La nueva Estrategia de Washington responde a un minucioso propósito de reconfiguración del orden internacional
NotMid 06/12/2025
EDITORIAL
La Administración Trump confirmó ayer que Europa no puede seguir dependiendo militar y estratégicamente de EEUU. La nueva Estrategia de Seguridad Nacional consolida el giro geopolítico de la Casa Blanca y renuncia explícitamente, en un lenguaje claro y rudo, a prolongar la relación con sus socios en los términos definidos tras la Segunda Guerra Mundial. Además, admite que EEUU apoyará a«partidos patrióticos europeos», en referencia a las formaciones nacionalistas e identitarias, para ayudar al Viejo Continente a «corregir su trayectoria». El aviso es imposible de ignorar: esa luz se apaga y la UE será responsable a partir de ahora de garantizar su propia seguridad y autonomía estratégica.
Lejos de los vaivenes que han caracterizado a Trump en otras ocasiones, la nueva Estrategia responde a un minucioso propósito de reconfiguración del orden internacional. Advierte a Europa de que podría estar ante la «desaparición» de su civilización y vaticina que, en 20 años, sus países podrían carecer de«economías y ejércitos lo suficientemente fuertes para seguir siendo aliados fiables». Incluso concede, en un claro guiño a Putin, que la OTAN no se expandirá «perpetuamente». El viraje de Washington sitúa a Europa ante un desafío histórico. Como reflejó hace unos días en estas páginas José Manuel Durão Barroso, ex presidente de la Comisión Europea, «la UE necesita líderes que entiendan que es el momento de decisiones audaces».
