Eslovaquia dice estar “preparada” también para transferir sus MiG29 a la aviación ucraniana

NotMid 15/12/2022

USA en español

Rusia, que desde hace meses ha pisado todas las líneas rojas en su invasión a Ucrania, comprueba ahora cómo los países occidentales pisan las suyas. Según reconocen fuentes del Pentágono a la agencia Reuters, Washington prepara un envío de misiles Patriot en su siguiente paquete de armamento destinado a Kiev, un equipo defensivo actualizado y letal para misiles y aeronaves que pretendan penetrar en Ucrania. Es decir, una medida para terminar con los ataques rusos a la infraestructura eléctrica del país, la estrategia de terror invernal de Vladimir Putin.

Igual que en su momento sucedió con las lanzaderas Himars, que cambiaron la tendencia de la guerra al atacar la logística rusa a larga distancia, los Patriot pueden convertirse en otro auténtico game changer. Los militares ucranianos responsables del uso de este sistema serán entrenados en Alemania antes de su despliegue en Ucrania. Si hoy mismo los 13 drones iraníes Shaheed lanzados por Rusia han sido derribados por las baterías existentes en Kiev, con los Patriot puede resultar aún más sencillo blindar los cielos ucranianos y tumbar de una vez la campaña de bombardeos energéticos del régimen ruso.

Este sistema de misiles, lo mejor que tienen Washington y sus aliados, puede suponer el final de esa estrategia de ataque a ciudades, ya que será difícil que drones o misiles de crucero superen esa defensa, que hasta ahora ya era capaz de derribar más del 80% de los proyectiles lanzados por Moscú en sus oleadas de ataques. Además, y en ese mismo esfuerzo bélico, Eslovaquia está ultimando junto con sus aliados de la Alianza la entrega de aviones de combate MiG29 a Ucrania, aparatos similares a los que tiene Kiev pero actualizados con tecnología OTAN.

Este envío, que durante meses se acabó frustrando ante el miedo a una escalada mayor con Moscú, se está desbloqueando ahora, cuando los ataques a objetivos civiles de Putin, que suponen un crimen de guerra, han terminado por convencer a los aliados de Kiev de enviar su mejor sistema defensivo, probablemente de misiles y lanzaderas excedentes de países como Alemania o Polonia.

Franceses e italianos no quieren quedarse atrás y también van a transferir sistemas antiaéreos modernos SAMP/T, de aspecto y funcionamiento similar a los Patriot, para Kiev, mientras que poco a poco van llegando las baterías españolas Hawk hasta Ucrania para reforzar esa defensa aérea. La estrategia de Rusia ha pasado estos meses por atacar con drones iraníes y misiles de crucero indistintamente. Mientras los primeros son fáciles de derribar, los segundos no lo son tanto. Además, Moscú está usando viejos misiles nucleares, pero desprovistos de su ojiva atómica, como señuelo para que Kiev tenga que saturar sus defensas y así perder efectividad en el derribo de proyectiles. Alguno de esos misiles de la Guerra Fría usados por Moscú provienen, irónicamente, del arsenal nuclear entregado por Ucrania a Rusia a cambio de su reconocimiento como estado propio. Es decir, Putin también está acatando Ucrania con misiles ucranianos.

Si la aviación rusa ha sido incapaz de lograr la supremacía aérea durante este conflicto, tanto los misiles Patriot como los MiG29 van a dificultar aún más cualquier misión de bombardeo de Moscú sobre cielo ucraniano. Desde hace meses los cazas rusos no se aventuran sobre territorio enemigo para no ser derribados. Rusia ya ha perdido 67 aviones de combate y 72 helicópteros en esta invasión, mientras que la aviación ucraniana, que tuvo muchas pérdidas los primeros días de guerra, sigue volando. Una humillación para Moscú, que presumió desde el principio de haber acabado con ella.

El dictador ruso, que preveía un agotamiento occidental en el apoyo a Ucrania, lleva 10 meses pronosticando algo que aún no ha sucedido en el conflicto. Es más, está sucediendo lo contrario: cada vez llega más y mejor material, porque desde el verano el objetivo ya no es que Ucrania resista, sino que Ucrania gane la guerra. Más allá de los Patriot o los MiG29, que es armamento de alto nivel, hay países que se incorporan a esos envíos. Marruecos prometió hace unas semanas mandar recambios para los carros T72de origen soviético que Ucrania ha arrebatado a los rusos, así como los cientos que posee gracias a las donaciones de Polonia o Eslovaquia.

Además, según ha declarado Richard Kubena, director de la empresa armamentística checa Excalibur, un país africano que había enviado sus tanques T72M para ser modernizados, ha decidido donarlos a Ucrania, sin que haya trascendido el nombre de ese país. ¿Puede ser de nuevo Marruecos? Como socio preferencial de Washington en el continente, tiene muchas papeletas de serlo.

Aunque los propagandistas prorrusos habían pronosticado una bajada en la intensidad de la guerra por el invierno que iba a beneficiar a los invasores, la realidad es la contraria: ahora se están viviendo grandes batallas en el frente, como Bajmut, donde Rusia trata de arrebatar esa localidad sin valor estratégico alguno a Ucrania, y Kremina, donde los ucranianos tratan de avanzar hacia las ciudades de Lisichansk y Sverodonetsk, la llave de la región de Lugansk.

Los proyectiles de artillería, que comienzan a escasear en los polvorines, son el siguiente quebradero de cabeza para ambos bandos. Los últimos lanzados desde el lado ruso ya tienen 40 años de antigüedad, lo que sugiere que están teniendo que recurrir a las piezas más vetustas, con un enorme riesgo de reventón dentro del propio cañón. Ucrania ha comenzado a fabricar de nuevo munición soviética de 152 milímetros para alimentar sus obuses de procedencia soviética, mientras que espera que los de 155 milímetros, de calibre OTAN, sigan llegando puntuales desde los arsenales de sus aliados, que han puesto toda la maquinaria en marcha.

Agencias

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