El Real Madrid sufrió en la primera parte, pero para el segundo tiempo hizo ajustes, dominó y terminó venciendo al Borussia Dortmund por 0-2 en el mítico Wembley
NotMid 02/06/2024
DEPORTES
Los goles de Dani Carvajal y Vinícius Júnior dieron este sábado al Real Madrid su décimoquinta Champions League por encima de un Borussia Dortmund que perdonó en exceso.
Tras una desastrosa primera parte, el Real Madrid mejoró en la segunda mitad y aprovechó un cabezazo de Dani Carvajal y un tanto de Vinícius, tras error clamoroso de la defensa alemana, para sumar un nuevo título continental.
El juego del Madrid en los primeros 45 minutos fue atípico. Salió a tener el balón, pero no a jugar el partido. La bola iba de lado a lado en sus dominios, pero era el Borussia el que sabía lo que tenía que hacer.
El desprecio de los alemanes a la pelota tenía un sentido, su partido pasaba por aprovechar la velocidad, los espacios y a sus extremos, que hicieron añicos, a través de Karim Adeyemi, los primeros 45 minutos de Carvajal.
El hombre de las seis finales, el único que ha estado presente en todas desde Lisboa, hizo aguas ante el talentoso jugador alemán, que se quedó solo contra Courtois en un balón al espacio de Hummels.
Con todo el tiempo del mundo y una ventaja sideral respecto a la línea defensiva y respecto a Courtois, Adeyemi declinó el disparo y optó por rodear al arquero, con un toque rudo y nervioso que hizo que la pelota se marchara de ángulo y arruinara su momento de gloria.
No fue una jugada aislada, al error de Adeyemi le siguió un tiro al palo de Füllkrug, bien achicado por Courtois, y dos manos del belga, a Sabitzer y a Adeyemi. El Madrid salvó en la primera parte una estadística de goles esperados, de 1,7, una locura, digna del duende del catorce veces campeón.
Ante esos 45 minutos tétricos del Madrid, sólo se podía esperar una mejoría. Ir a peor, o mantenerse en la misma línea, hubiera significado despedirse de la ‘Orejona’.
Y si algo tiene el Madrid es una resiliencia histórica para sostenerse en el alambre, para sobrevivir en la irregularidad.
La segunda parte ya tuvo un aroma distinto cuando Carvajal apareció desde atrás para estrellar en la defensa una volea. Fue un primer aviso, al que siguió un paradón de Kobel a falta de Kroos.
El Madrid, poco a poco, pero con sus clásicos ‘infartitos’, como fue una parada de Courtois a cabezazo de Füllkrug, estaba en el partido. Había aterrizado justo a tiempo, sin prisa, cocinando el partido a fuego lento.
Nacho dijo en la previa que preferían empezar ganando, sin remontar, pero no dijo nada de no sufrir. Ancelotti sí lo advirtió: “es el partido más peligroso”
Y ese miedo, peligro, preocupación y nervios que atenaza al cuerpo nada más acaba de sonar el himno de la Champions y se enfrenta al muro amarillo del Borussia Dortmund, lo vio desvanecerse Dani Carvajal cuando atacó el primer palo, en un córner de Kroos. El canterano, el hombre de la primera piedra en la nueva ciudad deportiva, fue el hombre que desatascó la noche.
El miedo, ese que muchas veces viene decantado por la suerte y por la mano con la que comiences la partida, pasó de bando. La presión, sobre los hombros de la Decimoquinta, fue a parar a los inexpertos alemanes, que regalaron el 0-2 y la final.
Maatsen, con una entrega catatrófica atrás, dejó en un dos para uno a Bellingham y Vinícius. El inglés, que había errado el segundo instantes antes, conectó con el brasileño, que en un tiro mordido dio el mordisco definitivo al título.
La décimoquinta en las vitrinas del club más grande de la historia de la Copa de Europa. El que marca el adiós de Kroos, que con el trabajo cumplido se fue señalando el escudo, ese que desde este sábado en Wembley cuenta con un título más.
