Urdió el chantaje a Edmundo González en la embajada, y para entonces ya había conseguido que Sánchez se pasara a Maduro
NotMid 23/06/2025
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Muchos de los movimientos convulsos que se están produciendo en la izquierda sólo se explican por la activa participación de Zapatero. En la operación «salvar al PSOE sacrificando a Sánchez» participan muchos, casi todos, sanchistas hasta ayer… y ni un día más. Pero este PSOE es distinto del que jugaba al corro a las puertas de la cárcel de Guadalajara, cuando Felipe abrazó a Barrionuevo y Vera, vio cómo se cerraba a sus espaldas el portón y se largó a México. Todo eso cambia con Zapatero, creador teórico y práctico del sanchismo y de la corrupción actual, con el narco-oleoducto Madrid-Caracas.
Zetapé, con su mirada de «bobo solemne», único acierto crítico de Rajoy, montó en la embajada en Venezuela, con Morodo, viejo amigo de Bono de los tiempos de Tierno, una basílica de la corrupción. Bono, ministro de defensa, la inauguró al venderle a Chávez, para la guerra contra la Colombia de Uribe, cuatro fragatas con tecnología norteamericana. En el Comité de Acción Exterior estaba Biden, que vetó la entrega de tecnología militar a España, pero, sin ella, el negocio siguió; las comisiones, también.
Zapatero, ya fuera de Moncloa, se convirtió en embajador del narco venezolano y del Grupo de Puebla. Urdió el chantaje a Edmundo González en la embajada, y para entonces ya había conseguido que Sánchez se pasara a Maduro. En los papeles de la UCO y las declaraciones de Aldama queda claro que el cambio de reconocer a Guaidó a ignorarlo en favor de Maduro lo organizó Zapatero. El primer pago fueron las maletas de Delcy, pero ha habido muchos más, para el Gobierno, el partido y Sánchez. Por ejemplo, el dinero para la presidencia de la Internacional Socialista, importante para su vanidad, pero mucho más para aquel régimen, que hizo de España el camello diplomático del narco venezolano. Ha dicho Aldama que, al Zapatero que ahora lo desprecia, lo llevó él en su avión privado de Caracas a República Dominicana. Con algo sería, acaso parecido al equipaje de Begoña cuando viaja a la isla de los Hidalgo, cuya fortuna, gracias al rescate de Air Europa, tanto debe a los Sánchez.
Las huellas del dinero venezolano en Sánchez son todas de Zapatero. Y si busca que caiga es para mantener su pingüe negocio de comisionista. Él anima la solución Illa, Bolaños o cualquier mirlo blanco que no cante. Pero si cae Sánchez y sigue ZP, nada cambiará. En el hampa sanchista, el Padrino es él.