Recupera su cruzada contra la “inmigración ilegal” y cree que nuestro país podría sufrir disturbios violentos en “10 o 15 años”
NotMid 05/07/2023
ESPAÑA
«Sólo Vox habla de lo que pasa en el país vecino». Los de Santiago Abascal son conscientes de que han capitalizado el debate político en nuestro país acerca de la ola de «violencia extrema» que agita las calles de Francia desde hace una semana. Unos sucesos sobre los que apenas se pronuncian el resto de partidos y que, en contraposición, Vox aprovecha para recuperar y reforzar su discurso contra la inmigración ilegal.
España, sumida de lleno en la segunda campaña electoral de carácter nacional en el último mes y medio, observa con atención lo que sucede en territorio francés y la respuesta del Gobierno de Emmanuel Macron a unos disturbios que a pesar de haberse reducido en las últimas noches siguen poniendo en jaque a las autoridades, que ya han realizado más de 3.500 arrestos.
No obstante, los partidos políticos en nuestro país, centrados en las cuestiones nacionales con motivo de la carrera hacia las urnas, apenas se han pronunciado sobre una crisis de vandalismo peor que la vivida en 2005 en los barrios de París. Un hueco que ha aprovechado Vox para reflotar su cruzada contra «la inmigración ilegal» y «el fracaso del multiculturalismo» en suelo europeo, ambos pilares de su programa desde hace años y causantes, creen en el partido, de una oleada de violencia sin precedentes en las calles de las principales ciudades francesas que podría expandirse a nuestro país más pronto que tarde.
Un miedo nada nuevo que ya fue el eje de la carrera electoral en Madrid en 2021, cuando Vox planteó a través de una campaña que los menas -menores no acompañados, uno de los puntos de mayor fricción con el Gobierno regional de Isabel Díaz Ayuso-, además de inseguridad, generaban un alto coste a la Administración pública. La Audiencia de Madrid terminó avalando el mensaje de Vox, meses después, al entender que era un «eslógan electoral» que «representaba un evidente problema social y político».
El propio Abascal, tras varios días advirtiendo de la gravedad de lo que ocurre en Francia, cifró ayer en «diez o quince años» el tiempo que pueden tardar los efectos de una inmigración descontrolada en España en generar incidentes y problemas similares a lo visto recientemente en Francia. «Vamos en la misma dirección», expresó ayer el presidente de Vox, señalando al país vecino.
Allí, la muerte de Nahel M., de 17 años, a manos de la policía reavivó el debate sobre la violencia policial y desató una revuelta social con numerosos episodios de altercados y disturbios que, según Vox, es prueba de que los manifestantes, en su mayoría de ascendencia inmigrante, son una «turba antieuropea» que, lejos de integrarse correctamente con el paso de las décadas, «no se siente francesa» a pesar de tener la nacionalidad y haber vivido siempre en territorio francés.
En esta idea ahondó durante los peores momentos de la crisis el vicepresidente político de Vox y líder del grupo en el Parlamento Europeo, Jorge Buxadé: «La condición de miembro de una Nación no es un documento de identidad». La líder del partido en Madrid, Rocío Monasterio, consideró que no puede tildarse de «niños», como hizo el Gobierno francés, a los manifestantes: «La media de edad de los detenidos es de 17 años. ¿Se acuerdan ahora de los padres a los que el sistema educativo ha quitado la autoridad?», expresó a través de redes para, además, enfatizar en otra de las grandes exigencias de su formación, la libertad de las familias a la hora de educar a sus hijos después de que el presidente francés instara a los padres a controlar a sus hijos para frenar el auge de las revueltas urbanas.
De hecho, Vox ha puesto en los últimos días en el centro de su crítica a Macron, quien consideran que guarda un estudiado silencio y no dice «ni una palabra» sobre los factores reales que han radicalizado las protestas mientras asegura que el auge de la violencia «se debe a la proliferación de videojuegos» entre los más jóvenes. «Francia afronta hoy un gravísimo peligro que muchos venían advirtiendo», remarcó ayer Abascal para defender el programa de Vox, que alerta del «fracaso» de las «fronteras abiertas» en lugares como Bélgica, Francia o Reino Unido y que apuesta por una «inmigración legal, controlada, adaptada» a las necesidades de España para así evitar que nuestro país sea el próximo en este listado.
El caso francés es el elemento sobre el que Vox se apoya para traer a la primera línea de la campaña la inseguridad en las calles, la desprotección de ciertos barrios y el peligro que supone la inmigración sin control en nuestro país, no sin caer en imprecisiones y casos de desinformación. Este martes, cargos de Vox, incluido el propio Abascal, compartieron un tuit en el que se aseguraba que el asesino de una comerciante en la madrileña plaza de Tirso de Molina era de nacionalidad «magrebí», a pesar de que la Policía Nacional detuvo ayer a dos sospechosos, ambos de nacionalidad española. «Solo Vox se acuerda de que hay españoles que están sufriendo el disparate migratorio avalado por todos los partidos», escribió el martes Abascal en sus redes sociales acerca de este suceso.
UN RECURSO HABITUAL EN LAS GRANDES CAMPAÑAS DE VOX
El célebre cartel sobre los ‘menas’ no fue ni el primero ni el último dedicado por parte de Vox a los inmigrantes en situación irregular. Más recientemente, en la campaña autonómica y municipal del pasado mes de mayo, Vox recuperó en Madrid la idea para señalar que los inmigrantes se llevan buena parte de las ayudas públicas. «Los madrileños destinan el 57% de su salario al pago del alquiler, que no para de subir», mientras en la imagen se podía apreciar como en la resolución de ayudas para el pago del alquiler sólo aparecen nombres extranjeros. «Pero las ayudas siempre se las llevan los mismos», rezaba el cartel, que figuraba, como el de los menas, en varias estaciones de la red de metro de la ciudad de Madrid.
Agencias
