NotMid 08/12/2025
Resto de Europa
Londres.— Volodimir Zelenski se ha reunido este lunes en Londres con los líderes de las principales potencias europeas para abordar lo que fuentes diplomáticas califican como “temas delicados”. El encuentro con el canciller alemán, Friedrich Merz; el presidente francés, Emmanuel Macron; y el primer ministro británico, Keir Starmer, se produce en un momento crítico: las conversaciones de paz impulsadas por Estados Unidos se han estancado, y crece el temor en el Viejo Continente a que Washington fuerce un acuerdo desfavorable para Kiev.
El presidente ucraniano ha hecho un llamamiento a la unidad transatlántica, advirtiendo que la resolución del conflicto requiere de ambas orillas del Atlántico:
“Hay cosas que no podemos gestionar sin los estadounidenses y cosas que no podemos gestionar sin Europa. Por eso necesitamos tomar decisiones importantes”.
El frente europeo ante la presión de Washington
La publicación del nuevo plan de alto el fuego estadounidense ha encendido las alarmas en las capitales europeas. Existe el temor fundado de que Kiev se vea obligada a aceptar condiciones favorables a Moscú que, a la larga, desestabilicen el continente. El tono sombrío de la cumbre en Londres denota la magnitud del desafío: gestionar una guerra en suelo europeo con una administración estadounidense cada vez más alejada del modelo de seguridad tradicional.
En un movimiento inusual, tanto Macron como Merz han lanzado mensajes velados marcando su propia posición frente a la deriva de la Casa Blanca. Macron ha asegurado que Europa y Ucrania tienen “muchas cartas en la mano”, rebatiendo las declaraciones de Donald Trump, quien afirmó a principios de año que Zelenski carecía de fuerza negociadora.
Por su parte, el canciller alemán Friedrich Merz ha sido especialmente contundente al vincular la supervivencia de Ucrania con la seguridad alemana:
“Todos sabemos que el destino de este país es el destino de Europa. […] Tenemos que hablar de eso. Por eso estamos aquí”.
Merz reconoció con franqueza su escepticismo sobre disposiciones clave de la propuesta de paz elaborada por EE. UU., subrayando la necesidad de reevaluar los términos. Mientras tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha emitido un comunicado respaldando la postura de la cumbre: “En esta nueva era, la geoeconomía va de la mano de la geopolítica. Europa tiene los medios y la voluntad de aumentar la presión sobre Rusia”.
La impaciencia de Trump y el estancamiento
Al otro lado del Atlántico, la paciencia parece agotarse. El domingo por la noche, el presidente Trump criticó abiertamente a Zelenski, afirmando sentirse “decepcionado” porque el líder ucraniano aún no había leído la última versión de la propuesta de paz, fruto de horas de negociación entre el equipo estadounidense y Putin.
“A su gente le encanta, pero a él no”, lamentó Trump antes de la cita de Londres, insinuando que Rusia sí está conforme con los términos actuales.
A pesar de que el enviado especial Steve Witkoff y Jared Kushner llevaron un plan revisado a Moscú y mantuvieron conversaciones en Miami con funcionarios ucranianos, el proceso terminó el sábado sin avances significativos. Zelenski, en una entrevista con Bloomberg News, señaló que las negociaciones están lejos de un acuerdo, especialmente en las cuestiones territoriales.
La batalla económica: Activos congelados y economía de guerra
Mientras se discute la paz, la guerra económica se intensifica. Los líderes europeos han debatido la utilización de los activos rusos congelados, la mayoría ubicados en Bélgica. Sin embargo, no hay consenso:
- Alemania se muestra partidaria de aportar el 25% de un “préstamo de reparaciones”, actuando como garante.
- Francia se niega a entregar los activos del Banco Central de Rusia directamente y mantiene opacidad sobre qué bancos los custodian, según el Financial Times.
- Reino Unido, por boca de Starmer, insiste en que cualquier alto el fuego debe ser “justo y duradero”, apoyando el uso de estos fondos.
Paralelamente, las sanciones occidentales comienzan a mostrar grietas en la economía rusa, aunque Moscú resiste. Las autoridades rusas han anunciado un aumento del IVA al 22% (rompiendo la promesa de Putin de no tocar impuestos hasta 2030) y planean duplicar el límite de horas extras laborales ante la escasez de mano de obra.
No obstante, Rusia sigue contando con vías de escape: Viktor Orbán reveló este fin de semana que Turquía garantizará el flujo de gas ruso hacia Hungría, asegurando recursos vitales para el Kremlin.
Desde el Elíseo, el mensaje final busca disipar el derrotismo: “Ucrania no está al borde del colapso”. La troika europea se ha comprometido a intensificar el trabajo para ofrecer a Kiev garantías de seguridad sólidas, independientemente del resultado de las negociaciones en Washington.
Agencias
