El asalto al poder judicial de Sánchez no le sitúa sólo por encima de la ley, sino con capacidad para romper un país de la UE llamado España
NotMid 21/12/2022
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Sánchez podría haberse ahorrado el discurso golpista bipolar, pidiendo rebelión y tranquilidad, justo antes de que la UE respaldara al Constitucional. Araceli Mangas evocaba ayer los casos en que la UE ha atacado la política judicial de Polonia y Hungría, por una intromisión que considera ilegítima del poder ejecutivo en el judicial. Cosas peores han hecho Bélgica o España, y la UE ha disimulado. Pero el consenso progre condenó a los países del Grupo de Visegrado hasta que Putin invadió Ucrania. Ahora se distingue entre Polonia y Hungría, y la nuclear es verde.
Christian Wigand insistió ayer: “Las reformas legales en los países de la UE deben contar con todos los sectores implicados”. Justo lo contrario de lo que hace Sánchez. Pero algo que la UE no quiere ver: el precedente del golpe de Estado de 2017. El asalto al poder judicial de Sánchez no le sitúa sólo por encima de la ley, sino con capacidad para romper un país de la UE llamado España. Esa es la cuestión de fondo.
Las enmiendas de la Esquerra que, hurtándolas al debate en Cortes, asaltan el poder judicial en beneficio de Sánchez, buscan llevar a cabo la demolición del orden constitucional con referéndums separatistas, vil tarea reservada a Pumpido. No por casualidad enmendaban la liquidación del delito de sedición y el perdón del de malversación. Y eso sí que no tiene precedentes, ni en Polonia, ni en Hungría, ni en España ni en toda la UE.
Lo que sí tiene precedentes es la rebelión socialista contra el TC. Era Montilla presidente de la Generalidad cuando el Constitucional anuló 14 de los infinitos artículos del nuevo Estatuto de Cataluña, que creaban un poder judicial fuera del ámbito legal español y, ojo, europeo. Montilla, con Juliana de Godó como ideólogo, convocó una manifestación contra el TC con la frase que recordaba ayer Arcadi: «No hay tribunal que pueda juzgar nuestros sentimientos ni nuestra voluntad. Somos una nación». Lo que sois es unos golpistas traidores, perjuros y cobardes. Y lo que ha prometido Sánchez a sus socios, amén de legalizar sus referéndums, es reponer los 14 artículos anulados por el TC y crear un CGPJ vasco y otro catalán. Sánchez es sólo un Montilla que ha crecido. Demasiado.
