El Gobierno debe hacer un esfuerzo de garantía estadística que no sirva sólo para reforzar un relato político, sino para tomar medidas adecuadas en función de datos reales
NotMid 04/01/2023
EDITORIAL
La bajada del paro en 2022 es una buena noticia para España, pero queda descafeinada por la contabilidad creativa que la reforma laboral ha introducido a la hora de establecer el recuento total de desempleados. El resultado -que no incluye a los fijos discontinuos en situación de inactividad- acaba siendo una fotografía poco nítida a la hora de registrar la evolución real del mercado de trabajo.
El Gobierno de Pedro Sánchez anunció ayer un aumento de casi medio millón de empleos al cierre de 2022, cifra que empuja el número de afiliados a la Seguridad Social por encima de la barrera de los 20 millones y que afecta a todas las comunidades autónomas, con especial fuerza en Canarias, Baleares y Madrid. Y los ministerios de Yolanda Díaz y José Luis Escrivá presumieron tanto de la bajada del paro en un 8,64% como del aumento de los contratos indefinidos, que crecieron hasta los 5,78 millones (4,5 más que el año anterior). Lo que no precisó es que casi la mitad de ellos, un 44%, son fijos discontinuos, una modalidad que ha experimentado una auténtica explosión y que permite activar al trabajador en función de las necesidades de temporada para darlo de baja después y enviarlo al paro (en muchos casos, a cobrar la prestación por desempleo).
Hablamos de trabajos estacionales como los que se pueden dar en turismo u hostelería, que por cierto es el sector que más tiró del empleo en el año que acabamos de despedir. Estos contratos proporcionan ahora más estabilidad que antes a este tipo de trabajadores de temporada, lo que mejora su confianza y sus expectativas económicas beneficiando al consumo, como reconoce el propio Banco de España. La importancia de los fijos discontinuos ha ido, además, en aumento, según las propias cifras del Servicio de Empleo Público Estatal. Por ello excluirlos de la radiografía laboral española cuando están en situación de inactividad rebaja el grado de fiabilidad de los datos mensuales del paro.
Organismos como BBVA Research, el Instituto de Estudios Económicos (IEE) o el Círculo de Empresarios han trasladado sus dudas sobre cómo falsea esa medida las estadísticas y cómo puede llegar a alterar incluso la relación entre los indicadores de empleo y los de crecimiento económico, como el PIB.
Actualmente no existe una fuente oficial estadística en la que se pueda consultar el número exacto de fijos discontinuos inactivos, que se calculan en dos millones, sin que se sepa cuántos están realmente trabajando y cuántos están a la espera de que los llamen. Y el secretario de Estado de Empleo volvió a reiterar ayer que no dispone de datos «depurados». Sin embargo, y para que las cifras sean creíbles, el Gobierno debe hacer un esfuerzo de garantía estadística que no sirva sólo para reforzar un relato político, sino para tomar medidas adecuadas en función de datos reales.