NotMid 09/04/2022
ASIA
La dinámica de poder geopolítico entre China y Taiwán se personifica en cómo se desarrollan las relaciones en América Latina. China continúa ampliando su influencia en la región a través del comercio y la inversión mientras aliena y socava sistemáticamente el reducido número de aliados de Taiwán en el proceso.
“Todos las acciones económicas de China tienen motivaciones políticas”, dijo Edwardo Hoffman un economista sobre Latinoamérica.
Aunque sus aliados en la región están disminuyendo, Taiwán está trabajando para fortalecer los lazos con países amigos como Paraguay, Honduras, Guatemala y Belice.
Actualmente, solo hay 14 países en el mundo que reconocen la autonomía de la nación insular.
El 31 de marzo, una delegación de Paraguay se reunió con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, y firmaron dos memorandos centrados en la promoción de las inversiones y las exportaciones, la prevención de la gripe porcina africana y una carta de intenciones sobre la cooperación en cuanto a política industrial entre ambas naciones.
Los representantes de Paraguay que asistieron a la reunión fueron el ministro de Industria y Comercio, Luis Alberto Castiglioni, el viceministro de Industria, Ramiro Samaniego, y la viceministra de Exportaciones, Embajadora Estefania Laterza.
Los funcionarios de agricultura y ganadería, junto a miembros de la Unión Industrial Paraguaya, también estuvieron presentes durante una serie de discusiones entre el 28 de marzo y el 1 de abril.
Ing-wen expresó la esperanza de profundizar y fortalecer de manera integral las relaciones entre ambos países y promover de manera conjunta la prosperidad y el desarrollo.
Adicionalmente, la jefa de Estado señaló que desde que la cooperación económica entre Paraguay y Taiwán entró en vigor en 2018, ambos países han disfrutado de un crecimiento continuo en el comercio bilateral.
Durante lo peor de la pandemia, Taiwán se apresuró a ofrecer apoyo a las naciones amigas de Latinoamérica.
En 2020, el presidente de Guatemala, Alejandro Eduardo Giammattei, expresó su gratitud por la donación por parte de Taiwán de suministros críticos para la pandemia, tales como los kits de prueba de COVID-19, mascarillas quirúrgicas, termómetros infrarrojos, equipos hospitalarios y sistemas de detección automática. La nación centroamericana volvió a reafirmar su solidaridad con Taipei en diciembre de 2021.
Los funcionarios que representan a la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, también se comprometieron a apoyar a Taiwán en diciembre pasado, lo que representa un cambio notable de actitud respecto a sus promesas de campaña de desarrollar aún más las relaciones con China. La nación insular también donó USD 3 millones en ayuda a Honduras durante el punto álgido de la pandemia en 2020.
Sin embargo, algunos expertos dicen que mantener aliados en América Latina no tiene nada que ver con gestos de buena voluntad sino con el dinero.
El analista Fernando Menéndez dijo a los medios que cuando se trata de crear alianzas en la región, China tiene una ventaja obvia debido al tamaño de sus inversiones.
“La meta de los países latinoamericanos, en última instancia, es industrializarse. China llegó y ayudó a que eso sucediera”, dijo.
Beijing invirtió un total de USD 83,000 millones entre 2005 y 2020, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Además, el gobierno chino ha aumentado los préstamos a los países latinoamericanos.
A partir de 2020, el Banco de Desarrollo de China y el Banco de Exportación e Importación de China otorgaron 94 préstamos por un monto de USD 137,000 millones, la mayoría de ellos a Venezuela, Brasil, Ecuador y Argentina.
Esto se traduce a una influencia sustancial pero sutil sobre los gobiernos de la región.
El Salvador rompió lazos con Taiwán en agosto de 2018 bajo el expresidente Salvador Sánchez Cerén. Poco después, en noviembre, Beijing acordó entregar a la nación centroamericana 150 millones de dólares durante la visita diplomática de Sánchez Cerén a China.
“Este histórico encuentro entre los gobiernos de la República Popular China y la República de El Salvador ha dado excelentes resultados. Esto confirma que el establecimiento de relaciones diplomáticas con China es la decisión más importante de mi gobierno en política exterior”, dijo Cerén.
Menos de un año después, Nayib Bukele asumió el cargo y se adhirió rápidamente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China.
En diciembre de 2021, Nicaragua siguió su ejemplo y rompió relaciones con Taiwán en favor de China. El ministro de Asuntos Exteriores, Denis Moncada, fue tajante en su respuesta al repentino cambio de rumbo hacia China en la diplomacia.
“El gobierno de la República de Nicaragua reconoce que solo hay una China en el mundo… la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China”.
A modo de agradecimiento, China prometió más de USD 500 millones para ayudar a desarrollar la infraestructura eléctrica de Nicaragua.
Las grandes aportaciones de dinero que se dan o prestan a un país poco después de renunciar a Taiwán no se limitan a Nicaragua o El Salvador. Es una tendencia establecida en América Latina.
Así es como Beijing influye de manera gradual pero continua en las naciones en dificultades: utilizando la misma “diplomacia del dólar” que se critica que Estados Unidos emplea.
Hoffman dice que la táctica es el colonialismo con cualquier otro nombre. “Ellos [China] entraron como lo han hecho todas las demás entidades extranjeras capitalistas y coloniales en el pasado. Dicen que son diferentes, pero el enfoque es el mismo”.
Beijing no ha sido discreto al expresar sus opiniones sobre Taiwán, a la que considera una provincia rebelde.
Durante la Asamblea Popular Nacional del 7 de marzo de 2021, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, dijo: “Taiwán terminará volviendo al abrazo de la patria”.
Además, los movimientos estratégicos de China en la región han llamado la atención en Washington, lo que, según algunos expertos, es un tema de seguridad nacional.
El analista el Dr. Evan Ellis afirma que la financiación por parte de China del populismo autoritario próximo a las fronteras de Estados Unidos crea una amenaza importante. En segundo lugar está la posibilidad de que aumente la presencia de otros rivales de Estados Unidos en la región, como Rusia e Irán.
Las preocupaciones sobre la creciente influencia de China se expresaron en un informe del Congreso de noviembre de 2021, en el que se tomaba nota especialmente de la profundización de las relaciones políticas y militares estratégicas con los regímenes autoritarios de Latinoamérica.
Se mencionó que el “retroceso democrático” es excepcionalmente frecuente en Bolivia, Ecuador y Venezuela.
TheEpochTimes