El PNV ha dejado de ser el dique institucional y la opción posibilista de moderación frente a la izquierda abertzale
NotMid 18/09/2023
EDITORIAL
El PNV ha dejado de ser el dique institucional y la opción posibilista de moderación frente a la izquierda abertzale. Su alianza con la España que edifica Pedro Sánchez -que lo separa de su cuerpo social- y el agotamiento de su electorado por la pésima gestión en ámbitos como la antes envidiada sanidad pública vasca explican la posible victoria de EH Bildu sobre los nacionalistas conservadores en las autonómicas de 2024, que hoy adelanta en nuestras páginas la encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO.
Según este sondeo, el PNV perderá la primera posición, pasando de 31 a 25 escaños, en beneficio de la coalición de Arnaldo Otegi, que sube precisamente seis diputados, de los 21 a los 27. Cinco años después de la disolución de ETA y gracias al blanqueamiento que le ha brindado el PSOE a cambio de su apoyo a los presupuestos del Gobierno, la izquierda abertzale ha sabido arrebatar al PNV el papel de conseguidor en Madrid. A ese potencial sorpasso han contribuido el descalabro de Podemos y el acierto estratégico de Bildu de priorizar un discurso centrado en lo social. Pero también un PNV que, tras traicionar su palabra en la moción de censura contra Rajoy, en su deriva radical defiende como un éxito evitar la investidura de Alberto Núñez Feijóo y garantizar la continuidad de un Gobierno en funciones que, en el terreno socioeconómico -con los impuestos a la banca y las energéticas o la Ley de Vivienda- y en la apuesta por erosionar el orden constitucional, está más cerca de los votantes de Bildu. El pasado viernes, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, acudió a Waterloo para desatascar las negociaciones del «bloque plurinacional» con Carles Puigdemont. Cabe recordar que, con su apuesta secesionista, la antigua Convergència perdió la hegemonía política en Cataluña frente a ERC.
El PNV podría mantener la Lehendakaritza con el PSE, que se consolida como tercera fuerza: conseguirá 13 escaños, tres más que en 2020. Los socialistas tendrán la llave del Ejecutivo, con la opción abierta de cambiar de socio por la izquierda independentista. Este escenario es poco probable, pero cada vez parece menos lejano, mientras Otegi llama a recuperar el espíritu del inmoral Pacto de Lizarra, que ya puede advertirse en la intención de Iñigo Urkullu de eliminar el español como lengua de aprendizaje en las aulas.
La posible victoria de la izquierda abertzale supone una muestra de que la pedagogía democrática ha fallado tras casi medio siglo de terrorismo. Bildu procede de ETA y defiende su legado. Su proyecto político es tan totalitario como aquel por el que la banda asesinó a más de 800 personas: una sociedad excluyente y antiliberal, la antítesis del progreso. Que tras tanto sufrimiento el premiado sea Bildu implica un inmenso agujero moral en el que el PSOE de Sánchez tiene una responsabilidad directa. El PNV también, y en las urnas está pagando el precio.