El aspirante a alcalde de Nueva York, que se impuso en las primarias demócratas el pasado martes, se ha convertido en el enemigo número 1 de Wall Street, el universo MAGA y parte de su propio partido
NotMid 29/06/2025
USA en español
Zohran Mamdani, un legislador estatal de 33 años, ganó el martes las primarias del Partido Demócrata para la alcaldía de Nueva York. Nacido en Uganda de padres indios (llegó a la Gran Manzana cuando era un niño, y es ciudadano estadounidense desde 2018) Mamdani era un absoluto desconocido, un eslabón minúsculo en el aparato del Partido, un cargo menor en la capital del Estado (Albany). En unas horas, sin embargo, se ha convertido en el protagonista de la vida política en la costa Este, el hombre del que todos hablan, al que su propios compañeros de partido quieren cargarse y al que los conservadores atacan con una campaña de odio y xenofobia sin filtros.
Mamdani dio el salto al vacío hace unos meses para intentar reemplazar a Eric Adams, el enésimo alcalde neoyorquino que cae por corrupción, después de que presuntamente aceptara pagos en especie de Turquía a cambio de favores para unas obras de la embajada del país frente a Naciones Unidas. Adams, que luego dio un giro espectacular y exitoso para mendigar ayuda a la administración Trump, simboliza el pasado. Mamdani, que ha hecho historia derrotando en las primarias al ex gobernador Andrew Cuomo, se presenta como el futuro, pero su irrupción ha provocado un terremoto con pocos precedentes, levantando sarpullidos entre las filas progresistas.
Mamdani, que debe buena parte de su éxito a una serie de vídeos dinámicos, modernos, frescos (su madre es directora de cine), tiene un discurso considerado casi antisistema en EEUU. A favor de la educación y la sanidad pública, pidiendo la gratuidad del transporte público, la congelación de los alquileres en una ciudad que ya cobra más de 5.000 dólares de media por un piso de dos habitaciones. E incluso economatos públicos para que las rentas más bajas puedan hacer la compra. Por no hablar de más impuestos para los que ganen por encima del millón de dólares. Un discurso de izquierdas en Europa, una amenaza comunista en EEUU.
Su victoria ha provocado una reacción en cadena brutal, en un tono durísimo, una campaña de difamación que intenta destrozar sus aspiraciones en una ciudad que parece receptiva al mensaje que él transmite sobre coste de la vida y oportunidades. Donald Trump, el movimiento MAGA, los ultrarricos de Wall Street… Todos están alarmados, movilizados, histéricos ante la posibilidad de que un socialista musulmán llega al poder de la ciudad más grande del país. Ante la posibilidad de que pueda ser un nuevo Obama o un nuevo Alexandria Ocasio Cortez (AOC), líder oficiosa de la nueva oleada de la izquierda del partido y del país, a pesar de que no podría nunca convertirse en presidente.
“Por fin ha sucedido, los demócratas se han pasado de la raya. Zohran Mamdani, un lunático comunista 100%, acaba de ganar las primarias demócratas y va camino de convertirse en alcalde. Ya hemos tenido izquierdistas radicales antes, pero esto se está volviendo un poco ridículo. Tiene un aspecto horrible, su voz es áspera, no es muy inteligente, tiene a AOC+3, TODOS los tontos, apoyándolo, e incluso nuestro gran senador palestino, el llorón Chuck Schumer, se humilla ante él. ¡Este es un momento crucial en la historia de nuestro país!”, escribió en sus redes sociales el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Nueva York es la advertencia más clara hasta el momento de lo que le sucede a una sociedad cuando no logra controlar la migración. Los comentarios sobre la nominación de un anarcosocialista a la alcaldía por parte de los demócratas de Nueva York omite un punto: cómo la migración descontrolada transformó fundamentalmente al electorado neoyorquino. Los demócratas transforman la política cambiando a los votantes. Así es como se transforma una ciudad que definió el dominio estadounidense en lo que es hoy”, ha coincidido Stephen Miller, el asesor más poderoso y radical de Trump en la Casa Blanca.
