NotMid 07/04/2022
Deportes
El Barça dejó para el Camp Nou la sentencia de una eliminatoria que se le puso muy cuesta arriba en Frankfurt, arrancando un empate (1-1) que puede considerarse estupendo atendiendo a lo mucho que llegó a sufrir frente a un Eintracht tan inferior en fútbol como incansable en entrega e intensidad, que no disfrutó de muchas ocasiones claras pero le llegó a poner de los nervios con sus transiciones.
Durante una hora larga padeció el Barça el síndrome del favorito incrédulo, atropellado en muchas ocasiones por la rapidez y convencimiento de un rival que jugaba su partido del año. Y cuyo guión no cambió hasta la entrada de Frenkie de Jong, soberbio en la jugada del empate, y Dembélé. Después ya fue otra historia… Pero el padecimiento anterior fue tan cierto que costará de olvidar.
Avisó Xavi en la previa, y lo repitió de manera insistente, que era trascendental, más que nunca, tener el control del juego, minimizar riesgos y atender, de manera especial, las rápidas transiciones del Eintracht. Presentó al equipo alemán como “muy fuerte”, físico e intenso… Y todas sus predicciones se cumplieron a rajatabla porque el conjunto de Oliver Glasner sometió al Barça a un tormento a base de intensidad a la que les costó, y no poco, acostumbrarse a sus jugadores.
Si a los tres minutos rozó el travesaño un disparo envenenado de Ferran, la respuesta congeló el ánimo azulgrana apenas tres minutos después, cuando en una contra soberbia el Eintracht necesitó apenas tres pases y una velocidad supersónica antes de que Sow, llegando solo al área y en posición inmejorable, rematase desviado. El aviso estaba ahí, pero no pareció ser suficiente para un Barcelona a cada momento más incómodo.
Agobiado Busquets, perdido Gavi y sin encontrar a Pedri, a medida que pasaba el tiempo aumentaba la sensación de descontrol por parte del Barça y de comodidad de un Eintracht que sabiéndose inferior en fútbol se bastaba con el orden en defensa y en buscar correr, correr como búfalos por las bandas para hacerse notar.
Pocas veces en los últimos tres meses, quizá ninguna, se encontró el equipo de Xavi un partido tan incómodo como este de Frankfurt. Inasequibles al cansancio, como si tuvieran un motor en las piernas, los jugadores del Eintracht entendieron a la perfección cómo hacerle daño, con una defensa de hasta cinco hombres que no dejaban espacios… Y una rapidez endiablada a la que recuperaban el balón, que en no pocas ocasiones sorprendían, roto por el medio, al Barça.
Alcanzó el descanso con apenas otro disparo de Aubameyang que se estrelló en la parte exterior de la red y agradeciendo que el VAR negase el penalti que había señalado el árbitro de Busquets a Borré. Y esperando que la segunda mitad fuera otra historia…
GOLPE Y REACCIÓN
Pero lejos de encontrar soluciones en el vestuario, todo lo que pudo trasladar Xavi a los jugadores saltó por los aires en un abrir y cerrar de ojos. Cumplidos dos minutos de la reanudación, un rechace corto a un corner dejó el balón en la frontal del área sin que nadie estuviera atento a la presencia de Knauff, que soltó un obús magnífico al que no pudo responder Ter Stegen.
El 1-0 cayó como una losa y provocó minutos de desconcierto en un Barça incrédulo ante lo que le estaba sucediendo… Y llevó a Xavi a dar con la tecla necesaria. Doble cambio a los 62 minutos con la entrada de Frenkie de Jong y Dembélé por Gavi y Adama y empate apenas cuatro minutos después, con una combinación del holandés con Ferran que el valenciano resolvió con un excelente disparo raso y cruzado.
Del infierno a la calma en un abrir y cerrar de ojos, el empate cambió el ánimo del Barça y aunque no rebajó la intensidad, sí provocó un cortocircuito en el plan del Eintracht, cuyo nervio y rapidez ya no encontraba tan descolocado al equipo de Xavi.
El desemboque del partido ya tuvo otro sabor, notando el equipo germano el esfuerzo y llegando sin la misma fortaleza que en aquella primera hora de juego en que se atrevió a discutirle al Barça su condición de candidato.
La solución se verá en una semana en el Camp Nou. Y aunque el Barça es favorito… Está avisado.
Un gol de Muriel y un autogol de Zappacosta dejan el duelo en el aire
El Leipzig y el Atalanta empataron este jueves (1-1) en la ida de los cuartos de final de la Europa League, en un partido que los italianos tuvieron encarrilado con el gol del colombiano Luis Muriel que pudo neutralizar el conjunto alemán gracias a un autogol de Davide Zappacosta, para dejar la eliminatoria en manos del choque de vuelta.
Luis Muriel marcó con un disparo desde catorce metros tras deshacerse de Benjamin Henrichs y Lukas Klostermann.
El gol llegó un poco de la nada. Hasta ese momento ninguno de los dos equipos había logrado generar claras ocasiones de peligro.
Los dos equipos presionaban alto, generaban pérdidas de balón en el contrario y ninguno de los dos lograba darle fluidez a su juego.
Tras el tanto, sin embargo, llegaron dos ocasiones claras para ambos equipos.
En el 22, Muriel el atacante más activo de los visitantes, estuvo cerca del segundo con un remate que salió ligeramente desviado y en el 24, tras una jugada iniciada por Dani Olmo, el Leipzig estuvo a punto de empatar con un disparo de André Silva desde unos 11 metros que se estrelló contra el poste izquierdo.
No obstante, la iniciativa empezó a llevarla el Leipzig que tras cada recuperación de pelota lanzaba ataques rápidos, buscando a Christopher Nkunku.
Sin embargo, en el último tercio al Leipzig le faltaba precisión lo que facilitaba la tarea defensiva del Atalanta que a medida que pasaban los minutos pareció sentirse cada vez más cómodo en el campo.
Poco antes del descanso Atalanta volvió a aparecer adelante y estuvo otra vez cerca del segundo con un remate al poste de Pasalik.
El Leipzig parecía no encontrar el camino y estar negado con el gol. Especialmente cuando en el minuto 58 André Silva desperdició un penalti que se había producido por una falta de Demiral contra Nkunku dentro del área.
No obstante, en el 58 el Leipzig encontró el empate con un tanto en propia puerta de Davide Zappacosta que desvió hacia la portería de Muso un centro lanzado por Angeliño.
El gol no desencajó al Atalanta que siguió controlando el partido y solo sobre el final se vio bajo alguna presión ante los avances del Leipzig.
Ahora la eliminatoria se decidirá en la vuelta al Bérgamo con posibilidades para los dos equipos.
Otros partidos
En otros partidos de octavos Braga venció por la mínima diferencia al equipo Rangers, y el West Ham United empató a un gol con el Lyon de Francia
Agencias