Es una leyenda con 80 años recién cumplidos, pero Mick Jagger detesta la nostalgia y no quiere hablar del pasado. Se ha propuesto aprovechar el tiempo que le quedan a los Rolling Stones: el viernes que viene se publica su primer disco en dos décadas
NotMid 14/10/2023
Estilo de Vida
Su voz suena jovial y tiene un tono cantarín. Mick Jagger se ríe con naturalidad y se dirige relajado al entrevistador llamándole por su nombre. Nada hace pensar que sea el cantante agitado y desafiante que patentó la vida del rock and roll y que hemos escuchado dos o tres millones de veces en las canciones de los Rolling Stones. Tampoco que sea un bisabuelo. Es una pena que no haya activado la cámara de la videollamada. Los 15 minutos de conversación han comenzado.
Pasaron varios años haciendo sesiones de grabación intermitentes hasta que en 2022 usted propuso concentrarse en hacer un nuevo álbum e imponerse una fecha límite. ¿Por qué decidió eso? ¿Cuál fue la chispa que desencadenó su deseo de grabar un disco?
Bueno, como dices, habíamos pasado varios años grabando en el estudio y habíamos hecho un montón de canciones, pero no teníamos suficiente material bueno, suficientes cosas hechas con rapidez, con energía y un nivel suficientemente alto de composición. Así que nos reunimos y dijimos: ‘probemos con un productor diferente y fijemos una fecha límite’. Yo propuse: ‘Empezamos en diciembre y terminamos el día de San Valentín’, que es una fecha que todos podemos recordar. Y todo el mundo estuvo de acuerdo, nos pusimos en marcha y fuimos a por ello.
¿Sentía de alguna manera que era una cuestión de ahora o nunca?
Así lo creo, sí, porque si todo el mundo hubiera puesto algún problema, ‘no quiero cumplir ese plazo’, ‘no quiero ese productor’, ‘no me apetece encerrarme ahora en el estudio’, probablemente yo habría dicho: ‘Bueno, creo que nunca vamos a volver a hacer un disco’, pero eso no es lo que pasó.
El día 20 se publica Hackney Diamonds, el primer álbum de estudio de los Rolling Stones desde 2005. Producido por un especialista en pop comercial de 32 años –Andrew Watt-, será el disco número 26 de una trayectoria que comenzó en 1962. Se compone de 12 canciones y dos de ellas se grabaron en las sesiones intermitentes que hicieron antes de que en 2021 falleciera su batería fundador, Charlie Watts, artista del swing y pegamento humano del grupo: él fue el eterno conector entre Mick Jagger y el guitarrista Keith Richards, los antagonistas que han firmado el repertorio de los Rolling Stones en una colosal lucha de titanes.
Hace poco Mick Jagger comentaba desenfadado que solo se relaciona con gente más joven que él porque casi todos los de su edad ya han muerto. Tiene 80 años, edad que Richards cumplirá en diciembre; el tercer superviviente, el guitarrista Ronnie Wood, tiene 76. La cercanía de la muerte ha sido el detonante de este disco que suena crujiente y vivido, un versátil conjunto de canciones en el que está representado todo el arco de estilos y tonos que han distinguido a los Rolling Stones. Y que tiene invitados muy simbólicos, especialmente Paul McCartney (81 años), en su primera colaboración con el grupo, pero también Stevie Wonder (73) y Elton John (76) como pianistas, el regreso del bajista original del grupo, Bill Wyman (86), retirado desde 1993, y la presencia de Watts en dos canciones grabadas en aquellas sesiones exploratorias. (Además, en una canción participa como corista Lady Gaga).
Siempre ha dicho que la música popular es un reflejo de lo que ocurre en su época. ¿Cómo refleja este álbum nuestro tiempo?
