La jornada patriótica de ayer en el PSOE acabó con la UCO irrumpiendo en la sede central de Forestalia, la empresa que ha destrozado a molinazos los paisajes aragoneses
NotMid 12/12/2025
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Ayer, el Tribunal Supremo confirmó el procesamiento de Ábalos, Koldo y Aldama; dos, en la trena y el autoinculpado, en libertad condicional. Un día antes detuvo la UCO a Antxon Alonso, el eslabón perdido empresarial entre el Bildu de su vecino Otegi y el PSOE de su colega y socio Santos Cerdán, quien con su amigo abertzale engrasó la férrea alianza de Sánchez y la ETA. Ayer pasó su segunda noche en un calabozo Leire Díez, la fontanera del PSOE que se presentaba como «la chica de Cerdán» y tentaba con tratos de favor a un fiscal mientras ofrecía a los medios un vídeo sexual de otro fiscal que no la obedecía. Sobre Balas, teniente coronel de la UCO, dijo una vez: «Si está muerto, mejor», y lo intentó de mil maneras. Pero cuando la pillaron se declaró «periodista de investigación», que hace falta estar desesperada.
Con ella entró en los calabozos -pronto, en Soto del Ferraz– la mano derecha de María Jesús Montero y ex presidente de la Sepi, Vicente Fernández, cuyo patrimonio floreció y migró a Servinabar, el área de negocio de Cerdán y Antxon para sobornos entre políticos, empresarios y viceversa. Y ayer también detuvo la Policía al CEO de Plus Ultra, aerolínea venezolana sin aviones que reflotó Ábalos.
Pero no acabó ahí la jornada patriótica: la UCO irrumpió en la sede central de Forestalia, la empresa que ha destrozado a molinazos los paisajes aragoneses y que corrompió, con el respaldo de los Gobiernos de Lambán, a la clase política de media provincia de Teruel. Cómo estaríamos que la catedrática Begoña Gómez se decidió a redimirnos y trincó una pasta para sacar del pozo la vaciada «ruralidad» (sic) de las sierras turolenses. Les he dedicado aquí varios comentarios a Forestalia y al reparto que Salomón Lambán hizo entre esta empresa y los Sumelzo de las concesiones de las renovables: los molinos, para Samper y las placas solares, para los Sumelzo, familia de Susana, vieja amiga de Sánchez y hoy secretaria de Estado. Desde 2017 ha obtenido su empresa 29 millones de euros en obra pública, sobre todo, del Ministerio de Teresa Ribera, madrina de su impunidad.
Y en esa investigación, la UCO va y descubre que Forrestalia y Sumelzolia se intercambiaban el accionariado de sus empresas, que al cabo eran la misma, y a pillar dinero público. Juntas tributaban a Servinabar -Cerdán y Alonso-, y hasta compartían domicilio social en la calle Serrano, tan lejos de Teruel, tan cerca de Sánchez. Todo un ejemplo de optimización de recursos y de la monstruosa estafa de las renovables.