Toni Kroos se despidió a lo grande y fue clave en la Champions número 15 de Real Madrid
Toni Kroos se despidió del fútbol a nivel clubes a lo grande y fue un jugador clave en la obtención de la UEFA Champions League número 15 de Real Madrid, que derrotó por 2-0 a Borussia Dortmund en Wembley.
Su categoría será inolvidable, como así también todo el fútbol que dejó dentro del Santiago Bernabéu en cada juego que le tocó estar. Con la ‘8’ en la espalda y un sinfín de recursos para distribuir juego en mediocampo, el alemán Toni Kroos jugó por última vez a nivel clubes en esta final de Champions, en la que demostró que todavía tenía mucho más para darle a este deporte.
A sus 34 años, Toni comunicó la decisión de retirarse, tomando por sorpresa a más de uno. Tuvo su merecida despedida en el Bernabéu con su gente y con el apoyo de su familia, que lloró en cada segundo del emotivo adiós a la Casa Blanca.
Aún con la Eurocopa en el tintero para colgar los botines definitivamente, Kroos fue titular en el Madrid ante Borussia Dortmund en Wembley y volvió a estar a la altura.
El aporte de Toni Kroos en Real Madrid campeón
El primer tiempo del Madrid fue flojo en líneas generales. Borussia Dortmund se lo llevó puesto con siete minutos de furia que no pudo aprovechar y el equipo español se notó incómodo, inconexo. Vini no apareció, Bellingham tuvo otra floja actuación y Rodrygo prácticamente no la tocó. El esfuerzo físico de Valverde, las tapadas de Courtois y el buen pie de Toni fueron los únicos apartados a destacar en el equipo de Carletto en esos primeros 45 minutos, que para fortuna del Merengue terminó 0-0.
La segunda mitad se presentó con otro tinte. Dortmund agotó sus energías y empezó a sentir en su interior la inevitable sensación de que el Madrid acechaba para el primer gol del juego. Los mediocampistas se empezaron a sentir más cómodos, los espacios aparecieron y la sinfonía de Toni Kroos comenzó a sonar en Londres.
Pases largos, cortos, filtrados, recuperando alto y dando directivas. Kroos vivió el juego como lo ameritaba: como el último. Y no podía marcharse del equipo más grande de Europa sin dejar su marca en esta final, que será recordada por él para siempre.
Cuando se jugaban 74 minutos y las chances de gol no abundaban, un tiro de esquina, ejecutado desde el impoluto pie derecho de Kroos, rompió la igualdad.
Como en toda la noche europea, el ‘8’ se hizo cargo de la pelota parada y elevó un centro que ubicó la cabeza de Dani Carvajal. El lateral derecho, aún sin destacar por su altura, se metió en zona de gigantes, cabeceó y desató la locura en Wembley.
Corrió, se lanzó sobre sus rodillas y luego fue a buscarlo a él, a señalarlo a él: a Toni Kroos.
Kroos apretó el puño, gritó con furia y ya empezó a sentirse campeón, a sentirse dueño de su sexta UEFA Champions League.
Luego del segundo tanto, anotado por Vinicius y que sentenció el cotejo, Ancelotti abrió lugar a las emociones en Wembley: empezó a mover el banco e introdujo dos modificaciones. En primer lugar, Joselu ingresó por el exhausto Jude Bellingham.
Ya con el inglés fuera, Modric esperó del otro lado de la línea de cal para chocarle las manos a su fiel compañero de mediocampo, Toni Kroos, en lo que fue la última vez que el alemán fue visto con la mítica equipación titular del Merengue.
Mientras la lluvia de aplausos seguía cayendo de los cuatro costados de Wembley, Toni se detuvo un momento en su carrera hacia el cambio y devolvió el gesto: aplaudió a los fanáticos, agitó su puño y se golpeó el pecho. Porque Kroos es Real Madrid y Real Madrid siempre será sinónimo de Toni Kroos.
Una relación que llega a su fin de la manera más justa, con un nuevo campeonato de Europa, el número 15 del Real Madrid. Kroos dejará sus últimas pinceladas de buen fútbol en la Eurocopa, buscará el título con su Alemania pero puede decir que hizo historia en el equipo más grande del mundo. Adiós Toni, gracias por tanta magia.
Agencias/ RealMadrid/ UEFA