La carta enviada este 2 de diciembre de 2025 por Hugo Carvajal Barrios, el que fuera todopoderoso Director de Inteligencia Militar de Hugo Chávez y luego de Nicolás Maduro, al presidente Donald Trump, no es una simple misiva. Es una bomba de tiempo con un sello oficial, un testimonio explosivo y altamente politizado que, de ser cierto, redimensiona la amenaza que representa el régimen venezolano para la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Carvajal, alias “El Pollo,” se dirige a Trump desde una prisión estadounidense, donde se declaró culpable en el marco de un acuerdo para combatir lo que él mismo llama “una conspiración de narco-terrorismo.” Su objetivo, afirma, es desenmascarar la verdad y proteger a los EE. UU. Pero el valor de su confesión reside precisamente en la dualidad de su figura: es un traidor al régimen que sirvió durante décadas, pero también es el testigo interno de más alto rango que ha decidido hablar.
La Acusación Central: Un Estado Criminal de “Guerra”
La columna vertebral de la carta es la premisa de que el Estado venezolano, bajo Maduro, es en esencia una organización criminal sofisticada. La sección sobre Narco-Terrorismo es la primera puñalada: Carvajal alega conocimiento personal de cómo el plan, supuestamente sugerido por el régimen cubano, se convirtió en una política deliberada para “armar el narcotráfico contra los Estados Unidos.” La colaboración con las FARC, el ELN, operativos cubanos y Hezbolá no fue un accidente de corrupción, sino un engranaje planificado para facilitar operaciones terroristas contra EE. UU. desde Venezuela.
Pero es en los apartados subsiguientes donde la misiva salta de la amenaza externa a la infiltración interna.
Tren de Aragua: Exportando Caos a la Frontera
La revelación sobre el Tren de Aragua es quizás la más alarmante en el contexto actual de seguridad fronteriza. Carvajal confiesa haber estado presente cuando se decidió organizar y armar a esta megabanda criminal. Lo más grave, sin embargo, es la evolución post-Chávez: afirma que Maduro expandió la estrategia, literalmente, “exportando criminalidad y caos” para reducir estadísticas de delitos internas y, crucialmente, para enviar miles de “operativos” armados y controlados por el régimen a los EE. UU., supuestamente aprovechando la política de fronteras abiertas.
Si la acusación es cierta, no estamos hablando de migración criminal espontánea, sino de una operación de inteligencia y seguridad del Estado que utiliza a pandilleros entrenados como una fuerza irregular en suelo extranjero. Cada secuestro, cada extorsión, es calificado por Carvajal como “un acto ordenado por el régimen.” Esto representa un desafío directo a la soberanía y seguridad interior de los EE. UU.
Espionaje y Subversión Electoral
La carta completa el perfil del adversario con revelaciones de alto nivel. En materia de Contrainteligencia y Espionaje, Carvajal detalla la propuesta rusa de pinchar los cables submarinos de internet para penetrar las comunicaciones del Gobierno de EE. UU. y la instalación de un puesto de escucha secreto en la isla de La Orchila. Más inquietante es la afirmación de que el régimen cubano y venezolano han infiltrado espías “disfrazados como miembros de la oposición” y, lo más grave, que diplomáticos y oficiales de la CIA en EE. UU. fueron pagados para asistir a Chávez y Maduro, actuando como espías de La Habana y Caracas.
Finalmente, el tema de Smartmatic y las Elecciones introduce el elemento de subversión democrática. Carvajal, como figura clave, afirma que la tecnología electoral que ayudó a crear el régimen en Venezuela, y que luego se exportó, puede ser alterada. Vincula a operativos del régimen con relaciones con funcionarios electorales y empresas de máquinas de votación dentro de los EE. UU., implicando que la integridad electoral puede estar comprometida por esta tecnología.
Conclusión: ¿Por Qué a Trump?
Carvajal concluye su misiva con un apoyo rotundo a las políticas que Trump implementó contra el régimen de Maduro, calificándolas de “justificadas” y “en defensa propia.” Esta dedicatoria hace que la carta sea, intrínsecamente, un documento político, diseñado para influir en el debate público y posiblemente en la campaña electoral.
Independientemente de la motivación —ya sea por supervivencia legal, por venganza o por genuina alarma—, el valor de la carta reside en la especificidad y el nivel de acceso de quien la firma. “El Pollo” Carvajal no presenta teorías de conspiración, sino supuestas políticas de Estado que convierten a Venezuela en una potencia hostil que utiliza el narco, las pandillas, la inteligencia rusa y la subversión electoral como armas de “guerra no convencional” contra su principal adversario.
La responsabilidad recae ahora en las autoridades estadounidenses: estas no son acusaciones que puedan desestimarse. Las revelaciones deben ser rigurosamente investigadas para determinar si la confesión de Carvajal es la prueba de una declaración de guerra encubierta que se libra silenciosamente en las calles y los centros de poder de los Estados Unidos.
