NotMid 24/06/2023
OPINIÓN
ARCADI ESPADA
(Modelos matemáticos) Todos los ojos del mundo desde hace un año sobre Ucrania y Rusia. Ni un solo comentario advirtiendo sobre la posibilidad de que el ocaso de los dioses viniera por Wagner.
(Una larga enfermedad) El periódico ha publicado dos noticias urgentes e importantes en páginas interiores. La primera es un artículo de Montserrat Gomendio señalando las mentiras gubernamentales -mentiras y no cambios de opinión forzados por el cambio de los hechos- sobre lo bien que habían salido de la pandemia los escolares españoles y su comprensión lectora. La realidad es que siguen donde estaban, es decir, peor. Bastará este párrafo: “Aproximadamente un tercio de los países mantienen sus niveles de rendimiento (10), un grupo reducido mejora (3) y España se encuentra entre los 16 que empeoran. Es de destacar que entre los países que han cerrado los colegios por menos tiempo, España sobresale por ser uno de los pocos que empeoran sus resultados”.
La segunda noticia la daba Carlos Segovia a partir de un informe del Banco de España. Este párrafo: “La renta per cápita española no supera actualmente el 0,83% de la media de la Eurozona, un porcentaje idéntico al del año 1996 y muy próximo al 0,80% del año 1993. Por tanto, una vuelta a la casilla de hace 30 años en el sueño de la convergencia con Europa”. Las dos noticias están lógicamente vinculadas a las últimas crisis mundiales, la económica y la pandémica. De una y otra, y conforme al mantra de que las crisis siempre son una oportunidad, España ha salido plenamente reforzada en su lugar último de la fila. En la pandemia fue duro constatar que ocupando los primeros puestos en el rigor de los confinamientos y el uso de amuletos, la economía y la salud marcharon al unísono, despeñándose como en muy pocos otros países.
Cuando Segovia daba la noticia de la desconvergencia con Europa se sorprendía de que el hecho no formara parte de la campaña electoral. Pero es perfectamente natural. Al actual Gobierno no puede imputársele esa vuelta atrás ni la mayor parte de liderazgos negativos. Ni a este Gobierno ni al anterior ni al otro ni al otro. Es decir, se les debe imputar a todos. Y si los Gobiernos y las élites españolas en su conjunto son responsables de esta congelada decadencia también lo son el resto de los ciudadanos. Como los partidos políticos no han abandonado su programa de tratar a los ciudadanos como clientes, una campaña electoral no parece la mejor instancia para recordar las responsabilidades alícuotas en la parálisis española. Pero es cierto que ninguna de estas condiciones impediría que algún partido se impusiera la ímproba tarea regeneracionista, y partiendo de las implacables constataciones que dan los números propusiera a los españoles un contrato por el crecimiento -no solo económico: la española es una sociedad inverosímil, cada vez más envejecida e infantil- en el que el Gobierno cumpliera su parte y los ciudadanos la suya.
(Tx versus Ch) Lo puramente extraordinario de la desactivación del bronco y letal Que tevote Txapote es que la haya procurado el propio Partido Popular con su deshuevante campaña Verano Azul. Que te vote Chanquete, le han dicho sin pensar un minuto.
(Camps) Esta semana han terminado de declarar los testigos propuestos por la Fiscalía en el juicio que desde hace meses se sigue contra el expresidente Camps y otros secundarios. Es un momento clave, porque ya no habrá más de lo que hay, por así decirlo. Destaca una conclusión: la necesidad de abrir una investigación sobre la conducta del juez instructor, el funcionario socialista, José de la Mata, por si cometió prevaricación al decretar el procesamiento de Camps sin base racional alguna. Los funcionarios que podrían haber sido sensibles a las indicaciones del entonces presidente autonómico para que “contrataran con Gürtel” han declarado, sin excepción, no haber recibido indicaciones ni tener constancia de que otros las hubieran recibido. Incluso el ser doliente llamado Ricardo Costa, antiguo número dos del Pp en Valencia, que con sus quelqu’un m’a dit tramposos y cobardes dio al instructor la confianza de que podría sortear la prevaricación, no supo responder a la fiscal cuando le preguntó por la intervención directa de Camps en la adjudicación a Gürtel de un pabellón en Fitur: “Uf, yo no le puedo [informar…] Yo nunca he formado parte del Gobierno y no sé qué procedimientos se seguían”.
A la supuesta prevaricación del instructor se suma la ya consolidada de la prensa socialdemócrata, que trata desesperadamente de añadir una portada verdadera a las 169 falsas que publicó contra Camps. Han pasado ya 15 años -15- desde su primera y falaz arremetida, pero ni siquiera los sucesivos archivos de todas las causas en las que se intentó involucrar al presidente les han procurado al llamado Romerito –responsable de la información política en el periódico- y sus secuaces la posibilidad de recuperar la dignidad y la razón. Como el primer día, siguen en este último juicio de Gürtel deyectando sus falsedades, lógicamente esperanzados en que la condena de Camps fuera su absolución poética, una vez que dejaron cualquier jirón de honradez profesional en el largo y abrupto camino de estos años. La intervención de los testigos de las defensas y de los peritos alargarán las sesiones hasta el comienzo del otoño. No se espera que haya sentencia hasta noviembre. Entre absoluciones, archivos y sobreseimientos, Camps lleva nueve victorias judiciales y le espera la décima. Pero tales victorias se han producido a costa de la destrucción de una brillantísima carrera y de un sufrimiento personal que no tiene precedentes en la política española. Y, por supuesto, del arrendamiento a la Justicia de su vida en los últimos 15 años.
(Cara de pedrada) Paseo por Malasaña, como el loco que soy. Deben de caer unos 33 grados. Todo el barrio es un zoco de sudor. Me acuerdo de Collboni, el flamante alcalde de Barcelona. Ha tenido el buen gusto de dirigir a los grafiteros su primer mensaje. Voy a por vosotros, vino a decirles. La impunidad del destrozo practicado por esta banda dell’Arte no tiene comparación posible. Inmediatamente pienso en el alcalde Almeida, y en que algo tendría que hacer. En Malasaña y en todo Madrid. El paseo, sin embargo, me descubre la exuberante naturaleza común de grafitis y tatuajes. Supongo que cuando el grafitero ha acabado con las piedras, se pone contra sí mismo. En algunos momentos ya no distingo entre muros y cuerpos. Un examen del fondo cognitivo de las dos materias tampoco distinguiría.
(Ganado el 24 de junio, a las 17:18, con una coplilla que llevo en la cabeza para que me la cante Santos, y es que enterado de que Cercas, Saviano y otros grandes artistas habían ido a ver al Papa, que no me la quito y óyela: Al Rocío, al Rocío van las preñás, a pedirle a la Virgen un hijo más)