NotMid 19/11/2025
Estilo de Vida
Nueva York.— El mercado del arte ha escrito una nueva página de oro en su historia. En una velada eléctrica en la sede de Sotheby’s, la venta del Retrato de Elisabeth Lederer, obra maestra de Gustav Klimt, ha marcado un hito sin precedentes en las subastas internacionales.
En apenas veinte minutos de “batalla” financiera, la puja alcanzó la estratosférica cifra de 236,4 millones de dólares (aproximadamente 220 millones de euros). Con este golpe de martillo, el lienzo se establece no solo como la obra de arte moderno más cara jamás vendida en una subasta, sino también como la segunda más valiosa de toda la historia, superada únicamente por el Salvator Mundi de Leonardo da Vinci (450 millones en 2017).
Una obra cumbre y una puja de infarto

Realizado entre 1914 y 1916, el cuadro inmortaliza a Elisabeth Lederer vestida de blanco sobre un fondo lila, una composición que ahora ingresa al exclusivo “club de los 100 millones”, superando marcas previas de titanes como Modigliani, Warhol, Bacon y Picasso.
La atmósfera en la sala era de máxima tensión. Según documentó The Wall Street Journal, el recinto estaba abarrotado de coleccionistas y marchantes que presenciaron un duelo entre al menos seis postores. El momento crítico llegó cuando la cifra superó los 171 millones: un comprador telefónico entró en la competición, desatando una disputa final en la que las ofertas saltaban de varios millones en cada ronda. Finalmente, el subastador Oliver Barker adjudicó la obra, desatando una ovación generalizada.
“La gente tenía muchísimas ganas de verlo en persona”, afirmó Charles Stewart, director de Sotheby’s, destacando que más de 25.000 personas visitaron la casa de subastas los días previos solo para contemplar la pieza.
El “Efecto Lauder” y la procedencia
El pedigrí de la obra fue determinante. El cuadro provenía de la colección de Leonard Lauder, expresidente del Museo Whitney y heredero del imperio Estée Lauder. La subasta de su legado, compuesta por 24 piezas, superó todas las previsiones: de una estimación inicial de 379 millones, la recaudación final ascendió a 528 millones de dólares.
Este nuevo récord deja atrás la marca anterior del pintor austríaco, fijada en 2023 con la venta de Dama con abanico (108,8 millones). El éxito de Klimt impulsó el resto de la velada: Prado en flor (1908) se vendió por 86 millones y Ladera forestal en Unterach (1916) alcanzó los 70,8 millones.
Un mercado en plena ebullición
La noche confirmó que el apetito por el arte moderno sigue intacto. Jean-Michel Basquiat superó sus estimaciones con Crowns (Net Peso) (48,4 millones), mientras que una obra de esponjas azules de Yves Klein llegó a los 19 millones. Sorprendió también el desempeño de la colección de bronces de Henri Matisse, que sumó 49 millones, muy por encima de los 30 previstos.
Incluso Edvard Munch brilló con luz propia: su Noche de verano (1901-1903), adquirida por la familia Lauder en 1976, cambió de manos por 31,1 millones. Estos resultados envían un mensaje claro: lejos de ser una reliquia del pasado, el coleccionismo de alto nivel vive un momento de esplendor y sigue reescribiendo la historia del arte a golpe de talonario.
Agencias
