NotMid 03/06/2025
EDITORIAL
La victoria por estrecho margen del ultranacionalista Karol Nawrocki en las presidenciales polacas asesta un fuerte revés al liberalismo europeísta y brinda a Donald Trump su primer gran triunfo en Europa. El vuelco deja herido el liderazgo del primer ministro Donald Tusk, punta de lanza de la regeneración democrática y la recuperación del Estado de Derecho tras ocho años de Gobierno del ultraconservador Ley y Justicia (PiS), cuya agenda proeuropea se verá probablemente más bloqueada por el nuevo presidente que por su predecesor, Andzrej Duda.
El triunfo de Nawrocki, historiador revisionista con un pasado marcado por episodios violentos, también frena el regreso de Polonia a un papel central en Europa como uno de los líderes de su reconfiguración estratégica en un momento crítico de repliegue estadounidense y amenaza rusa.
Desde la presidencia, y con Hungría y Eslovaquia como aliadas, Nawrocki podrá sabotear al Gobierno gracias a una prerrogativa de veto sobre las leyes que Duda ha usado para impedir a Tusk implementar las reformas prometidas. La llegada del populista debilita al primer ministro, al frente de una coalición fragmentada que no ha logrado unir a una sociedad fuertemente polarizada.
El desafío para la UE es mayúsculo: sólo desde una mayor fortaleza y unidad podrá garantizarse la defensa de nuestros valores y libertades.