El problema del Gobierno con Leire Díez, como con Koldo, no es solo de orden filosófico: los dos son figuras indisociables de la trayectoria política de Pedro Sánchez
NotMid 29/05/2025
OPINIÓN
LEYRE IGLESIAS
Esta semana hemos añadido un nuevo nombre al catálogo de personajes complicados que rodean al Gobierno. Se llama Leire Díez y guarda unas cuantas semejanzas con Koldo García. Empezó desde abajo (trabajando en dos concesionarios), escaló fuera de su País Vasco natal (en Cantabria), llegó a su cima en Madrid con sueldos públicos abultados (Enusa y Correos) y ahora se nos muestra desnuda, conduciéndose como alguien con un inmenso poder y expresándose con la dulce finura de los bajos fondos.
Pero el problema del Gobierno con Leire, como con Koldo, no es solo de orden filosófico (qué dice del PSOE que perfiles de este tipo lleguen tan alto). El problema clave es que los dos son figuras indisociables de la trayectoria política de Pedro Sánchez. Que sepamos, ella no custodió sus avales y tampoco aparece en el Manual de resistencia, pero Leire Díez -no la confundan con Leyre Iglesias- siempre estuvo en el pequeño ejército de los sanchistas infatigables. Estaba en la guerrilla digital de su candidatura en las primarias de 2014. Repitió en 2017. Y entre una y otra batalla tuvo un papel destacable.
Pocos días antes del sangriento Comité Federal de octubre de 2016, los barones críticos denunciaron que Ferraz había orquestado una violenta campaña en redes para acallarlos (a Guillermo Fernández-Vara le llamaban «traidor» y «rata»), y como prueba mostraron un whatsapp que una integrante del equipo de prensa del muy sanchista PSOE cántabro había hecho llegar a cargos y afiliados ordenándoles bajar el pistón. «Despellejar a Vara, a Susana y demás ‘lenguaraces’ en este momento no ayuda a Pedro sino todo lo contrario», decía, y les anunciaba una «estrategia de apoyo a Pedro en estos momentos tan importantes».
Entonces Leire Díez salió a explicar que actuaba de forma «estrictamente personal» y no por orden de nadie. Nueve años después, está prometiendo acuerdos con la Fiscalía y con la Abogacía del Estado y negociaciones con la Hacienda de Vizcaya a imputados en distintas causas a cambio de información contra los agentes de la Guardia Civil que están metiendo la nariz en el carrusel de escándalos que afectan a Pedro Sánchez. Otro asunto estrictamente privado.
Es seguro que a cualquier tipo de líder se le acercan arribistas y temerarios. ¡Descontrolados! Tan seguro como que entre Ábalos, Koldo, Miguel Ángel Gallardo, Gustavo Matos y Leire Díez -lo de Santos Cerdán habrá que verlo-, la cantidad de manzanas podridas en el cesto de los sanchistas irredentos empieza a ser un poquito impresentable.