No hay nada, nada, que pueda justificar la invocación del alias de un criminal para pedir que no se vote a Pedro Sánchez
NotMid 15/07/2023
OPINIÓN
LUCÍA MÉNDEZ
Vengo con un humilde consejo para todos aquellos que, en una boda, en los toros, en una discoteca, en un mitin o en la soledad del cuarto de baño dentro de su cerebro han cantado Que te vote Txapote, con animación festiva, con rabia electoral, con inconformismo juvenil, con inquina antisanchista, con indignación justificada o por razones de origen desconocido. Pueden hacer un alto en esa campaña de eslogan imbatible, pegadizo, adictivo, genial y brutal, y aprovechar para leerse un libro que solo tiene 164 páginas, pero que contiene la sabiduría que solo puede dar el dolor. Se titula Salir de la noche y su autor es el periodista Mario Calabresi. Su padre, el comisario Luigi Calabresi, fue asesinado a tiros cuando él tenía dos años.
El hijo víctima del terror no carga las tintas, relata con sobriedad su manera de sufrir -a través de la investigación sobre el fanatismo que conduce al asesinato- para no olvidar. Italia también padeció sus años de plomo, con terrorismos de distinta raíz ideológica. Los italianos, como los españoles, tampoco han hecho un duelo adecuado ni una catarsis ni una purificación sana del infierno terrorista. Calabresi, sin pretenderlo, ha puesto el dedo en la llaga. Como en España lo puso Fernando Aramburu, también de forma inesperada, con su novela Patria. Cuando las sociedades no sanan adecuadamente sus heridas más bestiales, las cicatrices empiezan a sangrar por cualquier parte.
Txapote es el terrorista de ETA que asesinó a Miguel Ángel Blanco de dos disparos en la cabeza, mientras el inocente estaba de rodillas en el suelo y con las manos atadas a la espalda. Txapote es ahora un grito de guerra contra Pedro Sánchez. Un grito jaranero, risueño, cómico y alegre. Un grito imparable. Banal. Un fíjate la que estamos montando y que se joda Sánchez. No quieres té, toma tres tazas.
El nombre de Txapotedebería ser borrado del cerebro de España, salvo para escupirle cada 13 de julio. No hay nada, nada, que pueda justificar la invocación del alias de un criminal para pedir que no se vote a Pedro Sánchez. Hemos llegado a un punto en el que cualquier cosa puede decirse, gritarse y cantarse, sin pensar en las consecuencias de lo que se dice, se grita y se canta. Sin pensar siquiera qué es lo que se dice, se grita o se canta. Son muchas las ganas que tenemos de que llegue y pase el día de las elecciones. Entre otras cosas, para no seguir oyendo el grito que descompone, agrede y ofende a mucha gente. Quiero imaginar que quienes lo gritan no lo incorporarán a su repertorio festivalero.