Satisfacción en Génova tras el debate pese al “no” a la investidura de Feijóo: “Hemos conseguido justo lo que queríamos, que es retratar a los demás” y “consolidar el liderazgo”
NotMid 28/09/2023
ESPAÑA
El PP no se ha planteado esta investidura como un trámite aritmético hacia La Moncloa. Al equipo de Alberto Núñez Feijóo no se les escapaba que -igual ahora que hace un mes- no había posibilidades reales de arañar ni un voto más allá de los 172 reunidos junto a Vox, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro. «No somos tontos», le dijo Feijóo al PSOE, y eso vale también para la gestión de expectativas de los populares, que sabían a lo que iban.
Pero tampoco había planteado Génova este debate como un trámite fungible, sino como un evento político de primer nivel. Lo que quería Feijóo era aprovechar el encargo de Felipe VI para definir el debate de la gobernabilidad, con la vista puesta más en Pedro Sánchez que en sí mismo y con la amnistía como «contexto». O sea, como protagonista real de la refriega parlamentaria.
«Hemos conseguido exactamente lo que queríamos. Retratar a los demás. Viéndoles las caras hoy [por ayer] a los diputados del PSOE, estamos más contentos aún», apunta una dirigente de Génova. «Ahora es más difícil la amnistía», agrega otro miembro de la cúpula popular. «Nos ha ayudado que no salga Sánchez» a la tribuna de oradores para «no hablar de la amnistía». «Se han equivocado y lo saben», opinan las fuentes.
El propio Feijóo dijo sentirse «satisfecho», a su salida del Congreso: «No puedo estarlo más, sinceramente». ¿De qué ha servido la investidura? «Se ha acreditado quién ha ganado las elecciones y quién se ha quedado a cuatro votos de la mayoría absoluta. ¿Se abre una nueva etapa? «El viernes tenemos que volver a votar». ¿Y después? «Y después veremos las votaciones y seguiremos trabajando por nuestro país», se limitó a decir.
Con la vista puesta en el espacio electoral propio, para Feijóo este pleno ha sido un antes y un después. Tenía que consolidar el liderazgo (en la oposición, en principio) y establecer las pautas de una alternativa sólida que no sólo logre convencer a la vez y por completo todas las familias del PP -cosa que ha ocurrido por primera vez en muchos años-, sino que comience a ensanchar las bases de cara a la próxima cita con las urnas. Sea el 14 de enero, sea en 2027, o antes. «Ahora o pronto», repite como salmo responsorial el aún candidato.
FEIJÓO SEGUIRÁ «SÍ O SÍ»
Nadie en la cúpula del PP ni en el mapa de poder territorial veía la investidura en términos de éxito gubernamental, sino como la prueba del algodón del liderazgo de Feijóo. El dirigente gallego no sólo ha colmado las expectativas de los suyos, sino que ha lanzado un mensaje contundente: no piensa ni por asomo dar marcha atrás en su compromiso político nacional. «Él es un animal político, por supuesto que seguirá al frente de la oposición hasta las próximas elecciones», resume uno de los 11 barones de gobierno del PP. «Segurísimo, sí o sí», insiste ante los rumores -infundados- que han circulado en las últimas semanas en el particular radiopatio de los populares.
El PP cree que ha encadenado dos éxitos políticos en los últimos días, entendiendo la política como la capacidad de seducción y liderazgo del electorado. El primero fue el mitin del domingo, con más de 40.000 personas según la Policía y más de 65.000, según los organizadores. Supuso todo un chute de autoestima para el candidato. El segundo, los duelos personales con el PSOE, con Bildu y con el PNV, que han elevado el crédito como orador parlamentario de Feijóo muy por encima del que traía del Senado.
Conque hay euforia en los principales centros de poder popular. Los dirigentes más importantes creen que la sesión de investidura, aunque sea estéril y vaya a culminar en un rechazo rotundo del bloque de Sánchez a Feijóo, ha servido para consolidar la «alternativa» al Gobierno de coalición y para «sembrar» un «liderazgo social» con vistas a las próximas elecciones generales. Con ese ánimo optimista ha subido Cuca Gamarra, portavoz parlamentaria del Grupo Popular.
Tras estas dos jornadas de debate, dijo, «los españoles sabrán que hay una alternativa ante la cobardía de quien ni siquiera se atreve a debatir». «El señor Sánchez ha conseguido que su silencio lo delate, porque no se atreve a dar la cara en esta Cámara para reconocer que lo que está dispuesto a hacer es vender a España con tal de conseguir un único y exclusivo interés personal», agregó la número dos del PP.
Feijóo también incidió en su alegato final en la misma idea: «Sánchez ha preferido escapar para no decir la verdad» sobre la amnistía. Para Gamarra, ésa es la clave de la investidura: la omisión deliberada del debate sobre la amnistía de los delitos del procés. «Si era buena la amnistía, ¿por qué no la ha llevado en su programa electoral? Si era conveniente, ¿por qué no se lo ha dicho a los españoles? ¿Por qué permanece callado?», aguijoneó.
Para Gamarra, la sola posibilidad de hacer borrón y cuenta nueva penal para el independentismo catalán sería el primer paso para «una mutación constitucional» en la que se pasaría de un Estado autonómico a uno plurinacional. «Y eso significaría que ustedes están secuestrando la voluntad de la nación, porque España es un Estado autonómico, no federal», enfatizó la diputada riojana.
«En este Parlamento no hay una mayoría progresista, lo que hay es una minoría secesionista» que está arrastrando, a su juicio, al PSOE a «poner entre paréntesis el Estado de Derecho, porque eso es lo que están haciendo». «A usted sus socios lo quieren por su debilidad, y en estos momentos es más débil todavía», le dijo Gamarra a Sánchez, que volvió a su escaño durante el discurso de la portavoz popular.
Agencias