La derecha política desprecia por mezquinos intereses de partido a la derecha social. Y la izquierda difunta, resucita
NotMid 23/06/2023
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Tras el éxito de Valencia y Barcelona, el PP encaraba la campaña de las generales con los mejores auspicios. Pero como ha dicho alguien, sólo el PP es capaz de defender las ideas del PSOE con el entusiasmo de María Guardiola, secundada ayer por Borja Sémper, diestro en el arte del tiro al pie. Y tiene más mérito, en el orden suicida, cuando Sánchez deambula por los medios disculpándose por los disparates legales de Irene Montero y su banda, esos que Guardiola y Sémper consideran «avances» o «derechos». ¿La Ley del sí es sí, un «avance»? ¿La Ley Trans, un «derecho»? Qué tíos.
La minuciosa reconstrucción por parte de David Vigario ayer en EL MUNDO de las negociaciones extremeñas deja a la improvisada vestal woke al nivel del feriante común. De ideas y principios, nada. Cargos y cargos y más cargos. Sus whatsapp pidiendo a Vox pactar porque nadie entendería no hacerlo son justo lo contrario de lo que dijo al día siguiente, tras fracasar ese acuerdo que la víspera dio por seguro a Feijóo. Y no contenta con fastidiarlo por torpe, va y dice lo que más conviene a Sánchez y Abascal. Evidentemente, el PP gana si es Sánchez el centro del debate electoral y pierde si es Vox. Teodora Alcornocovna y Borjanov Sorayovitch lo entienden al revés.
A la ruta negociadora perfectamente explicada ayer hay que añadir que, en esos largos diez días que la princesa Alcornocovna pasó encargando modelitos para la toma de posesión de su ínsula, se produce la gran purga de liberales en Vox. Sánchez del Real, que, como Pelayo, era partidario de un acuerdo semejante al de Baleares, es descabalgado por Buxadé y su valido Hoces, que se cargan el acuerdo para demostrar que mandan. De principios, nada. De valores, menos. Lo que en Buxadé es alarde de poder personal travestido de dignidad, en Guardiola es mera torpeza disfrazada de virtud. El uno por el otro, de la región más pobre de España, la que más necesita salir del socialismo, no se acuerda nadie de los que venían a rescatarla. ¿Y creen que haciéndola votar otra vez les dará mejor resultado? Estamos en lo de siempre: la derecha política despreciando por mezquinos intereses de partido a la derecha social. Y la izquierda difunta, resucitando. Es una maldición.