La decisión que adopte hoy el PP tiene que ser coherente con la idea cívica de España que proyecta Feijóo
NotMid 18/06/2023
EDITORIAL
El socialista Jaume Collboni debe dar un paso al frente para convertirse en alcalde de Barcelona y evitar que la ciudad quede en manos de Xavier Trias (Junts), ganador de las elecciones. Para ello resulta fundamental que la alcaldesa en funciones, Ada Colau, asuma los malos resultados que cosechó el 28-M y se aparte, como ha pedido el PP para apoyar a Collboni, y permita a los comunes votar al candidato socialista. A medida que se aproxima la constitución del Ayuntamiento, que se celebrará esta tarde, Colau se perfila como el principal obstáculo para que prospere un pacto necesario para la defensa de la convivencia democrática y la unidad nacional.
El gobierno de la capital catalana no es uno más, sino que constituye una cuestión de Estado. La experiencia traumática del procés dejó una lección fundamental y es que no existe el independentismo moderado, sino proyectos excluyentes que a mayor o menor ritmo, según la conveniencia, ponen todos los resortes de poder al servicio de la ruptura de la nación y la igualdad entre españoles. Es sin duda lo que puede esperarse de Trias, que en su etapa como alcalde ya situó a Barcelona a la vanguardia del plan separatista.
La correlación de fuerzas dibujada por los comicios es endiablada. El nacionalismo se ha reagrupado, de modo que Junts y ERC podrán gobernar juntos. Tras descartar los republicanos un acuerdo con el PSC y Colau, sólo si los ediles de En Comú Podem y el PP votan a favor de Collboni podrá evitarse la alcaldía de Trias.
El PSOE hizo ayer un llamamiento en esta línea tanto a Alberto Núñez Feijóo -con una hipocresía subrayable tras tantos años de no es no-, como a a Yolanda Díaz, pues los comunes forman parte de Sumar. La pregunta con la que Ferraz interpeló a Díaz es relevante: ¿la vicepresidenta respalda que su socio prefiera un regidor secesionista a uno socialista? La figura de Ada Colau, además, genera muchos problemas. Su mala gestión en estos ocho años ha recibido el castigo de los barceloneses, que la han situado en tercera posición. Cabe cuestionarse si es el ansia de aferrarse al poder lo que mueve a una dirigente política que siempre exhibió sus orígenes como activista.
La decisión que adopte el PP tiene que ser coherente con la idea cívica de España que proyecta Feijóo. Por mucho que una parte del empresariado de Barcelona pueda ver en Trias a un candidato cercano, la realidad es que actúa a las órdenes de Carles Puigdemont, mientras Junts se prepara para una campaña de marcado perfil independentista ante el 23-J. Hay momentos clave en los que los grandes partidos que han vertebrado nuestra democracia deben demostrar sentido de Estado. Uno de esos momentos tendrá lugar hoy en Barcelona. Es la hora del liderazgo.