Racismo e islamofobia
El abierto racismo y la islamofobia no son un problema para la familia o los amigos del presidente. “Esto pega fuerte”, tuiteó la congresista MAGA Marjorie Taylor Green, de Georgia, difundiendo una foto de la Estatua de la Libertad cubierta por un burka. “Nueva York ha caído”, escribió el hijo mayor de Trump, Don Jr., difundiendo un mensaje salvaje: “Soy lo suficientemente mayor para recordar cuando los neoyorquinos sufriendo el 11-s en vez de votar por él”, que compara a Mamdani con los terroristas que atacaron la ciudad por ser musulmán.
Andy Ogles, quizás el congresista republicano más pelota con el presidente, ha pedido incluso a la fiscal general que le quite la nacionalidad con un tuit profundamente racista. “Zohran ‘el pequeño Muhammad’ Mamdani es un antisemita, socialista y comunista que destruirá la gran ciudad de Nueva York. Debe ser deportado. Por eso solicito que se le someta a un proceso de desnaturalización”, escribió. “Tras el 11S dijimos que no olvidaríamos nunca, pero nos hemos olvidado”, se sumó en varios mensajes la congresista Nancy Mace.
No es sólo el mundo de la política, que parece intuir que se está forjando en EEUU un movimiento populista de izquierdas capaz de competir en la narrativa y la escenificación con el universo MAGA. También el mundo del dinero está muy nervioso, casi en pánico, hablando de dejar la ciudad e irse a Miami. El inversor Bill Aikman, uno de los mejores ejemplos de multimillonarios que han descubierto la luz trumpista en los últimos meses, ha resumido la posición del ‘dinero’ en esta carrera. Tras elogiar a Mamdani diciendo que “es un político excepcional que dirigió una campaña notable e inspiradora. Es inteligente y elocuente. Es joven y encantador, y logró minimizar las publicaciones y declaraciones incriminatorias de su pasado, presentando una alegre campaña de unidad”, asegura que sus ideas “serían desastrosas para la ciudad de Nueva York. El socialismo no tiene cabida en la capital económica de nuestro país. La capacidad de la ciudad de Nueva York para ofrecer servicios a los pobres y necesitados, y mucho menos al neoyorquino promedio, depende completamente de que sea un entorno favorable para los negocios y un lugar donde los residentes adinerados estén dispuestos a pasar 183 días y asumir la carga fiscal asociada. Desafortunadamente, ambos ya han comenzado a planificar sus salidas”.
En su largo mensaje, Aickman asegura que como quedan 130 días todavía para las elecciones hay tiempo de sobra para que surjo un candidato o candidata “carismáticos, inteligentes, elocuentes, atractivos, encantadores, jóvenes pero con más experiencia y, sobre todo, más centristas” y que hay “cientos de millones de dólares de capital disponible para respaldar a un competidor de Mamdani que se puede reunir de la noche a la mañana (créanme, estoy en los mensajes de texto y los grupos de WhatsApp), de modo que un gran candidato alternativo no pierda tiempo recaudando fondos. Así que, si el candidato adecuado levanta la mano mañana, los fondos llegarán a raudales”. Ofreciéndose él mismo para la tarea de captarlos.
La prensa económica, con el WSJ y la CNBC a la cabeza, han recopilado decenas de testimonios de pesos pesados de Wall Street alarmados pero sobre todo movilizados para impedir que gane las elecciones, incluso si eso supone financiar con millones al ex alcalde presuntamente corrupto Adams, que se quiere presentar como independiente, o al propio Cuomo, que haga lo mismo tras perder las primarias.
Incluso el establishment considerado como centrista, con figuras como Larry Summers, economista de Harvard y secretario del Tesoro de Clinton, se apuntan al linchamiento. “Estoy profundamente alarmado por el futuro del Comité Nacional Demócrata y del país, por la designación ayer en Nueva York de un candidato que no rechazó el eslogan de “globalizar la intifada” y aboga por políticas económicas trotskistas”
Agencias