Ciudadanos ucranianos se ven obligados a cambiar su nacionalidad para sobrevivir
NotMid 04/08/2023
MUNDO
Rusia controla con mano de hierro sus territorios ocupados, donde los ucranianos se ven obligados a convertirse en ciudadanos rusos. Muchos acaban en prisión, donde sufren palizas y violaciones.
Algunos toman su nueva documentación voluntariamente, considerándola una oportunidad. Otros acceden después de verse “sujetos a amenazas, intimidación, restricciones en su acceso a la ayuda humanitaria y necesidades básicas, y riesgo de detención o deportación, todo diseñado para obligarlos a convertirse en ciudadanos rusos”, según un informe de investigadores de la Universidad de Yale.
“Muchos ucranianos en áreas bajo control ruso no tienen más remedio que aceptar un pasaporte ruso si quieren sobrevivir. O se enfrentan a una posible detención y, como ha documentado nuestro equipo, a la deportación a Rusia si no cumplen”, explica Nathaniel Raymond, que está al frente del Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Escuela de Salud Pública de Yale. El informe ha sido publicado como parte del programa del Observatorio de Conflictos, con el apoyo del Departamento de Estado de EEUU. En algunos casos acceder al pasaporte garantiza tener comida en medio de una ciudad devastada por los combates.
El primer ministro ruso, Mijail Mishustin, dijo en mayo que Moscú había otorgado pasaportes a casi 1,5 millones de personas que viven en las partes anexionadas de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jerson desde octubre pasado.
La fijación de Moscú con la idea de blindar legalmente la rusificación de DonbÁs viene desde hace años. Vladimir Putin firmó un decreto que simplificaba el procedimiento para obtener la ciudadanía rusa para los residentes de Donetsk y Lugansk en abril de 2019, justo el día después de que se proclamara oficialmente la victoria de Volodimir Zelenski en las elecciones presidenciales. Desde aquel momento hasta el inicio de la guerra en febrero de 2022, más de 720.000 residentes de las áreas controladas por Rusia (alrededor del 18% de la población) recibieron pasaportes rusos. En aquel momento esas zonas de Donetsk y Lugansk no habían sido formalmente anexionadas por la Federación Rusa, y muchos residentes vieron en el nuevo pasaporte la posibilidad de viajar a Rusia y acceder a servicios públicos de los ciudadanos rusos, como atención médica gratuita.
Ucrania siempre denunció que la emisión masiva de pasaportes rusos a residentes de áreas ocupadas viola los acuerdos de Minsk, una estrategia calcada de lo que hizo Rusia en 2008 con antes de la guerra de Georgia con la entrega de pasaportes rusos a los residentes de las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia.
TORTURAS A PRESOS
Ahora las partes que el ejército ruso controla en Donetsk y Lugansk pertenecen formalmente a la Federación de Rusia, igual que los territorios de Zaporiyia y Jersón que siguen en poder de los soldados rusos. El control de esas zonas se lleva a cabo a través de un estado policial que ha derivado en gran número de presos recluidos en centros de detención improvisados en el sur de Ucrania. Allí muchos han sido torturados y violados, según un equipo de expertos internacionales en un resumen de sus últimos hallazgos.
El Mobile Justice Team, creado por la firma internacional de derecho humanitario Global Rights Compliance, ha trabajado con los fiscales ucranianos que investigan crímenes de guerra en la región de Jersón desde que fue recuperada en noviembre después de más de ocho meses bajo control ruso. Según la agencia Reuters, las autoridades ucranianas están revisando más de 97.000 informes de crímenes de guerra y han presentado cargos contra 220 sospechosos en los tribunales nacionales. El Kremlin siempre ha negado las acusaciones de crímenes de guerra en Ucrania, pero las pruebas se acumulan. El último informe del Mobile Justice Team, financiado por Gran Bretaña, la Unión Europea y Estados Unidos, analizó 320 casos y relatos de testigos en 35 lugares de la región de Jersón. De los entrevistados, “el 43% mencionó explícitamente prácticas de tortura en los centros de detención, citando la violencia sexual como una táctica común que les imponen los guardias rusos”.
Descargas eléctricas y asfixia son sistemas habituales usados por las autoridades ocupantes, según contaron las propias víctimas a los medios. Las autoridades ucranianas dijeron en ese momento que unas 200 personas habían sido detenidas ilegalmente.
Al menos 36 víctimas entrevistadas por los fiscales mencionaron el uso de electrocución durante los interrogatorios, a menudo electrocución genital, así como amenazas de mutilación genital. Una víctima fue obligada a presenciar la violación de otro detenido, según detalla el informe de Global Rights Compliance.
Agencias