NotMid 23/02/2024
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Ábalos se fingió “estupefacto” cuando se enteró de la detención de su hombre de máxima confianza. Atónitos de verdad nos quedamos todos al ver a Sánchez decir que Feijóo se “aupó al poder del PP cuando alguien del partido denunció el caso de corrupción del hermano de Ayuso, que sigue sin investigar”. Como comenta un vecino, podría haber dicho que se debía esperar a la justicia, porque, al sentenciar ese caso, dejó claro que no hubo delito ni de Ayuso, ni del hermano ni de nadie. Pero le pudo el odio a la fruta y el afán de mentir, que en él es como respirar. No hay caso más investigado que el que Sánchez y Casado le montaron a Ayuso. La Fiscalía Anticorrupción y la europea de la sociata Concha Sabadell lo manosearon dos años para concluir que no hubo nada de nada. Pero la verdad estorba a un yonki de la trola. Y a Ábalos, Marlaska y Armengol; o a Illa, Iglesias y Sánchez.
Nadie puede creer que en un matón condenado por apalear un vecino y que no tenía ni el bachillerato actuase por su cuenta. Y no sólo de Ábalos, sino del Gobierno y del PSOE. Santos Cerdán, su descubridor, lo hizo custodiar los avales de Sánchez. Marlaska le endosó a Ábalos las cuarenta maletas de Delcy, que, Koldo mediante, no pasaron aduana. Eso sí, dijo por escrito a pregunta parlamentaria del PP que fue Ábalos el que le convenció para contratar a dedo a Koldo. ¿Y cómo la presidenta de Baleares, hoy del Congreso, y su homólogo canario, hoy ministro flauta, iban a oponerse al secretario de organización, amo de las listas y el que asumió la coordinación de las compras de material sanitario, cuando, tras el el 8M, Sánchez al fin reconoció el Covid? Ábalos era el hombre fuerte del Gobierno y del partido. Y todo lo robado por los falsos chinos de Zaragoza y de Sant Cugat, vecinos de Illa, fue parte de los 2.500 millones de euros que el de Sanidad, de la mano de Ábalos, dedicó a “agilizar” el atraco. En Palma aún hay un montón de cajas de mascarillas sin abrir, no sin cobrar.
Al final, el Gobierno dejó a las comunidades autónomas la compra de material. Pero llamó “insolidarias” a las mascarillas de Ayuso porque eran mejores y más baratas que las suyas, que había que tirarlas. Presidió aquel atraco Sánchez y lo vicepresidió Iglesias, al que Sánchez felicitó por lo bien que cuidó las residencias de ancianos. ¿Dónde está la Fiscalía?