¿Es Will Smith un aliado feminista, un hombre que usa su privilegiada condición para resarcir a todas las mujeres humilladas, encarnadas en su mujer? ¿O es un macho atávico?
NotMid 28/03/2022
OPINIÓN
Lo primero es reconocer que el guantazo existe. Si llevamos la duda metódica a los extremos del escepticismo digital o de la conspiranoia sistemática, la ciencia moral resulta impracticable. Así que aplicaremos la navaja de Ockham a la hipótesis del montaje para ganar audiencia. Los hechos desnudos postulan a un presentador que asume los afilados códigos de la mordacidad, a una esposa agraviada por esos códigos, a un marido dispuesto a reparar la afrenta al viejo estilo y a la opinión pública mundial dividiéndose entre partidarios y detractores del sopapo. Todo esto sucede en Hollywood, matriz del poder blando americano. A juicio de Chris Rock, quizá no tan blando. Y desde luego, tampoco blanco.
¿Es Will Smith un aliado feminista, un hombre que usa su privilegiada condición para resarcir a todas las mujeres humilladas, encarnadas aquella noche en su mujer? ¿O es un macho atávico que protege a golpes su propiedad? ¿Realizó el afroamericano un intolerable ejercicio de apropiación cultural de la identidad hispana, que desde Calderón de la Barca compromete cuerpo y alma en la defensa de la honra? Y en ese caso, ¿por qué no envió a sus padrinos -Denzel Washington y Bradley Cooper- para batirse al amanecer con pistola o florete siguiendo la liturgia minuciosa del Marqués de Cabriñana? Y si Smith ocupa en la industria del cine una posición superior a la de Rock, ¿subyace a la bofetada la opresión de clase, de forma que la mano abierta de Will operó como una fuerza represiva frente al conato emancipatorio de Chris? ¿Marca la enfermedad el límite del humor si la enfermedad afecta a una mujer negra? ¿Puede doña Jada invocar su salud mental, que en el credo progresista ya equivale al dogma de la Inmaculada Concepción, para justificar un castigo ejemplarizante? Y pese a que el contencioso se dirime entre dos hombres negros, ¿cabe aquí descartar del todo el conflicto racial, ese pecado americano que no encuentra redención, o hay negros más negros que otros? Sobre todo y para lo que interesa al español: ¿la hostia es de izquierdas o de derechas?
Veamos. Con el imperativo categórico en la mano, el guantazo (con la otra) es indefendible. Por reivindicar el derecho a responder unilateralmente cuando percibimos una ofensa a nuestra integridad estamos como estamos en Ucrania, solo que Putin cree que Rusia entera es su esposa. Sin embargo, basta acudir a las fuentes del realismo político para concluir que los hombres jamás obran en la práctica de modo que sus actos puedan elevarse a norma universal. La revolución ética de Maquiavelo consiste precisamente en afirmar que llegado el momento la gente seguirá reaccionando como Will Smith.
-El amor te lleva a hacer locuras -lagrimeó Smith. Por qué lo llamarán amor cuando quieren decir vanidad. Que es exactamente lo contrario.
ElMundo