En esta semana sabemos que las sospechas sobre los profesionales de Correos son una ofensa, que Ana Belén también ha sido cancelada y que no se puede ir a votar con una camiseta que luzca el lema del etarra
NotMid 22/07/2023
OPINIÓN
ANTONIO LUCAS
1. CORREOS, GRACIAS. Miles de trabajadores han participado en la mecánica electoral. Un poco más y los franquean también a ellos. La campaña electoral ha sido un difusor de insidias sonrojante. La cantidad de bulos y barbaridades servirá para estudiar qué mutaciones se han dado en la especie. Una de las peores salió de algunos voceros de la derecha ibérica: apuntaron contra funcionarios y contratados de refuerzo con el yuyu del posible amaño postal, arrastrando gratis a la empresa pública por el fango. Ahora que debemos dar las gracias por el trabajo cumplido, los envenenadores van locos leyendo los últimos trackings sin tiempo de disculparse. Los millones de votos postales serán parte de la fiesta (sea cual sea la fiesta). Mujeres y hombres tirando de carros a pleno sol o redoblando el trabajo en las estafetas lo han hecho posible. Gracias. Me acuerdo de Carta a una desconocida, de Zweig, que habla de otra cosa pero no existiría sin todo esto.
2. ANA BELÉN, CANCELADA. Sin traicionar el estilo de sus gobernantes, el Ayuntamiento de Jaén (PP y Jaén Merece Más) ha tirado abajo la representación de la obra de teatro Romeo y Julieta despiertan, de E.L. Petschinka. La protagonista es Ana Belán. El consistorio alega que la obra no cuenta con un “expediente abierto de contratación”. Y fuera. Cancelada. Pero no cuentan que dos espectáculos en las mismas condiciones contractuales sí tendrán sitio en la programación. Dos conciertos heredados del gobierno anterior. Como no hay una explicación solvente, el Ayuntamiento de Úbeda se hace cargo de la obra retirada. Están desapareciendo de las carteleras municipales obras y películas de sesgo amplio por motivos tan peregrinos que dan ganas de exigir a esta gente alguna verdad. Incluso algo creíble. A estas alturas sería incluso aceptable escuchar de una vez algo honesto. Por ejemplo: “En mi ciudad, Ana Belén, no. Rojas de esas no queremos aquí”. Dios sabe la de cosas que nos ahorraríamos. Esto sólo es el principio. Y como en el verso de T.S. Eliot: “En mi principio está mi fin“.
3. JUNTA ELECTORAL CENTRAL. La decisión de prohibir las camisetas con el lema ese del etarra para ir a votar parece buena. La frase ha zumbado mucho en esta campaña electoral para torpedear a Pedro Sánchez. El lema es tan perverso que ha animado hasta una boda. Invocar a un asesino para butronear a un demócrata es una de esas cosas que dan de sí los momentos peores. Lo cierto es que la muchedumbre tomó la ocurrencia como un arma y la ha incluido en su propio torbellino. Los eslóganes rasantes penetran bien en la turba. Esta manera de regular la circulación de la sangre con un grito de guerra que ensalza a un terrorista es otra de las averías de esta campaña electoral en la que la Junta supervisora ha tenido que intervenir porque en un descuido aparece alguien a votar con el nombre de un etarra en el pecho convencido de que eso aún es normal. Qué gran libro sobre ETA es Los pasos incontables, de Ramón Saizarbitoria.