpresa histórica.

Aún abrumado el entorno barcelonista por la invasión alemana del jueves anterior, y algo decepcionada por la remontada del Real Madrid en el Sánchez Pizjuán que le daba medio título al equipo merengue, el partido ante el Cádiz apenas si estuvo en el escenario, demostrando los propios jugadores de Xavi estar muy lejos del nivel de exigencia y concentración necesarias en un momento trascendental de la temporada.

El Barça quiso… Pero no pudo. Repitió los errores de los últimos partidos, se mostró cansado de piernas y de mente, acaso incluso falto de experiencia y lo pagó. De mala manera.

Una jornada que comenzó con la publicación de las comisiones millonarias de Piqué y su comisión conjunta con el presidente de la Federación Española Luis Rubiales por llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí, que siguió con el anuncio de una rueda de prensa del presidente el martes para explicar, más, lo sucedido el jueves anterior en el partido frente al Eintracht, continuó con una protesta minoritaria contra la directiva y el boicot de la grada de animación… Y desembocó en un partido áspero, incómodo y hasta dramático frente al Cádiz, al que nadie, en los últimos días, pareció prestar atención.

Tercero por la cola, el equipo gaditano, que la pasada temporada arrancó ya un empate del Camp Nou, pareció entender mucho mejor que el Barça la trascendencia del partido. Bien colocado en defensa, no cedió ni un palmo a los delanteros locales, entre los que se destacó la insistencia de Ousmane Dembélé, mucho más activo (no siempre acertado) que Memphis pero poco acompañado por la suerte.

Apenas avisó dos veces a puerta el Barcelona, salvando Jeremias Ledesma un disparo raso de Dembélé antes de evitar un remate de Memphis, mientras que la fortuna aún sonrió a Ter Stegen, que vio como Lucas Pérez, poco antes de la media hora, disparaba fuera un remate franco tras un jugadón monumental de Rubén Sobrino.

Con mayor dominio pero poca consistencia se llegó al descanso, convencido el equipo de Xavi de estar en disposición de, atendiendo a su mayor calidad, desnivelar el resultado a favor. Inimaginable lo que se le venía encima…

GOLPE

Xavi avisó en la previa que una de las cosas en que debía mejorar el Barça era en la entrada al juego. Mostrar tensión máxima desde el principio, lejos de la imagen desangelada que en más de una ocasión se ha visto. Pero sus jugadores, a lo visto, no aprenden y este lunes volvió a quedar de manifiesto.

Apenas se llevaban tres minutos de la segunda mitad cuando un error infantil de Alba en la salida de balón desembocó en un centro al área que la defensa se quedó mirando para que Sobrino rematase a boca de gol, salvase milagrosamente Ter Stegen… Y rematase a la red Lucas Pérez mientras los jugadores locales seguían observando qué pasaba.

Indigno en la concentración defensiva, el golpe fue duro para el Barça y, como se suponía, el 0-1 dio paso a un partido totalmente diferente. El Cádiz retrasó líneas, no dejando ningún espacio y esperando pacientemente. Imaginaba algún contragolpe mortal y definitivo mientras el desespero se iba adueñando del Barça y del público, cada vez más protestón con un árbitro cuya inrerpretación no fue siempre la más lógica.

El juego se fue haciendo más áspero a cada minuto que pasaba, sin que Frenkie de Jong diera señales de vida y agradeciendo a la providencia Ter Stegen que Álex Fernández, en una de las contras gaditanas, rematase fuera un centro medido de Sobrino.

Más cerca del KO que de la redención, después que Aubameyang entrase por Memphis, Xavi llamó a su solucionador de urgencia, Luuk de Jong para que obrase el milagro, que apenas entrar ya rozó con un cabezazo que salvó Ledesma. Sin orden, con cuatro delanteros y a la desesperada, el Barça sabía que precisaba remontar, no simplemente empatar, para no meterse en problemas. Y el tiempo se le echaba encima.

Tanto que acabó sin dar una a derechas, desubicado, atacando de cualquier manera y buscando ni que fuera el empate a través de una heroica que en azulgrana pocas veces le da resultado. Este lunes no… Ni con siete minutos de alargue le bastó para evitar tener que mirar a la clasificación más hacia abajo que hacia arriba.

Porque de pensar en el título, de pronto, el Barça ya puede empezar a pensar, con nervios, en asegurar un puesto de Champions.

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Agencias

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