El castellano, vertebrador de una idea cívica de España, ha de estar presente en la educación de los niños y los adolescentes
NotMid 30/06/2023
EDITORIAL
Las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana se encuentran ante una oportunidad histórica para revertir la inmersión lingüística promovida por el PSOE junto a sus socios nacionalistas, y recuperar la convivencia razonable entre las dos lenguas cooficiales de ambas regiones, tras ocho años en los que el español ha sido arrinconado en las aulas y en la Administración pública.
Después del acuerdo alcanzado hace quince días en la Comunidad Valenciana, la popular Marga Prohens se aseguró ayer la presidencia de Baleares al sellar un pacto con Vox que no incluye la presencia del partido radical en el Gobierno, pero sí varias medidas programáticas. En ambos pactos, PP y Vox han firmado un compromiso con la libertad de elección lingüstica que debe servir para recuperar la senda del sentido común y acabar con una larga lista de abusos contra los castellanoparlantes, como el que se produjo en la reciente EBAU en Baleares, cuyos exámenes solo se repartieron en catalán. Episodios que están bajo la lupa de la Justicia y que conforman un panorama que precisa de un impulso firme para recuperar la libertad de enseñanza, consagrada en la Constitución.
La lengua española es vertebradora de una idea cívica de España y ha de estar presente en la educación de niños y adolescentes en todo el territorio. Muy al contrario de lo que plantea el modelo nacionalista -abrazado por el PSOE-, no se trata de imponer un modelo monolingüe, sino de posibilitar que la lengua común pueda ser también lengua de aprendizaje (vehicular). Que los ciudadanos españoles no puedan educar a sus hijos en el idioma oficial del Estado en el que viven constituye una anomalía que debe terminar. En esta materia la formación de Santiago Abascal muestra su mejor versión, alineada con los valores constitucionales y lejos del radicalismo estridente que despliega en otros asuntos.
El modelo en el que la Comunidad Valenciana y Baleares se han mirado en los últimos años es el catalán, que no solo ha sido enmendado por los tribunales sino que se ha demostrado fallido. Los años de acelerón de la inmersión en Cataluña coinciden con un declive de su nivel educativo, ante el cual ERC y Junts solo proponen reincidir. Que el separatismo sacrifique a la escuela en favor de su causa es de esperar. Lo indefendible es la complicidad persistente del PSC, que ayer volvió a respaldar con los separatistas la Ley promulgada el año pasado para sortear la obligada aplicación del 25% de español en las aulas.
Los pactos valenciano y balear contienen otros compromisos en el área lingüística, como la supresión del requisito de lengua valenciana y catalán para convertirse en funcionario. Una exigencia que empobrece a la sociedad y discrimina a una parte de la población, incluida la del resto de España. Los derechos pertenecen a los hablantes y no a las lenguas, cuyo fin último es la comunicación y no la apertura de trincheras.