NotMid 31/07/2025
ASIA
La ciudad de Shanghai, con sus 27 millones de habitantes, se vio azotada por una serie de eventos catastróficos. Un fuerte tifón llamado Co-may desató lluvias torrenciales y vientos huracanados, provocando inundaciones que cubrían las calles hasta los tobillos. Simultáneamente, la alerta se disparó por un potente terremoto de magnitud 8,8 en la península rusa de Kamchatka, que generó una alerta de tsunami para la costa oriental de China, incluyendo Shanghai y la provincia colindante de Zhejiang.
Ante esta doble amenaza, las autoridades municipales enviaron mensajes de texto elevando el nivel de alerta de tormenta y comenzaron la evacuación de más de 280.000 residentes del distrito de Pudong. Estas personas fueron trasladadas a 1.900 refugios improvisados en polideportivos, centros comerciales y gimnasios. A pesar de la gravedad de la situación, los dos parques de atracciones más grandes de la ciudad, Legoland y Disneyland, permanecieron abiertos inexplicablemente durante la mañana.
El temporal causó la suspensión de vuelos y la interrupción de los servicios de tren, metro y ferry, dejando a muchos viajeros varados. Entre ellos, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, quien se encontraba en una gira institucional por China. Illa y su delegación quedaron atrapados en la ciudad de Wuhu, donde había visitado la sede de la fabricante de automóviles Chery. El tifón impidió su llegada a Shanghai, donde tenía importantes compromisos económicos. Mientras tanto, algunos influencers en Shanghai difundían videos con mensajes alarmistas sobre el “fin del mundo”, aconsejando el acopio de fideos instantáneos.
Resiliencia en Japón y Caos en Hawái ante el Tsunami
El terremoto en Kamchatka generó alertas de tsunami en varios países del Pacífico. En Japón, particularmente en la isla de Hokkaido, acostumbrados a este tipo de fenómenos al estar dentro del “Anillo de Fuego”, los sistemas de alerta temprana funcionaron eficazmente. Los ciudadanos, bien entrenados en sus protocolos, evacuaron de manera ordenada hacia azoteas o colinas elevadas. El abad de un templo budista en Iwate, Japón, relató cómo estaban preparados para alojar a más de mil personas, recordando la devastación del tsunami de 2011.
Por otro lado, en Hawái, la llegada de las alertas provocó escenas caóticas en las carreteras, con turistas y residentes buscando terrenos elevados. A pesar del desorden inicial, los sistemas de alerta temprana resultaron cruciales para las evacuaciones inmediatas. En Honolulu, muchos turistas fueron trasladados desde las playas al mirador Tantalus, un punto seguro y con vistas panorámicas.
Un Terremoto que Viajó en el Tiempo
El terremoto de magnitud 8,8 en Kamchatka, considerado el más potente en más de una década, generó ondas expansivas que recorrieron hasta 10.000 kilómetros a través del océano Pacífico. El fenómeno presentó una peculiaridad temporal: aunque el seísmo golpeó Kamchatka el miércoles a las 11:24 hora local, las primeras olas alcanzaron Hawái varias horas después, ya el martes por la noche debido al cruce de la línea internacional de cambio de fecha.
La ciudad rusa de Severo-Kurilsk, la más cercana al epicentro, sufrió una sumersión parcial debido a olas de hasta cinco metros. Afortunadamente, a medida que avanzaba la tarde, la mayoría de las alertas por tsunami se rebajaron, y no se reportaron grandes daños ni víctimas, a excepción de una mujer de 58 años en Japón que falleció al caer su automóvil por un acantilado durante la evacuación.
Agencias