Sánchez ni sabe lo que dice ni sabe escribir, pero sí sabe lo que quiere: mandar sin leyes que le estorben
NotMid 03/05/2024
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
SÁNCHEZ se ha escrito otra carta a sí mismo, esta vez dirigida a su partido, demostrando que, si no hizo la tesis doctoral, no fue por caradura y vago, sino porque, el pobre, no sabe escribir. Ya el «acoso y derribo por tierra, mar y aire» de la carta anterior mostraba una dramática incapacidad semántica, vamos, que no sabe lo que significan las frases hechas que usa. El acoso y derribo a las reses de cualquier ganadería de bravo sólo puede ser en el campo, o sea, en tierra. El genial Diego Bardón inventó para el Teatro Pánico de Arrabal e Ionesco la corrida submarina, en la que toros y toreros llevaban escafandra, pero todas las suertes naufragaban. Y caballos, garrochistas y novillos no podrían componer esa bella estampa, inmortalizada en tantas películas, con el agua al cuello. El acoso y derribo «por aire» plantea un problema aún mayor: ¿cómo galopar volando? En fin, Sánchez ni sabe lo que dice ni sabe escribir, pero sí sabe lo que quiere: mandar sin leyes que le estorben y sin periodistas que denuncien su tiranía.
Pero si el analfabetismo funcional del marido de bego.fundraiser es grave, el plagio es peor. Y Sánchez ha plagiado la ley que Delcy Rodríguez -la de las maletas en Barajas (quizás para Javier Hidalgo, sí, el de Air Europa, vía Aldama, sí, el amigo de Begoña, ante Koldo y Ábalos)- presentó el mes pasado en Venezuela. La número dos del Cartel de los Soles según la DEA hizo aprobar la Ley contra el Fascismo, el Neofascismo y expresiones similares. Y al leerla nos parece estar oyendo a Sánchez: «Establecer los medios y mecanismos para preservar la convivencia pacífica, la tranquilidad pública, el ejercicio democrático de la voluntad popular, el reconocimiento de la diversidad, la tolerancia y el respeto recíproco, frente a expresiones de orden fascista, neofascista o de similar naturaleza que puedan surgir en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela».
Que un Gobierno genocida, con ocho millones de ciudadanos que huyen a pie por cualquier frontera del terror y la hambruna comunistas, haga leyes así es normal. Calcan las de Fidel, Putin, Xi o Kim Jong-un. Que las plagie el presidente del Gobierno de un país de la Unión Europea, que se basa en el respeto a la división de poderes, la libertad de expresión y el Estado de Derecho, es demasiado. Incluso para Sánchez.