La portavoz de ERC ha dejado claro que no piden la amnistía para «pasar página», sino «para poner el marcador a cero», algo inédito
NotMid 18/09/2023
OPINIÓN
JOSÉ IGNACIO TORREBLANCA
Como ocurrió con las reformas de la sedición y de la malversación que llevó a cabo el PSOE en la pasada legislatura, toca ahora a los argumentarios abrir el paso a la legitimación de la amnistía recurriendo a supuestos casos en nuestro entorno europeo en los que se habrían dado procesos similares. Entonces, el empeño no se sustentaba en los hechos. Al contrario: a poco que se rascara un poco se constataba la severidad con la que todos nuestros socios democráticos se toman la sedición y la malversación. Ahora ocurre lo mismo.
La Universidad de Edimburgo y la Queen University de Belfast mantienen una base de datos de acceso público que alberga y detalla una por una las 289 leyes de amnistía que sus investigadores han constatado que se han firmado en el mundo desde 1990. Sí, ha habido amnistías en Europa posteriores a esa fecha, en concreto 34. Dieciocho de ellas se derivan de los procesos de reconciliación seguidos a la guerra y posterior desintegración de Yugoslavia, cinco se concedieron en Rusia en relación con las guerras chechenas, cuatro en Turquía en relación con el terrorismo político y el conflicto del Kurdistán, y otras dos en Ucrania y Moldavia. Solo encontramos tres que afecten a Estados miembros de la Unión Europea: la concedida en 1990 por el entonces presidente francés, François Mitterrand, a los rebeldes de Nueva Caledonia; la otorgada en Portugal en 1996 por el presidente, Mario Soares, al grupo armado Frente de Unidad Popular / Fuerzas Populares 25 de septiembre; y la que siguió en 1997 al acuerdo de paz en Irlanda del Norte.
Como ven, en todos los casos, no solo se trató de conflictos armados en situaciones de transición política o descolonización, sino que en todos ellos la amnistía se concedió al darse por cerrados y superados los hechos punibles. Aquí, sin embargo, ni los proponentes ni los demandantes de la amnistía consideran tal exigencia requisito previo o posterior. Al contrario, además de Puigdemont, resucitado de una existencia zombi por Yolanda Díaz, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha dejado claro que en su caso no piden la amnistía para «pasar página», sino, literalmente, «para poner el marcador a cero», algo inédito y que por sí solo ya obligaría al PSOE a negar de principio la posibilidad de hablar siquiera de amnistía. Pero no. Sigamos jugando con fuego.