Tras sufrir pérdidas, Kiev logra abrir brechas en la primera línea rusa
NotMid 08/06/2023
MUNDO
En medio de la niebla de guerra, el segundo movimiento de la contraofensiva ucraniana ha comenzado hace unas horas en la zona de Huliapole y Oriskiv, en Zaporiyia, mucho más al este que el ataque de hace dos días cerca de Vuhledar, en Donetsk. Esta vez, las fuerzas empeladas parecen mayores, toda una punta de lanza acorazada, y tratan de penetrar en cinco cuñas con puños blindados de decenas de tanques por cada una. Según las imágenes difundidas por los rusos, ya se aprecian algunos carros de combate Leopard 2A4 (mismo modelo que envió España) y otros vehículos de transporte de tropas también de origen occidental.
De momento, sólo los rusos informan, porque Ucrania tiene decretado el silencio de radio, con lo que tiene eso de arriesgado por la absoluta falta de credibilidad de los canales proMoscú. En este momento, a pesar de la resistencia de esas primeras líneas defensivas, los ucranianos han conseguido abrir brecha hasta la aldea de Lobkove, en el camino a Tormak, el más importante nudo logístico ruso de la zona sur, cuyas vías férreas se abren en abanico hasta diferentes puntos del frente. También hay fuentes que admiten que los ucranianos han conseguido alcanzar la autopista H08, que les lleva hasta Tormak, aunque bajo el fuego de la artillería rusa.
En estos primeros compases de la contraofensiva, como es lógico, se están produciendo bajas ucranianas, algo comprensible teniendo en cuenta que se trata de una operación de ruptura por la fuerza en campos minados y con gran visibilidad para el enemigo. Es decir, se trata de algo asumido en este tipo de misiones en el momento en el que se recorre la tierra de nadie, que buscan ganar terreno rápido y consolidarlo sin comprometer demasiadas reservas.
El almirante español Juan Rodríguez Garat asegura a EL MUNDO que, «si se tratara de un ejército motivado y bien dirigido, los rusos impedirían que los ucranianos llegaran hasta el mar de Azov con total seguridad, pero su desempeño durante esta guerra ha sido decepcionante y eso abre opciones al ejército de Ucrania para cumplir sus objetivos». Además, cree que el principal esfuerzo «puede darse desde Zaporiyia hasta Melitopol, pero incluso hacia Energodar para sitiar la central nuclear de Zaporiyia, controlada hoy por Rusia, que supondría un golpe moral».
Desde luego, en los vídeos ofrecidos por los rusos, editados y preparados para su audiencia, se aprecian pérdidas de vehículos ucranianos, pero no la carnicería que la propaganda rusa trata de hacer creer. Al menos un Leopard 2 A4 ha sido alcanzado por la artillería rusa, según visualización de fuentes abiertas. La batalla no va a ganarse o a perderse en un día, así que habrá que esperar acontecimientos al menos durante unos días para ver quién se adjudica estos primeros movimientos.
También se han visto vehículos desminadores abriendo paso a las columnas de vehículos blindados por campos cuya densidad de minas anticarro es enorme. Ambas fuerzas aéreas participan en la batalla, la rusa, disparando contra las columnas en avance, la ucraniana, lanzando misiles para destruir la logística rusa en Melitopol y Mariupol, pero también en Tormak y en Lugansk, donde tres misiles Storm Shadow impactaron contra un taller de reparación de tanques rusos instalado en la fábrica de Luganskteplovoz. Kiev está usando masivamente sus lanzaderas Himars contra las defensas rusa, algo que Ucrania no había hecho hasta ahora, porque los dedicaba a atacar polvorines y bases enemigas.
AVANCES EN BAJMUT
Tras perder el control de la ciudad de Bajmut hace ahora un mes, el ejército ucraniano continúa avanzando por sus flancos de manera consistente para tratar de rodearla. Ayer, la 3ª brigada acorazada avanzó más de un kilómetro hacia el sur, mientras que en la tenaza norte liberaba territorio hacia las minas de sal de Soledar. «Bajmut no tiene mucho valor estratégico», dice el almirante Rodríguez Garat, «pero sí propagandístico, por eso a Zelenski le encantaría poder volver a recuperarla», comenta.
Tras reventar la presa, los rusos bombardearon ayer con furia la orilla que controla Ucrania, incluso en los puntos de evacuación de los civiles, así como los botes de los servicios de rescate. Esto supone, de nuevo, otro crimen de guerra en el inmenso catálogo que atesoran ya los rusos en esta invasión.
Justo antes de este bombardeo, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski se acercó a ver con sus propios ojos la dimensión de la catástrofe que han provocado los rusos con la voladura de una presa que estaba construida a prueba de ataques nucleares, y que sólo podía reventarse desde su interior. En los últimos meses estuvo siempre en manos rusas, con lo que sólo Rusia ha podido minarla y detonarla. Nadie ayer esperaba a Putin de visita en el otro lado del río, el que controla Rusia y que, según la narrativa del Kremlin, forma parte de su Estado en virtud de los pseudorreferéndums de otoño.
Con todo por confirmarse, a última hora de ayer algunas fuentes situaban un nuevo contraataque de Ucrania en la zona de Kremina, en Lugansk.
Agencias