Mmmm… Me resulta difícil analizarlo. Es un reflejo de mi experiencia, en realidad. Parte de ello es personal y parte es emocional, y parte está obviamente influido por los tiempos en los que vivimos. Es evidente que la canción Dreamy Skies está directamente influida por el confinamiento. Yo no soy mucho de vivir en el campo, pero fue agradable poder tener el privilegio de pasar el confinamiento en una casa en el campo, y esa canción trata sobre aquella experiencia. En general, creo que en el disco hay mucha ansiedad en algunas canciones, aunque es una ansiedad aderezada con humor. Pero hay muchas emociones diferentes en las canciones, que es lo que intentan hacer las canciones, no concentrarse en un único tema. Desde luego, podrías hacer un álbum así, pero ese no es nuestro caso. Intentamos abarcar toda una gama de emociones distintas. En una canción puedes expresar frustración, en otra calma y en otra espiritualidad. Un disco es una expresión personal; por supuesto, te afecta la época en la que vives, no vives en una burbuja, pero no es un álbum impulsado por el comentario social. Algunas de las canciones que hicimos y que no hemos publicado tenían más esa inclinación.
Creo que les han sobrado más de 10 canciones. Casi tienen material suficiente para otro álbum.
Tenemos bastante, como más de la mitad, pero tendríamos que trabajar más para terminar otro disco. Pero si, ya tenemos un buen trecho recorrido.
¿Sería posible pensar entonces en un nuevo álbum dentro de dos años?
Oh, menos que eso (ríe)
Hay una cantante española llamada Rosalía, no sé si la conoce…
Sí, he oído hablar de ella y la he visto en televisión. Tiene una voz maravillosa.
En este momento ella tiene 32 millones de oyentes al mes en Spotify, mientras que los Rolling Stones tienen 26,5 millones. ¿Qué conclusión saca de esta paradoja?
Bueno, la gente escucha mucha música antigua en realidad. El 75% de la música en streaming es antigua; es decir, fue grabada hace más de un año y medio. Pero que el 25% del streaming sea música nueva es una cantidad enorme si lo pones en perspectiva… Y, bueno, Taylor Swift probablemente tiene más streams que Rosalía [100 millones de oyentes mensuales]. ¿Quién está contando, en realidad? Las dos son muy buenas artistas.
La mayoría de los mayores de 40 años probablemente piensan que la música actual es mucho peor que la antigua, especialmente la de los años 60 y 70. Sin embargo, usted no parece una persona nostálgica que eche de menos los buenos viejos tiempos.
No lo soy, y no estoy de acuerdo con eso. Verás, hay grandes canciones en cada década. Y en cada década hay canciones terribles también. Especialmente en la música pop, que casi por definición es un medio en el que lo que vale hoy está acabado mañana. No se supone que dure para siempre en absoluto. Escribes una canción y, si la gente la escucha durante un par de semanas, has logrado el objetivo. Siempre ha sido así desde que empezó a grabarse la música. Y sí, algunas canciones perduran mucho tiempo, algunas canciones son abrazadas por mucha gente y se convierten en estándares, pero son tan pocas, son una cantidad tan minúscula si tenemos en cuenta los millones de canciones que se escriben. Este es un medio de atención a corto plazo y cada década tiene sus canciones brillantes y otras horribles.
El verano pasado actuaron una vez más en Madrid…
Fue divertido. Estuvo genial. Lo disfruté porque era el primer concierto de la gira europea. Un show muy divertido y muy cálido.
¿Cómo ha cambiado para usted la experiencia de actuar en comparación con hace 20 o 40 años?
¡Wow! ¡Pero si no recuerdo nada de hace 40 años! (ríe). A ver, no es tan diferente de hace 20 años realmente. Es más o menos lo mismo. En EEUU ahora tenemos asientos, esa sería la gran diferencia. No para mí, claro, pero para el público es más cómodo. En serio, no es tan diferente. Los conciertos están mejor organizados ahora, son más cómodos, más caros, pero creo que es una experiencia bastante buena. Si te refieres a, digamos, principios de los años 80, ir a un concierto podía ser algo estupendo o un desastre. Ya sabes, no había asientos, tenías que llegar muy temprano, no era muy cómodo, no podías comprar comida y bla bla bla. Era un poco de follón.
Con mi pregunta me refería más a su experiencia al actuar en comparación a cuando era más joven.
Para mí estar frente al público es siempre igual. Bueno, si te refieres al principio del todo claro que es distinto, pero si lo comparas con hace 20 años no ha cambiado nada.
