NotMid 03/12/2025
EDITORIAL
Vladimir Putin amenazó ayer a Europa con la «guerra» en un intento de aislarla de EEUU con el fin de forzar una negociación lesiva para Ucrania y beneficiosa para Rusia. En una maniobra estratégica para dividir a Occidente, el autócrata presentó a la UE como un obstáculo para la paz para excluirla de la mesa de negociación y reducir las conversaciones a un diálogo bilateral entre Moscú y Washington.
Putin usó la amenaza militar proferida antes de su encuentro con el enviado de Trump, Steve Witkoff -«No queremos guerra con Europa, pero si empiezan estamos preparados desde ya y no quedará nadie con quién negociar la paz»-, como palanca diplomática con la que intimidar a Bruselas. Y sumó esa advertencia al anuncio de que atacará a «petroleros de los países que ayudan a Kiev», en un intento de elevar el coste que para Bruselas tiene el apoyo al Gobierno de Zelenski. La ofensiva verbal fue acompañada, además, de una puesta en escena sobre el terreno: la conquista del bastión clave de Pokrovsk -que Ucrania desmiente-, con la que Moscú pretende mostrar músculo, imponer la narrativa de que Rusia está ganando y presionar a Trump para lograr nuevas cesiones.
La abierta hostilidad de Putin durante un encuentro destinado a evaluar el plan de paz patrocinado por Washington evidencia su nula voluntad de pactar y la urgencia de que Europa acelere los planes para blindar su seguridad.
