NotMid 02/06/2023
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Arrogándose el papel del Rey, a quien corresponde disolver las Cortes, despreciando el Consejo de Ministros, que según la Constitución debe escuchar al presidente y acordarlo, y saltándose el protocolo de visita a la Zarzuela, Pedro Sánchez, alias Cum Fraude, Falconetti o Calígula, nos castiga obligándonos a votar en la ardiente semana del 18 de julio, de triste recordación. Por no votarlo el 28, convoca unas elecciones generales, a las que no irá con el PSOE, ya que también a su partido, o mejor, su cortijo, lo ha disuelto; en lo orgánico, al saltarse la Ejecutiva; en lo político, al hacerlo rehén del segundo plebiscito que convoca sobre Su Persona.
El último le ha sido adverso, así que sube la apuesta, deja de desgastarse hasta diciembre, desdeña la presidencia española de la UE y, sobre todo, impide al PSOE no ya echarlo de nuevo sino reconstruirse electoralmente. A las elecciones va como jefe del Gobierno Frankenstein, cuyo papel central desempeña, en teoría, el PSOE y, en realidad, Podemos, la ETA y el golpismo catalán. El PSOE es el PSOE y su circunstancia, o sea, sus aliados. Eso le ha perdido. Antes de las generales debía podar esas circunstancias y volver a su ser.
Para ello, lo normal era una crisis de Gobierno, quitar a los quemados y echar a la horda podemita, pactar Navarra con UPN y alejarse todo lo posible del golpismo catalán, que, como ya avisaron, “ho tornaran a fer“. Si creyera lo que dijo sobre el injusto castigo a sus baronías y munícipes, rehenes de un Gobierno tomado por Podemos y sometido a Otegi y a Junqueras, los castigados merecían un desagravio y el partido necesitaba una reconstrucción política y electoral de al menos seis meses, que los tenía, y, tal vez, en unas primarias elegir a otro candidato menos impopular. Pero Sánchez desprecia a todo el mundo que no sea ÉL, y no le ha dado esa oportunidad al PSOE, cuya base territorial son dos regiones despobladas.
Tras una campaña radical, polarizadora y guerracivilista, que lo hará aún más odioso a los españoles, Sanchezstein será el jefe de la oposición al régimen, no a un Gobierno PP-Vox, el factor que una todas las violencias antisistema contra el poder elegido democráticamente. El PSOE será carne de cañón.