No ha cambiado porque la marca Rolling Stones funciona con la precisión de un reloj atómico desde los años 80, cuando Mick Jagger adoptó el cargo de CEO de la empresa. Desde entonces supervisa y controla personalmente cada detalle de una maquinaria encargada de repetir el mismo truco de magia de tal forma que siempre produzca un asombro fabuloso. Un ejemplo: en las giras, Jagger tiene un mapamundi en su camerino que indica las ciudades en las que el concierto será rentable y en las que no.
Y si hay una ley fundamental en los mandamientos de los Rolling Stones es que después de un disco siempre llega una gira. Todavía no han desvelado sus planes para 2024, aunque en los foros de fans se da por hecho que recorrerán América el próximo año de punta a punta y que Europa podría estar durante o después de ese nuevo tour.
Jagger, padre de ocho hijos con cinco mujeres, propietario de un patrimonio estimado en 340 millones de euros, tendrá así una nueva oportunidad de sacudir su cuerpo fibroso de ciclista como si el tiempo no pasara por él.
¿Cómo ha cambiado con el paso del tiempo su relación creativa con Keith [Richards]?
Es completamente diferente de 1964, cuando vivíamos juntos en un piso. Entonces estábamos trabajando en canciones todo el rato. Luego tienes familia, hijos y todo eso, así que obviamente es muy diferente de hace 60 años. Yo compongo de una manera muy distinta, he aprendido un montón de cosas, tal vez no las suficientes, pero Keith y yo todavía trabajamos muy bien juntos lanzando y devolviendo ideas. Muchas cosas de este disco salieron así.
Cuando están trabajando en una nueva canción, ¿cuál es el elemento que más cuida, a cuál presta más atención?
Depende, me gusta poder hacer cualquier cosa en una canción. Hace poco me pidieron que escribiera la letra de una canción para una serie llamada Slow Horses. No me gustaba la música y no había melodía, el compositor me envió el tema terminado y yo tenía que adaptarme a más condicionantes, como los actores, el ambiente de la serie… Es un caso muy específico de forma de escribir. Así que haces eso, ese es tu trabajo. Pero en una canción como Angry empiezo de cero y voy viendo lo que quiero. Yo soy el responsable. Para mí lo divertido supongo que es, y no lo hago siempre así, escribir una melodía y una línea de guitarra y una letra todo a la vez en 10 minutos. Eso siempre es muy divertido, o hacer lo mismo en el piano. De modo que a la una de la tarde no tienes nada y a la una y diez tienes una canción. Es una sensación maravillosa.
En su anterior gira decidieron retirar del repertorio la canción ‘Brown Sugar’ por las quejas de algunos colectivos sobre su letra. ¿Cómo afronta usted el clima moral actual?
Oh, realmente no puedo responder a eso, es una pregunta demasiado complicada para el final de la entrevista. Lo siento mucho.
Ser un icono tan grande y a lo largo de tanto tiempo como los Rolling Stones, ¿hace que sea más fácil o más difícil crear nuevas canciones y grabar un álbum?
Bueno, no hace que sea difícil componer. Quiero decir, es difícil grabar porque si estás en un grupo, todo el mundo tiene que querer hacerlo. Y si no pueden hacerlo o no tienen ganas o no están inspirados, entonces es imposible. Pero cuando todo el mundo está de buen humor y está en la misma onda y realmente quieren hacerlo y las cosas se hacen muy rápido y bien, como ha sido este caso, entonces es muy satisfactorio.
Los 15 minutos de entrevista han terminado. En una semana saldrá Hackney Diamonds, un disco que no batirá récords de escuchas en streaming y que se compone de estilos en decadencia como el blues, el rock, el funk y el rhythm & blues, pero que forma parte de una leyenda simplemente insuperable. Mick Jagger se despide con la amabilidad que ha desplegado durante toda la conversación. Es un hombre relajado con absoluto control de la situación: sabe que tiene el Everest de los carismas y lo gestiona con naturalidad.
Aunque parezca imposible de imaginar, un día los Rolling Stones no existirán: le quedan unos pocos años y los quiere aprovechar.
Agencias