La oleada de ERTE que sustituirá al despido objetivo seguirá maquillando nuestras estadísticas de paro, que de eso se trata
NotMid 30/03/2022
OPINIÓN
IGNACIO RUÍZ-JARABO
El Gobierno aprobó ayer un conjunto de medidas que, unido al acuerdo europeo sobre el precio energético, ya está siendo calificado otra vez por los apologetas de Pedro Sánchez como «histórico». La verdad es que este calificativo lo están desgastando de tanto usarlo. Histórica fue la mini contrarreforma laboral, histórico fue el acuerdo adoptado por la ministra de Transportes con las grandes empresas del sector y que duró solo tres días, histórico ha sido lo acordado el viernes en la Unión Europea… En realidad, las últimas actuaciones del Gobierno conforman una miscelánea que en parte es agua con sifón y en parte un quintal de populismo.
Para empezar, y aunque nos lo quieran vender envuelto en papel de regalo, lo acordado el viernes por la Unión Europea no es de momento más que una raya en el mar. Se pasó Pedro Sánchez una semana pregonando por Europa que somos 27 socios y que debería adoptarse una decisión común sobre el sistema de fijación del precio de la energía. La respuesta europea ha sido «niet». Ante su enfado por la negativa recibida y a fin de evitar un final conflictivo de la cumbre, se le ha permitido que, junto a Portugal, presente una propuesta de solución diferenciada para la península Ibérica, propuesta que debe ser aceptada en una cumbre posterior ¿Dónde está el éxito? ¿En haber logrado la solución conjunta a la que se aspiraba? Evidentemente, no. ¿En haber conseguido una buena solución para España y Portugal? Ya veremos cuanto de buena es la que finalmente se nos acepte. De momento, nuestra factura eléctrica no ha bajado un céntimo y, dentro de unas semanas, se verá en cuánto se reduce. De manera que estamos ante un posible éxito futuro de Sánchez. O ante un posible futuro fracaso. Depende de lo que nos sea aprobado. Pero, eso sí, escuchando a algunos, pareciera que el Gobierno ha conseguido ya el cielo.
Para continuar, la llamada bonificación del combustible es el timo del tocomocho, 20 céntimos de euro por litro es aproximadamente el exceso de IVA que recauda hoy el Estado por cada litro consumido debido al aumento del precio del combustible en relación con el que tenía antes del inicio de su escalada. Quiere decirse que, graciosamente, el Estado renuncia durante tres meses a seguir enriqueciéndose con la carestía de los combustibles, pero no se engañen, que no se aviene a devolvernos ni un ápice del enriquecimiento que ha disfrutado durante los últimos 15 meses.
Por cierto, la generalización urbi et orbe de la medida desnuda los dos acuerdos adoptados la semana pasada con las grandes empresas del sector del transporte. El último queda desnudo porque ahora nos conceden a todos los consumidores la misma bonificación que a los transportistas. El primero, el apodado «histórico» por la histérica ministra del ramo, era aún más raquítico, por lo que su desnudez es todavía mayor. Está claro, el Gobierno se empeña diariamente en demostrarnos que las pymes y los autónomos del transporte tienen razón. Con la bonificación de Pedro Sánchez, llenar el depósito de su camión les costará un 70% más que hace 15 meses. Pero ya se sabe, son unos agentes de Putin.
Y, tras la raya en el mar y el timo del tocomocho, una buena ración de populismo. No es otra cosa el límite para la actualización del precio del arrendamiento de las viviendas. No es otra cosa el aumento del ingreso mínimo vital. Y no es otra cosa la prohibición del despido por causa de crisis en la empresa.
Entre tanto, España sigue siendo el país de la Unión Europea con mayor tasa de desempleo, con una tasa que dobla la que tienen nuestros dos vecinos -Francia y Portugal- y que es cuatro veces mayor que la existente en Alemania. Ahora bien, la oleada de ERTE que sustituirá al despido objetivo seguirá maquillando nuestras estadísticas de paro, que de eso se trata.
TheObjective