Las finanzas rusas se tambalean bajo el peso de la invasión a Ucrania por parte de Moscú justo cuando los presidentes de Rusia y EEUU se reúnen para hablar de paz
NotMid 14/08/2025
USA en español
La economía de Rusia se encuentra en un punto de inflexión. Lo que comenzó como una “operación militar especial” en Ucrania ha desatado una serie de problemas financieros que, según advertencias de economistas, ministros y banqueros rusos, amenazan con una crisis inminente. El presidente Vladimir Putin, en medio de este escenario, se ve forzado a buscar soluciones diplomáticas, como la cumbre con Donald Trump en Alaska, en un intento desesperado por aliviar la creciente presión económica.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin (c), junto al ex ministro de Defensa, Sergei Shoigu (d), y el jefe del Estado Mayor de las FFAA, Valeri Gerasimov (i), en una base militar cerca de Orenburgo (archivo) POLITICA INTERNACIONAL -/Kremlin/dpa
El Gasto Militar, el Motor de un Sistema Deficiente
La raíz del problema radica en el gasto militar masivo. Para financiar la guerra, el Kremlin ha redirigido la economía del país, canalizando recursos hacia la industria de defensa a un costo sin precedentes. Se estima que el gasto en defensa y seguridad nacional asciende a casi 172.000 millones de dólares este año, una cifra que representa aproximadamente el 8% del PIB. Para ocultar el verdadero impacto de este gasto, Moscú ha recurrido a una estrategia arriesgada: obligar a los bancos estatales a otorgar préstamos “preferenciales” a contratistas de defensa.
Esta práctica ha creado una burbuja de deuda oculta, un “canal fiscal paralelo” en el que los bancos se han convertido en un fondo de reserva clandestino. Aunque esta estrategia parecía funcionar al principio, los expertos advierten que una gran parte de la cartera de préstamos corporativos de Rusia es ahora una “caja negra de riesgo mal gestionado”. Si la guerra se detiene y el gasto militar se reduce, estos contratistas altamente endeudados podrían caer en impago, desencadenando una cascada de quiebras que afectaría a todo el sistema bancario.

El presidente ruso, Vladimir Putin, acompañado por el enviado presidencial al Distrito Federal del Volga, Igor Komarov, el jefe de la República de Tartaristán, Rustam Minnikhanov, y el director general y presidente del comité ejecutivo de la Corporación Aeronáutica Unida (UAC), Yuri Slyusar, visita la fábrica de aviación de Kazán que lleva el nombre de Sergei Gorbunov, una sucursal de la empresa de la industria militar Tupolev, en Kazán, Rusia. Sputnik/Kristina Kormilitsyna/Kremlin vía REUTERS
La Doble Herida de la Inflación y la Caída del Petróleo
La situación se ha agravado por dos factores críticos: la inflación y el colapso de los ingresos petroleros. La inyección masiva de liquidez en la economía, combinada con las sanciones y las interrupciones en las cadenas de suministro, ha provocado una inflación extremadamente alta, con los precios al consumidor subiendo a tasas alarmantes. Para contenerla, el Banco Central de Rusia se vio obligado a subir la tasa de interés clave hasta el 21%, el nivel más alto en más de dos décadas. Esta medida, aunque necesaria, ha estrangulado el crédito para el sector civil y ha puesto en apuros a los bancos, que deben pagar altos intereses por los depósitos mientras sus préstamos de guerra generan bajos rendimientos.
Simultáneamente, la caída global de los precios del crudo, que pasaron de 100 a alrededor de 60 dólares por barril, ha sido un golpe devastador para las finanzas rusas. El petróleo y el gas representan casi un tercio de los ingresos federales, por lo que su declive ha provocado que el déficit presupuestario se dispare a niveles récord, superando incluso los picos de la pandemia. Los expertos alertan que el Fondo Nacional de Riqueza, la principal reserva financiera del país, podría agotarse por completo para finales de este año, eliminando una protección vital contra futuras crisis.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla durante una reunión con el presidente de Rusia, Vladímir Putin. (AP Foto/Evan Vucci)
El Dilema de Putin y la Negociación con Trump
La economía rusa se ha convertido en una historia de dos realidades: por un lado, una industria de defensa que crece, y por otro, un sector civil que se desploma. El crecimiento del PIB se ha estancado, y los analistas advierten sobre un “riesgo creciente de quiebras”. A medida que los problemas se hacen evidentes en los balances bancarios, la tensión se ha hecho pública, con ministros y banqueros advirtiendo sobre una “tormenta perfecta”.
En este contexto, Putin se encuentra en una encrucijada. Continuar la guerra podría agravar la crisis si Trump cumple su amenaza de endurecer las sanciones petroleras. Pero detenerla de golpe podría llevar a una ola de impagos por parte de los contratistas de defensa, colapsando el sistema bancario. Con la cumbre en Alaska, Putin busca desesperadamente un alivio de las sanciones a cambio de una tregua, aunque sus exigencias territoriales con Ucrania han sido rechazadas. La reunión con Trump es, en gran medida, un reflejo de la precaria situación de Rusia: el país se ha vuelto dependiente de la guerra para mantener su economía a flote, pero esa misma guerra podría ser su ruina.
Agencias