Rusia acaba de inaugurar el primer centro de investigación en el extranjero para estudiar la doctrina del socialismo chino
NotMid 05/07/2023
ASIA
El diario China Daily tiene una sección editada en chino y en inglés que se llama “Xi’s Moments”. Es una especie de granja de contenidos aduladores sobre el presidente de China. Una sección en un medio estatal que un día publica una sesión de fotos de Xi Jinping visitando un refugio de pandas, y al día siguiente saca cuatro artículos profundizando en la doctrina política del líder, bautizada como “Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era”, que fue consagrada en la Constitución en 2018.
Esta enfatiza en la necesidad de implementar “nuevas ideas de desarrollo”, la defensa de la “autoridad absoluta del partido sobre el ejército popular” y la importancia de la “reunificación de la patria”, un guiño dirigido a Taiwan. Todo ello se estudia, cual texto sagrado, en escuelas, universidades e institutos de investigación repartidos por todo el país.
Los “Xi’s Moments” también tienen una ventana fuera de China gracias a sus cuentas en Facebook (7,7 millones de seguidores) y Twitter (21.000). Hace unos días, en estas redes sociales, ambas censuradas en el gigante asiático, lanzaron una pregunta: “¿Es China una democracia?”
La cuestión planteada iba acompañada por una respuesta tirando de encuestas internas: “El 73% de los chinos sienten que su país es democrático en comparación con el 54% en los estadounidenses. El presidente Xi Jinping ha dicho que la democracia es un requisito para los países modernos, pero debe estar en consonancia con las condiciones nacionales, y no se debe esperar que la democracia china sea igual a la democracia de estilo occidental”.
Esta defensa de la “democracia” china llegaba después de la última grieta abierta entre Washington y Pekín por el comentario en junio del presidente Joe Biden llamando “dictador” a Xi Jinping durante un acto benéfico en California. Unas palabras que utilizaron los canales de propaganda chinos para reivindicar que su sistema (reinterpretando a su manera el concepto de democracia) funciona mejor que el que venden en Occidente, siempre bajo el faro de la teoría política del presidente Xi, que ya se estudia fuera del país.
La agencia estatal de noticias Xinhua informaba este fin de semana que Rusia acaba de inaugurar el primer centro de investigación en el extranjero (Laboratorio de Investigación de la Ideología Moderna de China) para estudiar la doctrina de Xi Jinping.
Integrado en un instituto de estudios sobre China de la Academia Rusa de Ciencias, este centro, en palabras de su director, Kirill Babaev, tiene como objetico realizar un “análisis objetivo y profundo” de las ideas y conceptos que constituyen la base del país vecino. “Somos muy conscientes de que hoy las ideas de Xi Jinping determinan la política de China en muchas áreas. Tales análisis permitirán que el Gobierno ruso, las empresas y la comunidad científica comprendan mejor la China moderna, para formular estrategias y pronósticos más precisos para las relaciones entre Rusia y China”, añadió Babaev.
En la segunda potencia mundial han celebrado que su socio estratégico de Moscú, al que Pekín apoyó tras la revuelta del grupo Wagner, se abra a un nuevo campo de estudio centrado en la figura de un político de 70 años que rompió con el límite de mandatos y que ocupa los tres puestos principales de liderazgo chino: jefe del Partido Comunista, presidente de la República Popular China y comandante en jefe de las fuerzas armadas como presidente de la Comisión Militar Central.
En la potencia asiática hay una veintena de institutos de investigación sobre la ideología de Xi como el que acaban de abrir en Rusia. El mandatario ya anunció el pasado abril que su filosofía además sería de estudio obligatorio para burócratas, empresarios, funcionarios y militares del Partido Comunista (PCCh). Una nueva campaña que pretende, según un comunicado de Xinhua, “utilizar las nuevas teorías del partido para lograr la unidad de pensamiento, voluntad y acción, y avanzar en el gran rejuvenecimiento de la nación china”.
En el plan de estudios de 2021, Pekín ya introdujo la ideología política del presidente para ayudar a “los adolescentes a establecer creencias marxistas”. Así lo afirmó el Ministerio de Educación, señalando que las nuevas directrices tenían como objetivo “cultivar a los constructores y sucesores del socialismo con una base moral, intelectual, física y estética integral”. Para los críticos, estos pasos de Pekín para inyectar por todos lados la ideología del presidente, reflejan un endurecimiento del adoctrinamiento en todos los niveles de la sociedad.
Agencias