Se enfrenta a un bloque que tiene como principal objetivo aplicar al constitucionalismo social un cordón sanitario
NotMid 20/08/2023
EDITORIAL
Felipe VI inaugura mañana la ronda de consultas para designar candidato a la investidura y se encontrará con una situación inédita. Alberto Núñez-Feijóo es el ganador de las elecciones y tiene toda la autoridad para tomar la iniciativa mientras Pedro Sánchez no acredite de manera fehaciente ante el Monarca que cuenta con más apoyos para ese propósito. La votación de la Mesa del Congreso, y las cesiones que la acompañaron, anticipan sin embargo que Feijóo tiene prácticamente cerrado el paso a cualquier opción de formar Gobierno: su discurso ante la Cámara serviría para poner en evidencia que existen alternativas para la gobernabilidad que no pasan por poner el país en manos de un sedicioso y para que conste que, si es así, es exclusivamente porque Sánchez lo quiere. El líder del PSOE necesita el respaldo de una constelación de minorías radicales, entre las que está el partido del fugado Carles Puigdemont, cuyo objetivo es acabar con la Constitución.
Como informamos hoy, los populares asumen que su presidente tiene que estar preparado para una posible propuesta del Rey. Pero, con todo, tras el enésimo rechazo del PNV, embarcado desde hace al menos cinco años en la misma dinámica frentista que el resto de aliados de Sánchez, la mayoría de los dirigentes del PP considera que sus opciones de gobernar son de hecho casi inexistentes. La elección de la Mesa del Congreso fue un paso decisivo. Ahora el partido debe reflexionar sobre sus posibles errores de diagnóstico y tomar cuanto antes conciencia de que se enfrenta a un bloque que tiene como principal objetivo aplicar al constitucionalismo social un cordón sanitario que lo expulse del debate público e institucional y le coloque un estigma antidemocrático. Para llevarlo a cabo, necesariamente lo acompañará de una fuerte estrategia de polarización. La legislatura será con seguridad durísima.
Ante esta situación, el PP tiene que darse cuenta también de lo que significa ejercer la oposición con más poder en la historia de España, con 12 gobiernos autonómicos, mayoría absoluta en el Senado y el grupo mayoritario en el Congreso. El partido representa a muchos millones de ciudadanos que creen en la Constitución y sus valores. Para que su espacio social no se resigne ni se desmoralice, debe exhibir un plan alternativo e ilusionante, que no se limite a la resistencia y la confrontación pero que tampoco las rehúya. Más si tenemos en cuenta que ya hay debates encima de la mesa de gran impacto, como la propuesta de una amnistía general al independentismo.
El 23-J sumió al PP en una sensación de decepción de la que no termina de despertar. Y el partido tiene pendiente resolver su difícil relación con Vox, socio en cinco comunidades. Esta semana se celebró una reunión en Génova para mejorar la estrategia política, clarificar su organigrama y primar medidas en positivo. Era necesario, para mostrar que puede afrontar los retos pendientes a través de un modelo de sociedad y una idea de España que estén en sintonía con la modernidad constitucional.