El ejército israelí lanzó ataques aéreos preventivos contra convoyes y vehículos militares para evitar presencia hostil cerca de su frontera norte. Netanyahu advirtió defenderán a la minoría ismaelita
NotMid 15/07/2025
MUNDO
La caída del régimen de Bashar al Assad en diciembre de 2024, tras una contundente ofensiva rebelde liderada por Hayat Tahrir al Sham (HTS), marcó el inicio de una nueva y compleja etapa para Siria. El gobierno de transición, encabezado por Ahmed al Shara (anteriormente conocido como Abú Mohamed al Golani), se enfrenta desde el primer día a graves desafíos de seguridad, muchos de ellos teñidos por la profunda violencia sectaria que ha asolado el país durante años.
El objetivo principal de Damasco es claro: extender su control territorial y consolidar el poder central. Para ello, busca la integración de las diversas milicias locales en sus filas, una tarea monumental dada la atomización del panorama militar sirio. Sin embargo, la situación en regiones clave como Sweida ilustra las enormes dificultades que enfrenta este nuevo orden político. En esta provincia, la tensión es palpable y revela los límites del poder central ante la arraigada autonomía de ciertos grupos y la persistente intervención de potencias extranjeras como Israel.
La dinámica en Sweida es un microcosmos de los retos que el gobierno de Al Shara debe superar. La población drusa local, con su propia estructura de defensa y una historia de autogobierno, representa un obstáculo significativo para la centralización del poder. La continuidad del alto el fuego, junto con la crucial entrega de armas por parte de los grupos drusos, será determinante para evitar una nueva escalada de violencia que podría desestabilizar aún más la frágil paz en el país.
El futuro de Siria pende de un hilo. La capacidad del gobierno de transición para navegar por este complejo entramado de intereses locales, divisiones sectarias y presiones externas definirá si el país logra finalmente un camino hacia la estabilidad o si se sumerge en una nueva espiral de conflicto. La comunidad internacional observa de cerca, consciente de que la situación en Siria sigue siendo un factor crucial para la seguridad regional.