Ante la intrasigencia del grupo terrorista y en medio de disidencias internas, crisis humanitaria, protestas en las calles y el temor por el futuro de los rehenes, el gobierno de Netanyahu toma una decisión clave
NotMid 07/08/2025
MUNDO
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Eyal Zamir, ha expresado una fuerte y pública oposición al plan del primer ministro Benjamin Netanyahu para una ocupación total y sostenida de la Franja de Gaza. Zamir advierte que esta estrategia, lejos de ser una solución, es una “trampa” que podría poner en riesgo a los rehenes, desgastar a las tropas y arrastrar a Israel a un conflicto prolongado, con graves implicaciones para la seguridad nacional a largo plazo.
La postura del mando militar
El rechazo de Zamir no es solo una objeción puntual, sino una evaluación estratégica profunda. Desde el punto de vista militar, una ocupación completa de Gaza, un territorio densamente poblado y con una intrincada red de túneles, es vista como una operación de alto riesgo y baja recompensa. La experiencia histórica de Israel en Líbano y en la propia Gaza ha demostrado que las ocupaciones prolongadas a menudo generan resistencia continua y un desgaste constante de recursos y vidas humanas. La cúpula militar teme que un despliegue masivo y permanente de tropas en Gaza desviaría recursos de otras amenazas, como la frontera con Líbano, y crearía un escenario de guerrilla urbana interminable. Además, se argumenta que este tipo de operación podría reducir las posibilidades de negociar un acuerdo para la liberación de los rehenes, ya que Hamás no tendría incentivos para ceder.

Manifestantes exigen un acuerdo para liberar a los rehenes y evitar la expansión militar en Gaza (REUTERS/ARCHIVO)
El dilema político de Netanyahu
La propuesta de ocupación total de Netanyahu surge de una compleja red de presiones políticas internas. Por un lado, el primer ministro enfrenta a sus aliados de ultraderecha, que exigen una “victoria absoluta” y la reimplantación de asentamientos israelíes en Gaza. Esta facción considera que cualquier solución que no sea el control total es una traición a los objetivos de guerra. Por otro lado, la presión de las familias de los rehenes, que se manifiestan casi a diario, exige un enfoque que priorice la liberación de sus seres queridos, incluso si eso implica detener temporalmente la ofensiva. La postura de Netanyahu, de buscar una ocupación total para garantizar la seguridad a largo plazo, busca apaciguar a su base política más radical, mientras que su propuesta de transferir el control a “fuerzas árabes amigas” es un intento de responder a las preocupaciones internacionales sobre la gobernanza del territorio.

El gabinete de seguridad de Israel debate si ordena la ocupación militar total de la Franja de Gaza para eliminar a Hamas (REUTERS/ARCHIVO)
Crisis humanitaria y violaciones del derecho internacional
Las advertencias de Zamir y de organizaciones internacionales coinciden en el grave impacto humanitario de un plan de ocupación. La Franja de Gaza ya sufre una crisis sin precedentes, con millones de personas desplazadas, una escasez aguda de alimentos, agua y medicinas, y el colapso de su infraestructura. Una ocupación total podría desplazar forzosamente a un millón de palestinos hacia áreas aún más confinadas, lo que podría constituir una grave violación del derecho internacional humanitario y las Convenciones de Ginebra. Países como Estados Unidos han expresado su fuerte oposición a una ocupación prolongada, advirtiendo que esta medida solo alimentaría el resentimiento y la inestabilidad en la región.
Un momento decisivo para el conflicto
La decisión final del gabinete de seguridad de Israel es un punto de inflexión. Si el plan es aprobado, marcaría una escalada sin precedentes que podría prolongar el conflicto por años, con consecuencias devastadoras para la población civil de Gaza y un alto costo para Israel. Si, por el contrario, es rechazado o modificado, podría abrir la puerta a un cambio de estrategia, posiblemente hacia negociaciones más intensas para la liberación de rehenes, aunque esto podría generar una crisis política para Netanyahu. La disyuntiva entre la seguridad a corto plazo y las consecuencias a largo plazo está en el centro de este debate, y la resolución final determinará el rumbo de la guerra.