La inflación se mantendrá elevada, las condiciones financieras seguirán endureciéndose y los niveles de confianza se mantendrán “reducidos”, advierte el organismo en sus proyecciones de diciembre
NotMid 20/12/2022
ESPAÑA
El inicio de 2023 será complejo. El Banco de España es muy claro en este punto en sus últimas previsiones macroeconómicas que ha presentado este martes, y en las que además ofrece las claves del duro inicio de curso: inflación elevada, subida de tipos y escasa confianza.
Tras una desaceleración “significativa” en el tercer trimestre de este año y con la economía mostrando “un grado de dinamismo similar” en el prese trimestre, “en los próximos meses se espera que las dinámicas de la actividad española sigan caracterizándose de por una considerable debilidad“, advierte el organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos.
Y “esos próximos meses” serán, principalmente, el primer trimestre del año, periodo en el que el crecimiento esperado es de apenas una décima. El Banco de España no prevé por lo tanto una recesión, aunque el director general de Economía y Estadística, Ángel Gavilán, ha querido subrayar que no se puede descartar ningún escenario. Tampoco, por lo tanto, la recesión.
“Al inicio del próximo año se prevé que las presiones inflacionistas continúen siendo elevadas, que prosiga el endurecimiento de las condiciones financiera, que persistan unos niveles de confianza relativamente reducidos y que la actividad económica global presente un escaso dinamismo”, ahonda el supervisor en sus proyecciones de diciembre.
Después, una vez que llegue la primavera, la situación comenzará a cambiar y la actividad “recobrará un dinamismo creciente“. Los factores que propiciarán esta reactivación son “el alivio gradual de las tensiones en los mercados de energía y de las presiones inflacionistas”, también el despliegue esperado de los fondos europeos y “la resolución paulatina de las distorsiones en las cadenas de aprovisionamiento global”.
En este contexto, el Banco de España prevé que la economía experimente el siguiente comportamiento: un crecimiento del 4,6% para este año y del 1,3% para el que viene, lo que supone un incremento de una décima en el dato de 2022 y un rebaja, también de una décima, para 2023. Asimismo, en 2024 el dato esperado es del 2,7%, dos décimas menos, y para 2025 ofrece por primera vez una estimación que llega al 2,1%.
En cuanto a la inflación, el dato que el BdE para 2022 es del 8,4%, lo que representa tres décimas menos, y del 4,9% para 2023, cifra que representa una sensible revisión a la baja de siete décimas. Para 2024, en cambio, el organismo eleva el dato en 1,7 puntos porcentuales y la lleva al 3,6%.
Estas modificaciones, explica el Banco de España, se deben a una mayor rebaja de lo esperado en los últimos meses, la incorporación a todo 2023 de algunas medidas que el Gobierno mantendrá vigentes y que al retirarlas, en 2024, provocaría el mencionado repunte. La inflación, en cualquier caso, seguirá siendo alta durante un periodo largo de tiempo.
EL CONSUMO NO TIRA
El Banco de España también subraya que un factor esencial tan esencial para la economía española como es el consumo de los hogares no está tirando. “En comparación con otras partidas de demanda, el consumo de los hogares muestra una recuperación particularmente retrasada de los niveles pre-pandemia; aún se encuentra más de cinco puntos porcentuales por debajo del nivel alcanzado en el cuarto trimestre de 2019″, explica.
Gavilán ha explicado que “el recurso a la bolsa de ahorro que los hogares acumularon en las fases más agudas de la pandemia habría sido relativamente reducido y no habría supuesto un impulso significativo de los niveles de gasto”. ¿Por qué? “Porque sólo un 15% de los hogares que ahorraron habrían desahorrado”, ha expuesto.
Agencias