El histórico pacto entre Londres y Bruselas sobre Irlanda del Norte corrobora el inicio de una etapa de cooperación post-Brexit
NotMid 01/03/2023
EDITORIAL
El ejercicio de responsabilidad y pragmatismo que supone el acuerdo entre Londres y Bruselas con relación a Irlanda del Norte corrobora el proceso iniciado en el Reino Unido bajo el mandato de Rishi Sunak para revertir el deterioro institucional de la última década. El pacto alcanzado despeja el horizonte de futuro en sus relaciones con la Unión Europea, dado que el protocolo ha sido uno de los puntos más conflictivos desde que hace tres años se consumó el Brexit. El mecanismo actualizado tiene el objetivo de evitar a toda costa las fronteras duras con Irlanda y la puesta en riesgo los Acuerdos de Paz de Viernes Santo. El bautizado como Pacto de Windsor, un complejo documento político rubricado entre Sunak y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tras meses de espinosas negociaciones, permite superar los obstáculos e incumplimientos que han tenido lugar en los últimos años.
En la práctica, lo que hace el marco de Windsor es suavizar las exigencias comunitarias, lo que facilitará la entrada y salida de medicinas y bienes agroalimentarios de consumo. Además de relajar las exigencias en lo que se refiere al papeleo y los controles, la Unión Europea ha aceptado dar más competencias al parlamento de Irlanda del Norte. Sunak quiere ahora sumar a los unionistas al tiempo que intenta que accedan a formar un Gobierno de unidad con el Sinn Féin y acabe con el vacío de poder en Irlanda del Norte.
El acuerdo puede considerarse un movimiento audaz de Sunak, que llegó a Downing Street a finales del pasado octubre tras el fiasco de su antecesora, Liz Truss, y después de convertirse en el sexto primer ministro británico en apenas siete años. Partidario del Brexit, Sunak ha achicado el espacio del ala más dura de su partido, encabezada por Boris Jonhson. A ello ha ayudado el significativo encuentro del rey Carlos III -relevo generacional de Isabel II- con Von der Leyen, aunque esta imagen le ha costado al monarca críticas entre los brexiters duros.
El movimiento del primer ministro británico inicia una etapa de estabilidad en la que también desempeñan un papel factores como la inclinación al diálogo exhibida por Keir Starmer, un líder laborista ajeno a la radicalidad de Jeremy Corbyn; y la renuncia de Nicola Sturgeon, que ha congelado la aspiración de los nacionalistas escoceses a otro referéndum de independencia.
El inicio de un nuevo tiempo marcado por la moderación constituye un alivio para todo el continente. Máxime teniendo en cuenta las turbulencias desatadas desde que David Cameron autorizara el referéndum del Brexit en 2016. La falta de un acuerdo comercial ha situado a Londres al borde de la ruptura legal en varias ocasiones. Para Europa resulta fundamental que Sunak frustre cualquier tentativa de prolongar el populismo que en los últimos años ha gangrenado la política en el Reino Unido.