La incertidumbre social que provocó el colapso soviético en ambos países modeló una pirámide de población en la que hay muy pocos hombres en edad militar
NotMid 18/08/2023
MUNDO
Alberto Rojas
Una de las frases más repetidas cuando un conflicto se alarga es: «Cuanto más vieja es la guerra, más jóvenes son los soldados». Hace referencia a la recluta de adolescentes para rellenar las bajas en enfrentamientos enquistados o muy sangrientos, tan común en las dos guerras mundiales, que terminaron con miles de niños combatiendo en las trincheras.
En la actual invasión de Ucrania ambos contendientes van a enfrentarse al mismo problema de mano de obra: una pirámide de población con forma de pica, tan propia de los países soviéticos y tan diferente a los países occidentales, que no tienen ese estrechamiento entre los 35 y los 20 años. La causa fue precisamente la caída de la URSS y el terremoto social y económico que vino después. La consecuencia es que ambos estados tienen poca gente en la llamada «edad militar», o sea, desde los 18 a los 30.
La incertidumbre por el desmoronamiento del sistema comunista y el desmantelamiento del espacio soviético provocaron que muchas parejas optaran por no tener hijos. De hecho, el volumen de la población en Rusia, por ejemplo, se redujo de 148,4 millones de habitantes en 1991 hasta los 142,7 millones en 2008. Todavía hoy no ha recuperado las cifras de 1991, aunque también influye un aumento de la mortalidad en adultos, sobre todo masculinos.
Acabamos de superar una pandemia se cebó especialmente con Rusia y Ucrania, que son dos países muy envejecidos y esa democrafía no ayuda a mantener una guerra. Es común en las trincheras ucranianas ver barbas canosas y cuerpos de cuarentones e incluso de cincuentones. Entre los prisioneros rusos también se da esa misma circunstancia: las reclutas se hacen hacia arriba, no hacia abajo, porque los venteañeros son pocos y comienzan a estar casi todos en el ejército. «Las poblaciones más envejecidas tienen menos probabilidades de ir a la guerra. Cuando sucede, tienen más dificultades para luchar. Y cuando eres una potencia invasora esas dificultades son todavía mayores», afirma el demógrafo británico Paul Morland.
El reloj demográfico corre en contra de ambos. Aunque Rusia tiene tres veces más población que Ucrania, ha sufrido muchas más bajas en esta guerra, aunque los analistas no se pongan de acuerdo en si duplica o incluso triplica al país que defiende. Las muertes en combate, al igual que los heridos, son uno de los secretos mejor guardados de cualquier conflicto. Además, ante la movilización forzosa que Vladimir Putin inició el pasado septiembre, huyeron del país unos 2.200.000 jóvenes por las fronteras que aún permanecían abiertas. Eso ha provocado que el régimen de Moscú haya tenido que elevar la edad de reclutamiento de 27 a los 30 años.
ABRIR LAS CÁRCELES
Otro recurso, ante la falta de jóvenes, ha sido abrir las cárceles en busca de población presidiaria para cubrir las enormes bajas del frente. Comenzó el infame grupo Wagner, que usó a decenas de miles de presos como carne de cañón durante meses en Bajmut y ahora lo usa el propio ejército ruso con sus brigadas llamadas Storm Z de presidiarios, aunque la actitud combativa de semejante tropa no parece ser la más óptima según aseguran los militares ucranianos que se oponen a ellos.
En este contexto, Volodimir Zelenski ha prolongado durante tres meses más la ley marcial que rige en su país desde que comenzó la invasión. Es lo lógico en estas circunstancias, y una de las medidas es evitar la salida al extranjero de los hombres de 18 a 60 años con pocas excepciones, como padres de familias numerosas o determinados permisos profesionales. El servicio de fronteras de Ucrania ha detenido en este año y medio de guerra casi 13.000 jóvenes que han tratado de escapar del país para no ser reclutados.
Ambos países se dirigen a un infierno demográfico sin precedentes, porque la guerra va a agudizar los problemas que ya tenían. La «Gran Rusia» con la que el nacionalismo de Moscú sueña gracias a su revolución conservadora no será posible sin mano de obra. Putin ha llamado a «perpetuar al pueblo ruso» pero cada vez será más complicado, al igual que también lo será una reconstrucción ucraniana en zonas prácticamente vacías, en ruinas y llenas de explosivos sin estallar.
Agencias